En 1920, con 30 años, María Josefa Menéndez, de Madrid, pero religiosa del Sagrado Corazón en Poitiers (Francia) empezó a tener visiones y a recibir mensajes de Jesucristo y de la Virgen María. Los fue poniendo por escrito.
Tres años después, moría. Ya en los años veinte se inició el proceso para beatificar a la religiosa.
En 1938, con el permiso del entonces cardenal y secretario de Estado vaticano Eugenio Pacelli (quien luego sería el Papa Pío XII) la Editorial del Apostolado de la Oración de Toulouse publicó Un Appel à l´Amour, la biografía de Josefa Menéndez que incluye sus propios registros de las visiones. Esa biografía, con las descripciones contenidas en sus visiones, fue traducida a varios idiomas y se difundió por muchos países.
Han pasado cien años desde esos mensajes. La Iglesia no se ha pronunciado oficialmente sobre su autenticidad o valor. Muchos de sus mensajes de devoción al Sagrado Corazón y de confianza en Dios se parecen a la espiritualidad de Santa Faustina Kowalska, apóstol de la Divina Misericordia, que entró en vida religiosa en Polonia tres años después de morir Josefa en Francia.
En Madrid, Josefa tuvo como director espiritual a un santo, el sacerdote jesuita José María Rubio, desde que tenía 7 años. Él, con fama de taumaturgo, moriría en 1929, seis años después que ella, y fue canonizado en 2005 por Juan Pablo II en Madrid.
San José María Rubio fue el confesor y director espiritual de Josefa mientras vivió en Madrid
Josefa nació en la capital de España en 1890, fue la mayor de 6 hijos y desde pequeña se consideraba novia de Cristo y deseaba entregarse a Él. Hizo la Primera Comunión con 11 años el 17 de marzo de 1901, y sintió que Jesús respondía a su ofrecimiento diciendo: “Sí, hija mía, deseo que seas toda mía”.
Sin embargo, su padre murió en 1910 y ello no pudo entrar en vida religiosa porque, siendo la hermana mayor, tenía que ayudar a mantener a sus hermanos pequeños.
Por fin, con 30 años, entró en Les Feuillants, un noviciado recién creado de la sociedad del Sagrado Corazón de Jesús, en Francia, en 1920 y profesó sus votos monásticos el 16 de julio de 1922. Allí experimentó sus visiones hace ahora cien años.
Sor Josefa mantiene bastantes devotos en los entornos ligados a las religiosas del Sagrado Corazón (la congregación se fundó en 1800 en Francia y hoy cuenta más de 2.000 religiosas en 41 países).
Un listado de los mensajes que anotó se pueden leer aquí en la web Corazones.org
Nosotros seleccionamos a continuación los mensajes que anotó como recibidos de la Virgen María.
17 de Mayo de 1921
La Santísima Virgen María dijo a Sor Josefa: “Este dolor que sientes es una centella del Corazón de mi Hijo. Cuando lo sientes muy fuerte, cuida de ofrecerlo con mucho amor, porque eso quiere decir que un alma hiere a Jesús en aquel momento. No tengas miedo de sufrir: es un tesoro para ti y para las almas”.
1 de Julio de 1921
La Santísima Virgen María dice a Sor Josefa: “Adora la Sangre Divina de Jesús, hija, y pide con gran fervor que se derrame sobre esta alma para que la ablande, la perdone y la purifique”.
22 de Julio de 1921
La Santísima Virgen María dice a Sor Josefa: “Has de sufrir por las almas, has de ser tentada, porque el demonio quiere, a todo trance, quebrantar tu fidelidad. Pero ten valor”. Y después: “Hija de mi Corazón, vengo a sostenerte porque soy tu Madre. No, no es inútil lo que estás sufriendo… Por este acto (tuyo) de humildad (y por tu) miedo de una tentación tan fuerte, expías el orgullo de esta (otra) pobre alma; la tentación que sufres y vences, disminuye la de aquella”.
