El 20 de abril de 1999, dos estudiantes, Dylan Klebold, de 17 años, y Eric Harris, de 18, armados de fusiles y explosivos, entraron en la escuela de secundaria donde estudiaban, el Columbine High School, en Littleton, Colorado y mataron a 13 personas. Uno era un profesor de 47 años, las otras víctimas tenían entre 14 y 18 años. También hirieron a otras 23 personas. Después se suicidaron allí mismo. Habían dejado un vídeo explicando a sus padres lo que iban a hacer y pidiéndoles perdón. Se conoce como la masacre de Columbine.
En ese instituto, a esa hora, en la biblioteca, siempre, día tras día, estudiaba una chica de 16 años llamada Jenica Thornby. Pero, de forma asombrosa, sintió "algo" que le hizo salir antes de la masacre. Ella lo explica así casi 20 años después.
Matanza de Columbine en 1999, los chicos se esconden bajo las mesas
"Tuve una imperiosa necesidad de salir de la escuela"
"Yo debería haber estado en el centro de la tragedia. Sin embargo, minutos antes del tiroteo, tuve el impulso irresistible de salir de la escuela. Normalmente, iba
a la biblioteca a estudiar durante la hora del almuerzo. Cada día, durante dos años, fui a la biblioteca a estudiar. Sin embargo, el 20 de abril de 1999, estaba sentada en mi clase de arte, justo antes del almuerzo, cuando de repente, tuve esa imperiosa necesidad de salir de la escuela", recuerda en un testimonio en vídeo en el congreso online Ark and Dove Week en febrero de 2019.
"Una y otra vez me repetía en la cabeza: 'no puedo quedarme aquí, de ninguna manera. Nadie me convencerá para que me quede'. Tenía necesidad de salir y sentía mucha prisa por hacerlo", recuerda.
"Solía encontrarme con mi amiga Rebecca en su casillero. Estaba tan apurada que pasé por su casillero, fui hasta el mío y me topé con ella frente a la biblioteca. Terminé convenciéndola de irse conmigo, así que salimos de la escuela, subimos a mi auto y, mientras nos alejábamos de la escuela, y mientras nos alejábamos de la escuela, noté que cientos y cientos de mis compañeros salían corriendo de la escuela. Pronto entendí que había habido un tiroteo en el instituto y que la mayoría de los disparos se dieron en la biblioteca donde yo estaba cada día... excepto ese".
"Los monstruos en la puerta de al lado: ¿qué les hizo hacerlo?"
Una pregunta... hacia Dios
Jenica se hizo una pregunta: ¿por qué ese día no estuvo en la biblioteca? "Recuerdo que me dijeron que había sido Dios. 'Él debe tener un plan para tu vida'. Y así me di cuenta de que Dios existía y tenía un plan".
Hasta ese momento Jenica no había tenido fe. Había llegado al pueblo a los 11 años. Sus padres la querían, pero en su familia no había recibido ninguna formación religiosa, incluso estaba sin bautizar.
Ahora, con 13 cadáveres en la escuela, y luego sus fotografías en las paredes, se hacía preguntas muy duras. Ahora estaba convencida de que Dios existía pero, ¿cómo era Dios? ¿Cómo se relaciona con los hombres? ¿Cómo encaja con tanto mal?
"Me resultaba difícil el gran sufrimiento, la oscuridad, el mal que percibía en el mundo. Así que me volqué en muchas otras cosas, pero aquello con lo que llenaba mi vida me dejaba más vacía. Como secuela, caí en la desesperación absoluta, en una gran desesperanza. Sentí que no había ninguna razón para seguir adelante".
"Algo en su vida... le faltaba a la mía"
Fue entonces, con unos 18 años, cuando una amiga la invitó a actividades en la parroquia católica de Santa Francisca Cabrini, donde había muy buenos responsables de jóvenes. Una responsable, Kate, "era tan brillante y tan llena de vida que me di cuenta de que había algo en su vida que faltaba en la mía. Y ella empezó a hablarme de un Dios que apasionadamente me amaba y que tenía un plan".
Eso fue una respuesta transformadora para ella. "Me di cuenta de que toda mi vida había estado esperando conocer a Dios y Su amor". Sólo Dios podía llenar el corazón. Ella cita a San Agustín, otro converso: "Nuestro corazón está inquieto hasta que descansa en Dios". Y decidió que quería descubrir, con todo su ser, cuál era el plan de Dios.
Y ahora empezaba a saber cómo responder al absurdo de la muerte y la violencia: la respuesta es, con Dios, ayudar a construir una civilización del amor y una cultura de la vida.
Jenica decidió hacerse católica y fue a estudiar a la Universidad Franciscana de Steubenville. En la Vigilia Pascual del 30 de marzo de 2002 recibió el bautismo, la confirmación y la Primera Comunión.
Siguió reflexionando sobre Dios y la matanza de Columbine. En esa matanza, uno de los asesinos apuntó a una chica llamada Rachel Joy Scott y le preguntó: "¿Crees en Dios?" "¡Sí!", dijo ella con firmeza. A continuación, él la mató. (ReL contó su historia aquí).
Rachel Joy Scott, con su "sí" a Cristo, ha inspirado a muchas personas
Jenica entendió que Rachel había dicho sí y había muerto por Cristo, y se planteó si ella podía decir "sí" a Cristo y entregarle su vida sirviéndole.
Explorando la vocación: cómo entregarse a Dios
En 2006 y 2007 fue voluntaria misionera con Net Ministries, el sistema de jóvenes misioneros que recorren el país en furgoneta, organizando retiros y encuentros.
En 2008, durante una misa en la catedral de San Pablo en Minesota, alzó los ojos y sintió profundamente la presencia de Dios ante ella. Su testimonio vocacional describe que sintió que "Él la estaba llamando para ser su novia, para amarlo con un corazón sin división, para conducir a otros a experimentar su amor".
En 2010 entró en la congregación de las Discípulas del Señor Jesucristo (www.dljc.org), de espiritualidad franciscana y carismática, dedicadas a la evangelización. Tienen comunidades en Nuevo México (Albuquerque y Santa Fe), en Amarillo (Texas), en Pittsburgh (Pensilvania) y en Monterrey (México).
Ark and Dove (el Arca y la Paloma) es la casa de retiros donde nació la Renovación Carismática Católica en 1967; allí sirve hoy la Hermana Mary Gianna, nombre religioso de Jenica
Tomó el nombre de Hermana Mary Gianna, por Nuestra Señora de Gracia y por santa Gianna Beretta Molla, la doctora italiana que murió ganando tiempo para su bebé.
Como Hermana Mary Gianna sirve en un lugar muy especial, la casa de retiros el Arca y la Paloma (Ark & Dove), en Pittsburgh, donde nació la Renovación Carismática Católica en 1967. Allí compartió su testimonio en un vídeo para participantes en su congreso online.