El sacerdote misionero de la Consolata Van Allen Hager ha fallecido a los 80 años de edad, conforme se desarrollaba en todo el mundo lo que fue el epicentro de su vida: la oración por el fin del aborto. Van Allen Hager, sacerdote de los Misioneros de la Consolata, se dedicaba a rezar cada día ante el abortorio Oriéntame de Teusaquillo, el principal foco de abortos de Bogotá, conocido por albergar 30 centros donde se practican abortos.
Nacido el 31 de marzo de 1944 en Nueva York, llegó a Colombia hace más de 15. Allí se ganó el aprecio de la comunidad provida, especialmente de los voluntarios de 40 Días por la Vida, con quienes trabó amistad y acudía a rezar con frecuencia ante los abortorios. Van Allen falleció precisamente durante la segunda campaña anual de oración y ayuno que 40 Días por la Vida está llevando a cabo en todo el mundo.
Como sacerdote, Van Allen Hager tenía una poderosa motivación para rogar a Dios por el fin del aborto y las madres embarazadas. Pero para él, como nieto de una mujer que resultó embarazada tras una violación, la historia también era eminentemente personal.
Él mismo lo detalló a ACI Prensa en marzo de 2023: "Mi padre es resultado de una violación de mi abuela, que fue violada por un vecino, y ella decidió tener el bebecito en vez de abortarlo. Es mi padre".
Su abuela trabajaba en Nueva Jersey cuando Van Allen vio una gran manifestación contra el aborto cerca de su casa.
"Yo no sabía nada del movimiento provida en ese momento, pero me fui a investigar y, por la gracia de Dios, empecé en 1996 a rezar regularmente en defensa de las víctimas del aborto", afirmó.
Rezando por el fin del aborto diariamente bajo la lluvia
Su compromiso, perseverancia y constancia serían puestos a prueba tras su llegada a Bogotá, donde no es raro que llueva durante más del 60% del año. Aquello no fue obstáculo para que el sacerdote acudiese cada mañana al centro de abortos, acompañado por los voluntarios de 40 Días por la Vida.
"Aquí, en este sitio, hemos visto varias personas que aceptan nuestro consejo para tener sus hijos, y en la última campaña hemos salvado la vida de quince bebecitos no nacidos. Y el año pasado hemos rescatado más de cien bebecitos no nacidos, por darles consejo en estos sitios", detalló.
Para el sacerdote, 40 Días por la Vida se convirtió en uno de sus principales apostolados, animando a los colombianos a tratar de cambiar las leyes que permiten matar a los niños no nacidos e invitándoles a acudir a las campañas de oración y ayuno por "el principio del fin del aborto. "Apoyen nuestro trabajo de manifestar el valor de cada vida, desde la concepción hasta los últimos momentos de nuestra vida", animaba.
"Un verdadero buen pastor"
En un post publicado en su cuenta de Facebook, la Dirección Regional de los Misioneros de la Consolata expresó su “gran dolor y esperanza” por la partida del sacerdote estadounidense, “quien ha finalizado la misión que Jesucristo, misionero del Padre, le encomendó”.
En ese sentido, invitaron a pedir a la Virgen María y al fundador de la congregación, el sacerdote italiano José Allamano, “para que lo acompañen al encuentro con Dios Padre y que desde allá siga intercediendo en pro de la vida”.
Por su parte, desde 40 Días por la Vida Colombia se afirma que el P. Van Allen Hager ha sido "un verdadero buen pastor, que nos ha guiado con su ejemplo de fidelidad, valentía y perseverancia, de total entrega por la causa de la vida".
“Nos unimos de corazón y en oración a los Misioneros de la Consolata, dando gracias a Dios por la vida y testimonio del Padre Van, pidiendo por su eterno descanso, para que desde el Cielo interceda por nosotros y por los bebitos por los que oró siempre con tanto amor”, manifiesta la organización provida.
Un lugar hostil
Bogotá, y concrétamente Teusaquillo, donde rezaba el sacerdote, es un epicentro del aborto con un relevante núcleo de activistas violentos. Precisamente el pasado sábado 28 de septiembre, los orantes de 40 Días por la Vida que rezan frente al local Oriéntame, denunciaron que grupos feministas, “apoyados por algunos centros de abortos del sector, desarrollaron toda una estrategia tendiente a hostigar y atacar las instalaciones de la Fundación Coalición por la Vida Colombia, [cercana al abortorio] y la vigilia pacífica y de oración que se desarrolla en frente de nuestras instalaciones”, señalan en el texto.
En un comunicado, las líderes provida relataron que, con los activistas, “fuimos objeto de ataques físicos, groserías, blasfemias, empujones; también fuimos agredidos con pinturas en spray, dirigidas contra las caras de nuestros orantes, hombres y mujeres, que, como es propio del carisma de nuestro movimiento, nunca respondemos con violencia, sino que permanecemos orando en paz y tranquilidad”.
“Las feministas tiraron piedras contra la casa en donde funciona la Fundación, rayaron las paredes e incluso el domingo, dos miembros de estas organizaciones, no contentos con el desastre creado el sábado, continuaron rayando y escribiendo grafitis en las paredes de nuestra sede”, continúan los agredidos, lamentando que las fuerzas policiales no acudieron a la llamada de auxilio.