1 de Septiembre de 1921
La Santísima Virgen María dice a Sor Josefa: “Mira hija mía, cuanto más te pida Jesús, más debes alegrarte… El que contempla un cuadro muy bien pintado, no es el pincel lo que admira, sino la mano del pintor. Así tú, Josefa, aun cuando realizaras grandes cosas, no debes atribuirte nada a ti misma, pues es Jesús quien obra en ti, y quien se sirve de ti. Da gracias sin cesar a Dios, que tan bueno ha sido contigo. Sé muy fiel, así en lo grande como en lo pequeño. No mires si te cuesta. Obedece a Jesús, obedece a las Madres [del convento], sé muy humilde y deja lo demás. Jesús se encarga de tu pequeñez, y tú sabes que yo soy tu Madre”.
20 de Octubre de 1921
La Santísima Virgen María, llena de ternura, dice a Sor Josefa sumergida en una dura lucha de varios días de tribulación: “No temas sufrir. ¡Cuántas almas se han acercado al Corazón de Jesús en estos días de tentaciones!”
16 de Julio de 1922
La Virgen María dice a Sor Josefa: “Vive en paz, hija mía, no te reserves nada para ti, ni te preocupes más que del momento presente. Jesús te lleva y guía a tus Superiores. No te apartes de sus consejos. Sé fiel y sumisa a la voluntad de mi Hijo, en los momentos más difíciles”.
30 de Julio de 1922
La Virgen María dice a Sor Josefa: “Hija mía, no te asustes de tus caídas. Todavía caerás más de una vez, pero siempre te levantará el Amor. Te sostiene un Esposo que es Dios y que te ama”.
21 de Enero de 1923
La Virgen anima a Sor Josefa: “…Esa misma miseria es la que atrae la misericordia de Jesús; en Su Corazón te ha escondido para que nada pueda dañarte. Abísmate en tu pequeñez y en tu nada, pero cree en Su amor y confía que nunca te abandonará. No tengas más ambición que la de darle muchas almas, mucha gloria y mucho amor”. Sor Josefa le pide su bendición y María traza en su frente la señal de la cruz mientras le dice: “Sí, te bendigo de todo corazón”.
15 de Marzo de 1923
La Santísima Virgen María dice a Sor Josefa: “Ofrécete a Jesús para curarle las heridas que Le causan los pecados del mundo. Ya sabes cómo goza Su Corazón cuando las almas religiosas se ofrecen a El para consolarle”. Este es el mensaje que Josefa dice que Jesús desea que lean muchos, especialmente sacerdotes y religiosas: “Sí, almas que he escogido para que seáis Mi descanso y el jardín de Mis delicias; espero de vosotras mucha mayor ternura, mucha más delicadeza, mucho más amor que de otras que no Me están tan íntimamente unidas. De vosotras espero que seáis el bálsamo que cicatrice Mis heridas, que limpiéis Mi rostro, afeado y manchado…, que Me ayudéis a dar luz a tantas almas ciegas, que en la oscuridad de la noche Me prenden y Me atan para darme muerte. No Me dejéis solo… Despertad y venid…, porque ya llegan Mis enemigos.
16 de Marzo de 1923
Josefa preguntó a la Virgen cómo purificarse cada día para disminuir el paso por el Purgatorio lo más posible. María le respondió: “Cada noche antes de entregaros al descanso diréis con gran confianza al mismo tiempo con gran respeto estas palabras: `Oh, Jesús, Vos conocíais mi miseria antes de fijar en mí Vuestros ojos, y ella, lejos de hacéroslos apartar, ha hecho que me amaseis con tanta ternura y delicadeza. Os pido perdón de lo mal que he correspondido hoy a Vuestro amor, y Os suplico me perdonéis y purifiquéis mis acciones en Vuestra Sangre Divina´. `Me pesa haberos ofendido porque sois infinitamente santo. Me arrepiento con toda mi alma y prometo hacer cuanto me sea posible para no caer más en las mismas faltas”. María agregó: “Después, hija mía, os entregaréis al descanso con toda tranquilidad”.
Sor Josefa ya no recibió más mensajes de la Virgen, aunque sí de Jesús. Moriría unos meses después, el 29 de diciembre de 1923.
Documental de 2009 de KTO TV sobre Josefa Menéndez y su espiritualidad (en francés)