"Hola, soy Chris, teólogo, apasionado de la evangelización y apologista que disfruta difundiendo la fe". Sin duda esta es una afirmación opuesta a la que Vitale habría pronunciado pocos años antes. Hoy, Vitale está entregado a su parroquia, Nuestra Señora del Monte Carmelo, llevando a cabo labores de evangelización y apologética digital a través de su programa The Return, sobre conversos a la fe.
Un programa que comenzó poco después de ser él mismo quien cruzase el Tiber y regresase a Roma después de años de ateísmo radical y militante.
También este quiebre es complejo de asumir, pues se crió en una familia católica, con la que rezaba el rosario cada sábado por la mañana desde que tenía al menos 9 años. También iba a clases de catequesis, con su padre a misa los domingos… incluso leyó la Biblia y pensó en que algún día sería sacerdote.
Sin embargo, aquella perspectiva comenzó a cambiar cuando comenzó la educación secundaria y conoció a nuevos compañeros que "tambalearon" su vida.
Rodeado de heavy, guitarras y rebeldía... pero sin respuestas
En un principio, tenía buenas cartas para ser un joven rebelde, agresivo o antisocial. Grandes melenas, camisetas oscuras, amante de los deportes de lucha y contacto y de la música rock y metal… Su nueva tendencia pronto se vio difícil de compatibilizar con la fe.
Sus nuevos amigos "tenían pensamientos muy profundos sobre el mundo que los rodeaba. Se rebelaban contra la gente y el status quo, sus padres y la sociedad”, dijo Vitale al Catholic Sun. También tenían algunas preguntas sobre su fe católica, muchas de las cuales él no sabía responder.
Un día, una serie de cuestiones hizo mella en sus débiles defensas.
"¿Cómo sabes que lo que crees es real? ¿Cómo sabes que es verdad? Si Dios es todopoderoso, ¿puede construir una roca que no pueda levantar?".
Quizá no eran las preguntas más originales que un ateo le haya hecho alguna vez a un católico, pero para Vitale le resultaron más que incómodas.
Como un jarro de agua fría: "No conocía a Dios como pensaba"
"Fue como ser consciente de que no tenía la comprensión real y profunda de Dios que pensaba tener", admite.
Chris Vitale, en una de sus jornadas impartiendo catequesis.
Fue la primera parada de una tumultuosa odisea que incluyó crisis, dudas, el abandono de la Iglesia o su entrada en otras creencias, con el único objetivo de buscar la verdad y respuestas.
En este proceso, recuerda que "ni si quiera estaba enfadado con la Iglesia". De hecho, abandonarla "fue muy difícil", incluso "algo desgarrador".
Pero la "excusa" perfecta fue una joven y amable chica protestante a la que conoció y con la que empezó a hablar sobre las típicas objeciones sobre la Iglesia, la confesión, devoción a la Virgen… Y una vez más, Vitale no estaba preparado para responder. Así que comenzó a acudir a las sesiones de estudio bíblico con su nueva novia y su familia.
Entregado a Jesús como protestante... pero sin dejar la Iglesia
Uno de esos domingos, acudió con su novia a la iglesia, caminó hacia el altar y mientras rezaba, decidió "entregarle la vida a Jesús".
"Pasé los siguientes cinco años en ese mundo, siendo protestante evangélico, tratando de acercar a la gente a Jesús, mostrarles un camino hacia la salvación", explicó.
Pero no fue un camino exento de "problemas", si es que se puede llamar así a sus orígenes católicos. Pese a que ahora era evangélico, no podía evitar leer las Escrituras con una óptica católica, lo que hacía surgir grandes cuestiones. ¿Qué hacer, por ejemplo, con Mateo 16:18, cuando Cristo declara a Pedro la roca sobre la qué edificaría Su Iglesia?", se pregunta tiempo después.
Una de las grandes novedades que hubo de enfrentar era la de interpretar las Escrituras, que según los evangélicos sería guiado por el Espíritu Santo. Sin embargo, recuerda como "chocar contra una pared" el hecho de escuchar lo que cada persona creía, que cada uno tenía su propia opinión o que nadie terminaba de poder ofrecer una idea en claro.
Ateo militante, hasta que vio a un católico "fuera de serie"
Pero en ese momento, Vitale cayó enfermo. Ahora tenía que obtener respuestas a la fe, pero también al estado de su propia vida. Pero pasados los años, el hecho de encontrar la sanación médica sin ningún progreso espiritual le llevó a "olvidarse de Dios".
Así, fue asumiendo que solo la Ciencia tenía las respuestas, adentrándose en una concepción cada vez más militantemente atea de la existencia, leyendo libros, viendo vídeos y acudiendo a ponencias de destacados ateos. Al final, Cristo fue para Vitale algo así como "un cuento de hadas".
Recuerda uno de esos debates online, que reunieron al historiador ateo Richard Carrier y al converso Trent Horn. Vitale esperaba asistir a lo que creía que sería una épica victoria atea, cuando empezó a ver como Horn, con varios títulos en Teología, Filofosía o Bioética, "dominaba. Era el Equipo A. Algo fuera de lo común. Se mantuvo firme y eso me hizo reflexionar", admitió.
Vitale, tras su conversión.
Aquella seguridad, los argumentos que probaban la existencia del Cristo histórico, la fundación de Su Iglesia o Su muerte y resurrección obligaron a Vitale a repasar su propia vida. Primero recordó las veces que recibió de niño la comunión, luego leyó y estudio a los Padres de la Iglesia, dio el salto a Scott Hahn y Jimmy Akin… Sin saber cómo, había vuelto a la fe de su infancia, pero esta vez, ansioso por satisfacer su inquietud intelectual.
Catequista, apologeta y buscador de "regresados"
Vitale se matriculó en un máster en Teología y pronto se encontró impartiendo cursos de formación y catequesis y colaborando con parroquias.
Hoy, considera que muchos adultos y jóvenes cómo él "tienen hambre y están buscando una comprensión y formación profunda en la fe, un conocimiento más sólido". Para contribuir en esa búsqueda, Vitale ha abierto un canal de YouTube para la parroquia de Nuestra Señora del Monte Carmelo, The Return. Allí invita y entrevista a quienes, como él, volvieron a la Iglesia, mostrando así que son muchas las "personas reales que pasaron por lo que tú puedes estar pasando, que salieron del otro lado y regresaron a nuestro Señor", concluye.