El del doctor en sociología Omero Marongiu-Perria es un caso particular. Criado como católico y "converso" al islam antes de los 18 años, ha podido conocer el pensamiento y vida de la Iglesia católica, pero también el del islamismo -formó parte de los Hermanos Musulmanes entre 1993 y 2004- y del llamado "islam liberal". Hoy, como especialista en islam francés, es uno de los principales representantes de esta última corriente en el país galo, que ha plasmado en varios libros, el más reciente Qu'est-ce qu'un islam libéral? -¿Qué es el islam liberal?-.
Según se desprende de los artículos de su blog y las múltiples entrevistas concedidas a medios franceses, Marongiu no parece pretender engañar a nadie. No suele decir qué es o qué no es el islam, sino que más bien propone una visión del mismo que admite basarse en la exégesis y la "libre interpretación" del Corán.
De hecho, admite que el propósito de esta corriente es subrayar la importancia de la libertad del individuo en su relación con "Dios", aunque el respeto de las normas islámicas sea lo que tradicionalmente ocupe o haya ocupado un lugar principal en la vida de fe de los musulmanes.
"Un musulmán liberal no se sentirá atrapado en un marco preestablecido, diciéndose a sí mismo que está cometiendo un pecado si no respeta la letra del dogma establecido por las instituciones religiosas. La cuestión ya no es de este orden, es una búsqueda constante del sentido mismo de la relación" con la divinidad, declaró recientemente al diario francés La Croix.
No se puede negar la interpretación violenta del islam
Tanto es así que Marongiu-Perria se niega a emitir "fatuas" o condenas sobre el llamado "islamismo radical" o el yihadismo o a negar su relación al propio Corán o los designios de Mahoma. Él propone simplemente otra visión.
Preguntado precisamente por las actuaciones terroristas reivindicadas por agrupaciones islamistas o llevadas a cabo "en nombre del islam", afirmó a La Croix du nord en otra ocasión que no se puede decir que los atentados realizados en Francia "malinterpretasen la religión musulmana y el Corán".
"Rechazo la posición de mis correligionarios que consiste en decir que no se puede desarrollar una lectura violenta del Corán", afirmó, pues hacerlo suprimiría "un problema fundamental que atraviesa el islam contemporáneo".
Marongiu-Perria es uno de los más destacados representantes del islam liberal en Francia.
Marongiu-Perria remonta los orígenes de su cosmovisión a principios del siglo XX, cuando el Imperio otomano "estaba en decadencia. Los teólogos musulmanes intentaban comprender las causas de esta decadencia y trazar vías para renovar el islam en los tiempos modernos. Surgieron dos movimientos: uno que se convertiría en la matriz liberal y laica, y otro en la matriz islamista, que abogaba por un retorno a los fundamentos".
Sin embargo, esa sería la respuesta meramente histórica aportada por el sociólogo. La realidad, dice, es que "si el enfoque liberal se define en el sentido de dar poder a los creyentes y hacer hincapié en la libertad de interpretación de los textos, no nació ni siquiera un siglo después de la muerte del profeta [Mahoma], en el siglo VIII".
El islam liberal, como los católicos "que no reconocen la misa"
Otro aspecto interesante sobre el que habla Marongiu-Perria es de la importancia de que el islam asuma los valores que en Francia se llamaron ilustrados.
De ello se desprende una reflexión ampliamente estudiada por pensadores contemporáneos como Russell Ronald Reno. En su libro El retorno de los dioses fuertes detalla como a mediados del siglo XX, la noción de "sentido" reemplazó a la de "verdad", la de "equidad" a la de "justicia" y la de "diversidad" a la de "cohesión". Algo semejante sucedió en el plano religioso, donde la ortodoxia fue desapareciendo a favor de interpretaciones más laxas como las que propone Marongiu-Perria en torno al islam.
En este sentido, el mismo doctor en sociología musulmán abordó esta cuestión en su última entrevista, cuando destacó que "creyentes liberales" como él "siguen los dogmas establecidos, pero los reelaboran para hacerlos compatibles con las exigencias de la sociedad actual".
Para explicarlo puso los ejemplos de las mezquitas liberales francesas, Simorgh y Fátima, que "celebran la oración de los viernes al final del día en lugar de a primera hora de la tarde -como está establecido-, porque es el mejor momento para reflexionar después del trabajo".
Para Marongiu-Perria, esta interpretación del islam es profesada por "muchos musulmanes que son liberales de facto, pero desvinculados de su entorno religioso. Es lo mismo que ocurre con los católicos que no reconocen la misa".
El islamismo woke, "un verdadero infierno"
En otro orden, el doctor en sociología también critica lo woke desde una supuesta identidad islámica cuando los activistas de la cancelación abundan en las condenas por islamofobia.
En una de sus tribunas -también en La Croix- destacó como activistas musulmanes en Francia siguen el modelo de otros movimientos como podrían ser Black Lives Matter en Estados Unidos. Basados en "el modelo Rosa Parks", siguen una estrategia con "palabras clave" como "empoderamiento" u "organización comunitaria", lo que a juicio de Marongiu-Perria consiste en "un arma de destrucción masiva, un verdadero infierno cargado de buenas intenciones".
"El objetivo ya no es poner de relieve la discriminación sufrida por los ciudadanos musulmanes franceses, sino hacer que la autoridad política se doblegue a las demandas de ajuste del derecho común al servicio de una concepción integral de la identidad religiosa musulmana", destacó.
Como ejemplo, habla de "altercados banales" o "conflictos que surgen de simples noticias" que si bien "deberían resolverse mediante un proceso de mediación clásico, ahora son inmediatamente grabados y escenificados para despertar el resentimiento de entre los miembros de la comunidad".
"Un simple toque de emoción y el llamado a la solidaridad comunitaria basta para obtener una amplia respuesta en las redes sociales. Desafortunadamente, en la mayoría de los casos, la mecha se quema y activa el explosivo, provocando muchas explosiones", menciona.
El ejemplo más reciente podría ser el escenario prebélico desatado en buena parte del país a finales del pasado mes de junio. Al momento de escribir su artículo, en noviembre de 2020, pone otros casos "woke" de manual diseñados para "matar socialmente a personas que supuestamente encarnan el racismo estructural".
"El 28 de agosto de 2016, después de que el director del restaurante Le Cénacle, en Tremblay-en-France, se negara a atender a dos mujeres musulmanas con velo, se difundió en las redes sociales un kit estratégico que animaba a la gente a destruir la reputación del restaurante", menciona.
Como segundo caso, detalla lo sucedido en 2017, cuando una entrenadora de un gimnasio alsaciano sufrió "un verdadero acoso" tras mostrar su preocupación en Facebook por el aumento del uso del velo en Estrasburgo.
"También en este caso el objetivo era `dar un ejemplo´ a todos, obligando al centro a despedir a su empleada. La denuncia presentada contra esta señora fue posteriormente desestimada por el fiscal", explica.