Stanislaw Grygiel, "amigo íntimo" de Juan Pablo II según la diócesis de Cracovia, profesor del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia y primer director de la Cátedra Karol Wojtyla de este centro, ha fallecido este 20 de febrero a los 88 años.
Nacido en 1934 en Zembrzyce (Polonia), Grygiel se licenció en filosofía en la Pontificia Facultad de Filosofía de la Compañía de Jesús en Cracovia (1956) y en filología en la Universidad Jagellónica (1961). Obtuvo su doctorado en Filosofía cuatro años después, bajo la supervisión y dirección de su tesis por el que más tarde sería el Papa Juan Pablo II.
Durante los siguientes años alternó una profunda labor periodística con la docente. Entre 1962 y 1980 fue editor del mensual católico Znak. También fue cofundador y director de la publicación trimestral Il Nuovo Areopago.
Respecto a su vocación docente, fundó el Instituto Polaco de Cultura Cristiana y fue profesor de Filosofía en la Pontificia Facultad de Teología de Cracovia. También impartió clases de Antropología Filosófica en el Pontificio Instituto Juan Pablo II de Estudios sobre el Matrimonio y la Familia y durante más de dos décadas, de Filosofía del hombre en el Instituto Pontificio de Juan Pablo II en Washington. En los 90 fue también profesor de Filosofía en Lugano (Suiza).
Escritor y profesor consagrado y condecorado
Grygiel participó en el desarrollo de dos sínodos de obispos europeos. Fue miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes, Viena-Salzburgo, de la Academia de Filosofía de Argentina y de la Sociedad Filosófica de Polonia.
Su faceta divulgativa también se plasmó en la elaboración de numerosos libros publicados en Polonia, Italia, España y Estados Unidos. También ha publicado numerosos ensayos y artículos en varios idiomas en Europa, América del Norte y del Sur y Asia. Algunos de los más relevantes fueron Mi dulce y querida guía; Esposos y Santos o Dialogando con Juan Pablo II, entre otros.
Una intensa actividad académica, intelectual y divulgativa que le valió el reconocimiento con multitud de premios y menciones: fue condecorado con la Cruz de Oro al Mérito (1974), la Orden de San Gregorio (Vaticano 2008) y la Gran Cruz al Mérito de los Caballeros de Malta con Estrella (Roma 2014). También recibió el premio Totus Tuus (Varsovia 2021) y el título de doctor honoris causa de la Universidad Cardinal Stefan Wyszyński de Varsovia (2021).
Stanislaw Grygiel, profesor emérito de antropología filosófica y primer director de la Cátedra Karol Wojtyla del Pontificio Instituto Juan Pablo II para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, con su esposa Ludmila. Juntos promovieron durante gran parte de su vida estudios sobre el matrimonio en base a las enseñanzas del Papa polaco, del que era amigo íntimo.
Asimismo, participó activamente en el desarrollo de iniciativas relacionadas con la familia y el matrimonio en la archidiócesis de Cracovia. En los últimos años, contribuyó a la organización e implementación de dos congresos internacionales para el matrimonio y la familia en Cracovia en 2018-2022.
En búsca de la Verdad, "una persona, que es Cristo"
Pocas horas después de su muerte, el expresidente del Instituto Juan Pablo II y alumno del difunto, Livio Melina, destacó a La Nuova Nussola Quotidiana como la búsqueda de la verdad se encontró siempre presente en el desarrollo de sus clases y ponencias.
"Sus lecciones eran así. Volvía continuamente a los temas fundamentales, retomados desde punto de vista siempre nuevos, suscitando interrogantes, despertando la curiosidad, provocando nuevos descubrimientos en la mente y el corazón de quienes le escuchaban, de modo que oírle era un acontecimiento para la vida y no solo para la inteligencia", explica. Lo de Grygiel no fue solo "erudición", sino que esta "siempre se convirtió en amor por la sabiduría".
Pero, sobre todo, Melina destaca que para el amigo de Juan Pablo II la verdad nunca se trató de "una fórmula para repetir ni algo que manipular, sino una persona que venerar". La verdad, decía, "es una persona, que debe ser adorada: es Cristo Jesús", a quien amaba.
En sus clases también se valía de una profunda fascinación por la belleza como algo con lo que "atraer y convencer". Una belleza que "colocaba al hombre en el exigente imperativo de la conversión", mientras formaba personas que a su vez fuesen capaces de engendrarla.
El expresidente del Instituto Juan Pablo recuerda 1981, cuando Grygiel fue llamado a Roma por Juan Pablo II para contribuir a la incipiente institución académica y "crear una auténtica familia, una comunión de profesores, alumnos y personal que compartieran el ideal de buscar la verdad sobre el plan de Dios en torno al amor humano".
"Sus colegas y discípulos recuerdan la generosa hospitalidad de su casa que, gracias a su esposa y sus hijos, era un lugar de conversación e intercambio, pero también un espacio de crecimiento personal, de compartir, de diálogo. La formación académica se convirtió en una escuela de vida, las lecciones motivaron la búsqueda personal y fomentaron la comunión", afirma Melina.
Con su muerte, "el vuelo del águila ha terminado", explica Melina en referencia a la metáfora que empleaba en sus clases para exponer la Verdad. Un término en el que no trató de preservar lo terreno, "sino que voló hacia el Cielo. Desde allí nos sigue y bendice. Muchas gracias, querido Stanislaw, Maestro, Padre y Amigo".