En plena oleada de violencia destructora de Black Lives Matter contra el legado hispano y católico en Estados Unidos, el Papa Francisco firmó este sábado el reconocimiento de las virtudes heroicas del jesuita Eusebio Francesco Chini (1645-1711), conocido como padre Kino, italiano que ejerció como misionero en el virreinato de Nueva España, que incluía territorios de lo que hoy son México y Estados Unidos.

El padre Kino es uno de los cinco religiosos católicos que figuran en el National Statuary Hall del Capitolio de Washington, en representación del estado de Arizona, donde llevó a cabo lo sustancial de su labor, que no fue solamente religiosa, sino también social, introduciendo cultivos y ganadería y organizando a los indios pimas contra los ataques apaches, y científica, pues fue cartógrafo y cosmógrafo a la vez que explorador. Fundó una veintena de misiones a lo largo de su trabajo apostólico.

Estatua del padre Kino en su ciudad natal, Segno. Foto:  Fringio (Wikipedia).

El padre Kino había nacido en Segno, cerca de la ciudad de Trento, a cuyo colegio de jesuitas le enviaron sus padres para que estudiase. Hizo algo más que eso, y tras recuperarse de una grave enfermedad, ingresó en la Compañía de Jesús.

Concluida su formación, pudo ser catedrático de ciencias o matemáticas en la Universidad de Ingolstadt (Alemania), puesto que le ofreció el duque de Baviera, pero él quería ser misionero y fue destinado al Virreinato de la Nueva España.

Su viaje fue accidentado, pues partió de Génova en junio de 1678 para incorporarse en Cádiz a la flota que salía ese verano para el Nuevo Mundo, pero un error de navegación les llevó hasta Ceuta, contratiempo que le impediría unirse a la expedición hasta dos años después.

No desperdició el tiempo, sino que, cita Forum Libertas, lo aprovechó para estudiar español y escribir una obra de astronomíaExposición astronómica del cometa que el año de 1680, por los meses de noviembre y diciembre, y este año de 1681, por los meses de enero y febrero, se ha visto en todo el mundo y se ha observado en la ciudad de Cádiz.

Una vez realizado el viaje y establecido en lo que hoy es México, se le encargó la evangelización de la escasamente habitada y semi-desértica península de la Baja California, que se resistía a los misioneros desde los lejanos tiempos de Hernán Cortés (1485-1547). A sus labores de explorador entre 1683 y 1685 se debe que descubriese que la Baja California no era una isla paralela a la costa del Pacífico, sino una lengua de territorio unida por el norte al continente.

Aunque hizo progresos apostólicos, sus superiores le ordenaron trasladarse en 1687 al sur de Arizona para llevar la luz de la fe a los indios pimas. Fue en esa región de la Pimería AltaSonora (hoy México) y de Arizona (hoy Estados Unidos) donde el padre Kino, como haría San Junípero Serra (1713-1784) en la California norteamericana años después, fundó un buen número de misiones y núcleos de población que aún perviven.

En ellas destacó como catequista y alfabetizador de los pimas, los sobas y los papagos, a quienes enseñó a agrupar el ganado en corrales y a almacenar sus cultivos, lo cual, entre otras cosas, facilitaba su defensa contra los apaches, que les atacaban con frecuencia. El padre Kino demostró también dotes de estratega para tejer alianzas entre sí que les hiciesen más fuertes contra el enemigo común. Asimismo, protegió a los nativos de ser contratados como trabajadores en las minas de plata, lo que les alejaba de sus poblados y costumbres.

 

Misión de San Xavier del Bac, cerca de Tucson (Arizona), fundada por el padre Kino. Foto: Wikipedia.

A partir de 1691, el jesuita llevó a cabo unos cuarenta viajes de exploración, y en 1694 fue el primer europeo en llegar a la denominada Casa Grande, ruinas de una cultura ya entonces desaparecida y hoy monumento nacional. El mapa que él trazó de la zona de la Baja California, Sonora y Arizona siguió utilizándose durante más de un siglo.

El padre Kino dejó por escrito los recuerdos de esa vida aventurera en su libro Crónica de la Pimería Alta. Favores celestiales (1708). Murió el 15 de marzo de 1711 en el pueblo de Santa María Magdalena, en Sonora (México).

Su fama de santidad continuó viva, no menos que la memoria de su ingente obra como explorador y civilizador. Ha sido protagonista de emisiones filatélicas diversas en México, Estados Unidos y Ciudad del Vaticano, y una sociedad, la Kino Heritage Society, cultiva su memoria en Estados Unidos. Un milagro obtenido por su intercesión abriría ahora la vía a su beatificación.

Oración a San Francisco Javier, patrono de las misiones, por la canonización del Padre Kino

Amantísimo San Francisco Xavier, tú has intercedido con gran eficacia a través de los siglos para atraer a la fe y a la esperanza a los no creyentes en todo el mundo. Te suplicamos pidas a Dios Todopoderoso honrar a aquellos que han gastado su vida en el  servicio de la humanidad.

Recuerda al más humilde siervo de Dios, Eusebio Francisco Kino, quien dedicó su vida al servicio de la gente de las Américas y quien te imitó intensamente en tus virtudes.

Aunque él oraba diciendo que debía su vida, su vocación y su envío a las misiones a tu intercesión, te pedimos intercedas para que su celo apostólico sea reconocido por la iglesia, para que su vida, modelo de la tuya, sea modelo para todos los que profesan su amor sin fin y en inmolación a Jesucristo, el Hijo de Dios.

Cantaremos, oh Señor, tu grandeza, tus virtudes, tus abundantes misericordias y favores celestiales tuyos y de tus santos.

Amén