Conforme pasan las horas se conoce más información sobre el ataque a tres iglesias perpetrado este miércoles en nombre de la yihad por Yassine Kanjaa, marroquí de 25 años. El ataque, realizado bajo el grito de "Alá es grande", se ha llevado por delante la vida del sacristán de la iglesia de La Palma, Diego Valencia, de 65 años, casado y padre de dos hijos.
El atacante, detenido e investigado por ataque terrorista, ha dejado otros cinco heridos según las últimas informaciones, entre los que se incluye el padre Antonio Rodríguez, párroco de la capilla de San Isidro. Recibió dos puñaladas y por el momento se encuentra en estado grave, pero fuera de peligro.
El ataque comenzó el miércoles, pasadas las 19:00 horas, cuando varios testigos presenciaron una discusión de Kanjaa con el párroco y fieles de la iglesia de San Isidro. El atacante accedió al templo mientras llamaba a los presentes a profesar el islam.
Tras este primer asalto, Kanjaa regresó minutos después a la iglesia armado con un machete, con el que golpeaba las imágenes sagradas del interior. En esta ocasión, fijó su objetivo en el párroco salesiano, Antonio Rodríguez, a quien hirió de gravedad en el cuello y el hombro mientras defendía la iglesia tratando de expulsarle.
Fue entonces cuando el atacante se dirigió a la iglesia de La Palma. Cuando el agresor entró en la iglesia vestido con una chilaba, el sacerdote que sustituía al párroco -Juan José Marina, ausente por estar celebrando unas confirmaciones en una iglesia vecina- ya había concluido la celebración de la Santa Misa.
Diego Valencia, el sacristán fallecido, estaba recogiendo los ceremoniales mientras rezaban algunos fieles y una docena de niños recibían la catequesis en las dependencias contiguas.
"El agresor se subió a la mesa del altar y comenzó a tirar las cosas que había encima. El sacristán comenzó a increparle… Pudo escapar, pero él lo alcanzó en la calle y lo ha matado, lo ha matado, lo ha matado", lamenta Marina en declaraciones a El Mundo.
Niños en catequesis
Una vez accedió al interior de la iglesia, el asaltante causó multitud de destrozos de imágenes, cruces y velas y subió al altar mayor. Fue en este momento cuando el sacristán comenzó a increparle para que se marchase de la iglesia antes de hacerle frente con la única ayuda de una silla.
El arrojo del Valencia, de 65 años, fue fundamental no solo para defender el recinto sagrado: también se encontraban presentes en el templo una docena de niños asistiendo a catequesis.
Fue entonces cuando Kanjaa comenzó a perseguir al sacristán hasta que le dio alcance a pocos metros de la iglesia. Allí le apuñaló en el abdomen y en multitud de ocasiones en la cabeza hasta que quedó completamente inerte, según los testigos.
"Mi sacristán estaba muerto en mitad de la Plaza Alta con la cabeza abierta", relató el sacerdote. "Diego era mis pies y mis manos. Para mí Diego ha sido un hombre fiel y posiblemente esta muerte iba para mí y se la ha encontrado él", agregó a la Cadena SER.
Detenido, sonriente y ensangrentado
El atacante trató de atacar otra iglesia, la Capilla de Europa, un templo ubicado en las inmediaciones de Nuestra Señora de La Palma. Golpeó la puerta en varias ocasiones tratando de acceder, pero desistió al estar cerrada.
Tras el asesinato, Kanjaa fue detenido por la policía y ya está siendo investigado por la audiencia nacional. En las imágenes distribuidas tras su detención, puede apreciarse al yihadista con la ropa salpicada de sangre y una sonrisa en la cara.
En el lugar de los hechos se encontró el arma homicida, un machete ensangrentado. También se encontró una misbaha, una cuerda con cuentas similar a un rosario que utilizan los musulmanes para rezar, por lo que todo apunta a un atentado de intencionalidad yihadista.
Yassine Kanjaa, autor del ataque del pasado miércoles en Algeciras, visiblemente tranquilo y sonriente tras asesinar al sacristán Diego Valencia y herir de gravedad al párroco Antonio Rodríguez.
Padre, esposo y "conocido y apreciado" por los vecinos
No son pocos los testigos que han presenciado la actitud heroica de este sacristán. Según declaraciones de uno de ellos a Diario Área, el fallecido estaba muy vinculado a las cofradías de Algeciras, especialmente a las de la Palma, para las que encargaba los adornos florales de los pasos.
Con su muerte, le lloran su mujer y sus dos hijos, así como multitud de vecinos de Algeciras, "donde era muy conocido y apreciado" y donde también regentaba una floristería hasta que se jubiló para dedicarse a la parroquia como sacristán.
"Se llevaba bien con todo el mundo. El intentó que el hombre saliera del templo porque pensaba que era un vándalo. No hay derecho que pasen estas cosas", lamentan.
En un obituario publicado por la Cofradía Nazareno de Algeciras se comunicaba así la noticia: "Ha resultado fallecido nuestro sacristán, D. Diego Valencia Pérez. Pedimos a Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santo Cristo de la Fe y María Santísima de la Amargura que intercedan por su descanso eterno".
"Señor, acoge en tu seno a Diego, que ha dado la vida por defender tu casa", comentaba uno de los seguidores de la cofradía. "Mi más sentido pésame a la familia y amigos de Diego, una persona ejemplar, buen amigo, una persona muy querida. Que el Señor y la Virgen lo tengan en Su gloria y lo acojan en Su seno", comentaba otra. "Descansa en paz amigo, se te echará de menos", añadían.