Tanya nunca imaginó que acabaría siendo católica, más si cabe cuando había crecido en una familia tradicional budista tailandesa. Pero tras haber sido interpelada por el Evangelio finalmente decidió dar el paso y fue tras la visita del Papa Francisco al país cuando decidió empezar a vivir su vida pública como seguidora de Cristo.
Esta tailandesa conoció el cristianismo en la escuela, pues fue a una de las 350 escuelas católicas que hay en el país y que reciben a más de 500.000 niños tailandeses. De hecho, muchos de estos alumnos no son católicos, pues en todo el país la cifra de católicos no llega a 400.000.
Las palabras del Evangelio de San Juan
Pese a ser de familia budista sus padres decidieron enviarla a esta escuela católica por el simple hecho de que estaba cerca de su casa. Pero con lo que no contaba ni Tanya ni sus padres es que desde pequeña se sintiera interpelada por el cristianismo, especialmente por el Evangelio de San Juan en los que el apóstol escribía: “En el principio era el Verbo (…) y el Verbo se hizo carne…”.
Tanya, el día de su bautizo
“En aquel entonces no entendía nada”, explica esta tailandesa a Vatican News, y lo achaca a que “tal vez era el Espíritu Santo” el que hizo que se hiciera mil preguntas sobre el Evangelio y no parara hasta encontrar respuestas.
Este despertar espiritual también fue fomentado por uno de sus profesores, que pese a ser católica nunca intentó convencerla de hacerse católica. “Me ayudó mucho en mi camino de fe”, asegura, pues gracias a él se fue dando cuenta de que el cristianismo “es lo que busca”.
Su intento de ser bautizada siendo niña
Con esta convicción en su corazón, Tanya con tan sólo 12 años pidió ser bautizada. Y para ello pidió ayuda a su abuela, que conocía a varios jesuitas en Tailandia. Y pese a la mediación de su abuela los padres se negaron y prohibieron que se bautizara.
“Después de esto no volví a hablar de tema”, asegura ella, que desde entonces ocultó a su familia la atracción que sentía por Cristo. Sin embargo, nunca dejó de pensar en ello y prometió que se convertiría “si un día” tuviera “la oportunidad” de “dar un paso adelante en su fe y pedir el bautismo”.
Durante los años de colegio y posteriormente de universidad no habló sobre esto con nadie. Pero todo cambió en Francia gracias a una beca que recibió para estudiar en París en 2015.
Su gran encuentro con Cristo en Francia
En la capital francesa descubrió la Iglesia casi por casualidad. En la universidad buscaba un sitio para estudiar pero todas las plazas estaban ocupadas y buscando un lugar tranquilo llegó a una sala que pensaba que estaba dedicada al estudio, pero era la capilla. “Fue muy bonito porque allí, enseguida, alguien me sugirió ir a misa en la iglesia de San Ignacio. Creo que fue el comienzo de mi viaje”, agrega esta joven.
Cuando llegó a esta iglesia jesuita se quedó sin palabras. Confiesa que fue casi una experiencia mística pues afirma que sintió una voz que le dijo que aquella era su casa y pronto ella supo que era bienvenida.
Por fin pudo bautizarse
Finalmente, Tanya sería bautizada en esta misma iglesia de San Ignacio en 2018. Un año después volvía a Tailandia ya como católica. Y con sus 26 años trabaja en un banco japonés aunque el dinero no es su obsesión. “Hay que estar en el mundo pero no ser del mundo”, afirma siempre.
A día de hoy Tanya sigue buscando cuál es su vocación, de "su verdadero deseo, su verdadera voluntad". Con la ayuda de la oración explica y siempre con la ayuda de San Ignacio de Loyola se repite cada día: "Actúa como si todo dependiera de ti, sabiendo que en realidad todo depende de Dios”.
A Tanya le gustaría reactivar estos corazones distantes de la fe, para permitirles mirar más allá de lo que ven sus ojos, para pensar más allá de lo que la ciencia o su intelecto afirman. "Es -añade- una cuestión existencial”. Por supuesto, no es fácil cambiar el punto de vista o la mentalidad de uno porque "requiere mucho trabajo", dice Tanya. Pero no admite la derrota, al contrario.
Además, Tanya quiere dar a conocer su Iglesia a todo el mundo y esto también significa sacudir cualquier prejuicio que los tailandeses puedan tener. Por ejemplo, en el budismo, el mundo clerical y el mundo secular son muy distintos, pero -señala- en la Iglesia Católica, "los sacerdotes no son personas distantes o inaccesibles.
"Los tailandeses también tienen la impresión de que el cristianismo es una religión de restricción, que trata de privarnos de nuestra libertad, pero es todo lo contrario", exclama. ¿Cómo explicas este sentimiento? Quizás porque - dice - en la cultura tailandesa la palabra del adulto y del anciano no puede ser cuestionada. "A los jóvenes se les pide que se callen".
Volcada en el anuncio del Evangelio
Con la visita del Papa a Tailandia del 21 al 23 de noviembre de 2019, su actividad en Internet ha aumentado. Tanya fue contactada por un importante periódico online para hablar sobre Francisco y la Iglesia. Con sus artículos en tailandés quiere captar la atención de sus lectores, que saben muy poco sobre el catolicismo.
Ha escrito sobre la cerveza trapense o el último Sínodo. Muchos de sus últimos artículos también hablaban del Papa. Al igual que la Iglesia local, Tanya describe a Francisco como el "hombre del bien" y "guía espiritual", pero también menciona "al hombre que encontró dificultades". Habla de su pasado durante la dictadura en Argentina, de lo que le llevó a denunciar las desigualdades. Habla del hombre de fe y del jefe del Estado Vaticano. "Mis lectores estaban muy interesados en la intervención del Papa entre los Estados Unidos y Cuba", y más en general en la diplomacia de la Santa Sede.