Steve Dow fue durante gran parte de su vida pastor en una iglesia cercana al metodismo, acompañado por su mujer a la que conoció en un curso de estudios bíblicos en Nebraska. Ha contado a Catholic Voice Omaha cómo las nuevas tecnologías tuvieron mucho que ver en su acercamiento a la Iglesia católica: tras años "espiritualmente muerto", una televisión y la fidelidad católica a las Escrituras le llevarían a dejarlo todo por la Eucaristía.
Como pastor metodista de la Iglesia Wesleyana, Steve Dow y su mujer tenían todo lo que necesitaban en la vida: una familia, dinero y una firme convicción en sus creencias religiosas.
Sin embargo, siempre estuvo movido por una fuerte curiosidad que le llevó a tener una mentalidad abierta, sin importarle consultar fuentes de información ajenas a su propia iglesia. Fue así como comenzó a ver algunos programas de EWTN, la televisión evangelizadora fundada por la madre Angélica en 1981.
Viéndolo, "empecé a darme cuenta de que muchas de las cosas que había escuchado sobre la fe católica y que pensaba que eran una locura eran reamente buenos fundamentos de lo que los católicos creen y practican", comenta.
Inexplicablemente, Dow se sintió atraído por aquel mensaje descubierto en televisión, pero también tenía motivos que le hacían dudar.
"`Soy un pastor protestante, si sigo por este camino perderé mi ministerio y mi fuente de ingresos. ¿Cómo mantendré a mi familia?", se preguntaba.
8 años de oscuridad: "Me sentía espiritualmente muerto"
Presa del miedo, decidió alejar las dudas e ideas que le atraían de la fe, pero al hacerlo fue consciente de que se estaba "separando de Dios y del camino" que tenía preparado.
"De repente me encontré cuestionándolo todo, mi fe, la existencia de Dios… Me fui volviendo ateo y por coherencia tuve que dejar el ministerio", explica.
Los ocho años que siguieron a aquella decisión tomada en 2013 le sumieron en una "oscuridad espiritual" que intentaba paliar asistiendo a servicios y cultos protestantes. Nada lograba hacerle salir: "Empecé a sentirme espiritualmente muerto por dentro".
El matrimonio residente en Nebraska se quedó sin ingresos y Dow comenzó a trabajar en una vieja granja familiar y una agencia de apoyo a personas con discapacidad. Pero el sustento no fue lo único que se vio resentido tras abandonar el metodismo.
Su mujer, Amanda, había sido católica antes de conocer a Dow, pero tras acompañarle en su ministerio enfrentó no pocas complicaciones para asumir su nuevo estado de vida al margen de su iglesia.
"Fue muy duro para ella y para nuestro matrimonio. Ella siguió creyendo y yendo a la iglesia de vez en cuando, pero que yo no fuese ni la apoyase se lo ponía más difícil", explica.
Encontró a Dios en "La Cabaña"
En plena noche oscura, Dow sabía que "tenía que haber algo más en la vida que esto", y encontró la respuesta en una famosa película cristiana de redención y conversión, La Cabaña, protagonizada por Sam Worthington (Avatar).
Algunos aspectos de la película -especialmente polémica por la particular representación del Padre y del Espíritu Santo-, fueron valorados a partes iguales por obispos como Robert Barron, que reconoció la representación personal y cercana de la Trinidad mientras que cuestionó la fuerte interpretación protestante de dogmas católicos.
Con todo, aquella película fue decisiva para el proceso de Dow: "Rompí a llorar y me di cuenta de que tenía que haber mucho más. Despertó la fe de nuevo".
Libros, películas y nuevas tecnologías
Desde ese momento, su acercamiento a la Iglesia católica siguió marcado por las nuevas tecnologías mientras "devoraba" insaciablemente toda la literatura y doctrina católica que podía.
Llegó el turno de Hallow, una aplicación católica diseñada para facilitar la oración y "santificar la vida de millones de personas". En su caso, le hizo descubrir el rezo del rosario.
Desde entonces, el camino a la Iglesia estaba prácticamente allanado para Dow y su mujer, que se fue acercando de nuevo a la Iglesia. No tardó en comenzar a ver las misas retransmitidas por YouTube de su parroquia e investigó sobre el curso de iniciación cristiana para adultos.
"Cuando me inscribí, estaba totalmente convencido, fue una confirmación de lo que ya estaba empezando a creer", admitió. Su catequista confirmó este proceso: "Había una determinada certeza en su corazón, sabía a donde quería ir y cuando había dudas sobre el dogma católico, su corazón estaba abierto para recibir la verdad de la Iglesia".
Apasionado de la Eucaristía
La Eucaristía no solo se convertiría en su nueva pasión, también sería la piedra de toque que le permitió comprenderlo todo.
"Siempre pensé que los protestantes eran los que más en serio se tomaban la literalidad de la Biblia, pero me sorprendió darme cuenta de que eso no era realmente cierto. Cuando Jesús dice `este es mi cuerpo y esta es mi sangre´, los católicos son quienes lo toman de forma más literal. Los protestantes lo ven de forma más simbólica, como si `nos estuviésemos alimentando de Él por la fe de nuestros corazones, pero solo recordamos lo que Él hizo´, explica.
Para Dow, fue sorprendente como se clarificó el mensaje de las Escrituras tras recibirlo "con una mentalidad y un corazón abierto". "¿Cómo no lo vi antes durante tantos años?", se preguntó.
El 16 de abril de este año, tras meses esperando poder recibir la comunión, Dow fue recibido a la Iglesia católica junto con su mujer, de nuevo en casa.
Una familia unida y sanada en la fe
"Fue muy emotivo, especialmente tras recibir la Eucaristía por primera vez. Volví a mi sitio, me arrodillé y me encontré rezando, dando gracias una y otra vez. Era todo lo que podía pensar. Fue abrumador", señala.
Las dificultades, que terminaron en su comprensión de la fe, también concluyeron en su familia. "Fue muy bonito poder comulgar juntos", explica. Tras recibir los sacramentos de iniciación, el párroco de la iglesia de St. Patrick renovó el matrimonio de Dow y Amanda, en lo que recuerdan como "una sobrecarga sacramental".
La renovada fe del matrimonio inundó a toda la familia, también a su hijo mayor de 22 años que comenzó a asistir a misa y se interesó por el catolicismo, así como a los otros dos de 8 y 11 años, que actualmente plantean su bautismo.
Hoy, el matrimonio lee unido la Biblia y participan juntos en la Santa Misa, su nuevo tesoro. "Uno de los aspectos que encontré más significativos es lo rica y profunda que era la Misa. Todo tiene su significado y todo está respaldado en las Escrituras. Todo tiene una razón y un propósito", concluye.