Religión en Libertad está ofreciendo a sus lectores gratuitamente un librito claro y concluyente sobre la ideología de género: ¡Que no te engañen! Hombre o mujer. Su autor es Pedro Trevijano, sacerdote de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño y doctor en Teología Moral por la Academia Alfonsiana de la Pontificia Universidad Lateranense. Además de numerosos artículos sobre este tema en nuestra sección de Opinión, ha publicado Relativismo e ideología de género.
Pedro Trevijano, durante la presentación de su libro Relativismo e ideología de género.
Fue una de las primeras personas en España que comprendieron no solo la importancia de esta ideología, sino la necesidad de combatirla de modo sistemático porque iba a convertirse en instrumento de un poder totalitario.
-¿Cómo y por qué llegó a percibir esta necesidad?
-En el Lexicón del Consejo Pontificio para la Familia de 2004 aparecen ya varios artículos sobre el tema. A mí me abrió los ojos el libro de Jesús Trillo-Figueroa Una revolución silenciosa publicado en LibrosLibres en 2007. Cuando se aprobó en 2010 la ley sobre el aborto, había unas referencias sobre la educación con perspectiva de género: me di cuenta de lo que significaban, prácticamente a la vez que los padres objetaban contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Lo que sí es verdad que desde entonces lucho con todas mis fuerzas para evitar que esa ideología diabólica dañe a nuestra sociedad, especialmente a niños, adolescentes y jóvenes.
-¿Por qué daña a la sociedad?
-Su objetivo, declarado abiertamente, es destruir el matrimonio, la familia y la maternidad, corrompiendo de paso a niños, adolescentes y jóvenes.
-Usted ha sido durante muchos años profesor de instituto. ¿Qué efecto tiene sobre los alumnos el adoctrinamiento en “perspectiva de género”?
-En la educación sexual que intenta impartir la ideología de género hay dos frases que oí hace ya muchos años y se me quedaron grabadas. Una: “Nuestra enseñanza es objetiva, neutral y científica”. Si entonces ya era falso, hoy, que se ha ido mucho más lejos con la ideología de género, es sencillamente aberrante, puesto que en cualquier libro de Ciencias te hablarán de aparato genital masculino y aparato genital femenino y que son las mujeres las que dan a luz. La segunda fue -y mis alumnos no llegaban a los dieciocho años-: “Nos merece tanto respeto un chico o chica que se acuesta como uno que no”. Con esa frase lo lógico es que los alumnos llegasen a la conclusión de que el que no se acostaba era idiota.
-Usted ha definido la ideología de género como “la moral del diablo”. ¿Por qué?
-Porque, salvo en el caso de violación, que ambos condenamos, su moral es la de la Iglesia católica, pero al revés. En la moral católica, por ejemplo, se enseña que uno sólo puede tener relaciones sexuales con su cónyuge, mientras la ideología de género te dirá que puedes irte a la cama con cualquiera... menos con tu cónyuge, porque en el matrimonio el varón hace el papel de opresor y la esposa de esclava oprimida.
-En esta batalla ¿se ha sentido solo alguna vez?
-Recuerdo que, hablando con un sacerdote, me preguntó quién en la Iglesia opinaba lo mismo que yo. Le respondí que un tal San Juan Pablo II, un tal Benedicto XVI y un tal Francisco. Pero eso indica que muchas veces no nos enteramos de lo que enseña la Iglesia.
-¿Cuál es su experiencia al hablar de la ideología de género?
-Yo mismo, la primera vez que me hablaron de la ideología de género, creí que me estaban tomando el pelo, porque no me podía creer que semejantes barbaridades se dijesen en serio. Es la experiencia que normalmente he tenido cuando soy yo el que explica a quien no tiene ni idea lo que es esa ideología.
-¿Qué verdades hay que oponerle?
-El sentido de la vida es el amor y Dios ha puesto en nosotros la sexualidad para ayudarnos a salir de nosotros mismos y que busquemos nuestra felicidad a través de la felicidad del otro, por medio de nuestra entrega y generosidad, sin olvidarnos de la generación de nuevas vidas.
-¿Debe incluirse la actitud ante la ideología de género entre los criterios discriminatorios de voto para un católico?
-Por supuesto.
-Pero a corto y medio plazo hay que asumir que los poderes públicos van a hacer todo lo posible para imponerla. ¿Cómo contrarrestarla en nuestra vida práctica?
-Como creyente creo en el valor de la oración. Como ciudadano, mostrando los disparates de esta ideología, como lo sucedido hace pocos días con un senador católico australiano, Barry O'Sullivan, a quien una abortista le dijo que del aborto sólo podían hablar las mujeres. El senador, muy tranquilo, le contestó: “En este país yo puedo escoger libremente mi sexo. Por tanto, decido ahora ser mujer. Continuemos”.
La expresión sarcástica del senador O'Sullivan puede escucharse en el minuto 1:35.
-¡Un buen golpe...!
-Pero creo que la estocada final se la va a meter el deporte femenino, cuando las mujeres se harten de que los varones les roben las medallas deportivas. El año pasado, en Argentina, un tipo intentó jugar en la primera división de hockey femenino. Cuando ya tenía todos los permisos, los demás equipos se plantaron y dijeron: “Si juega éste nos retiramos en masa”. Confío también en que los políticos recuperen su dignidad y dejen de ser unos Sí, bwana y tengan criterios y valores morales para dejar de votar leyes que muestran su ausencia de valores morales o su profundísima ignorancia. O ambas cosas.