"Histórico", "inédito"… La policía de Catamarca celebra este mes de noviembre el bicentenario de su fundación, pero no es lo que desde hace unos días capta la atención de los medios argentinos y de países vecinos al respecto.
Se trata de la reciente ordenación sacerdotal del que hasta el pasado 27 de octubre integraba las filas de la policía de la provincia argentina como cabo primero. Desde ese día, Ramón Leandro Roldán puede celebrar con orgullo ser a sus 39 años el primer sacerdote de la historia de Catamarca salido de sus fuerzas policiales.
La ceremonia de ordenación tuvo lugar en la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle y a ella acudieron multitud de representantes oficiales y eclesiásticos, como el obispo Luis Urbanc, que presidió la ceremonia, multitud de seminaristas, familiares y amigos y autoridades como el secretario de Seguridad provincial, Dr. Martín Miranda; el Jefe y el Subjefe de Policía de la provincia, el comisario general Marcelo Ulises Córdoba o el comisario general Víctor Hugo Sánchez, entre otros.
En lo que el portal de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) calificó de "una ceremonia histórica", el obispo Urbanc comenzó agradeciendo a los padres del nuevo sacerdote, Miriam y Ramón, haberle "acogido y educado y entregado" a la Iglesia".
Repasó brevemente su trayectoria de formación en la fe, a lo que contribuyó especialmente la parroquia Santa Rosa de Lima "que lo vio crecer, acompañó y modeló" a través del sacerdote Santiago Sonzini, su "padre espiritual".
En conversación con ACI Prensa, el nuevo sacerdote relató haber vislumbrado su vocación en la infancia, cuando siendo monaguillo preparaba su primera comunión en la citada parroquia, que presenta como "los medios por los que Dios ha ido mostrando este camino".
Fue al finalizar la escuela secundaria cuando comenzó la etapa de discernimiento en el seminario menor, al que siguió el curso introductorio en el Seminario de Tucumán.
"Sentía que no estaba realizado"
"Por cuestiones de distancia y madurez" regresó a Catamarca, donde pausó su discernimiento vocacional para dedicarse a la enseñanza de música. Como profesor, conoció a algunos integrantes de la Banda de Música de Policía. Acceder a ella se convertiría en su obsesión, incluso tras saber que "para ser parte de la banda tenía que ser policía".
Nada le impidió acceder a una profesión marcadamente vocacional. Durante años tuvo trabajo, amigos, incluso un noviazgo. Pero, aunque continuaba practicando su fe y colaborando en la parroquia, "sentía que no estaba realizado".
El sacerdote recien ordenado, Ramón Leandro Roldán, junto con el obispo de Catamarca Luis Urbanc.
Así comenzó un discernimiento más profundó que le acabó llevando a la ceremonia de ordenación del pasado 27 de octubre, escuchando atónito los últimos consejos del obispo: "Sólo en Él tienes al modelo que imitar. Siempre contempla su figura, su modo de actuar, sobre todo en su obediencia a la voluntad de su Padre. Los consejos evangélicos, de pobreza, castidad y obediencia encuentran en el Buen Pastor su fuente inspiradora, puesto que sin ellos no podría ser el pastor ejemplar".
"¡Que no te falte el celo misionero en el ejercicio del ministerio pastoral! No te conformes con solo mantener lo que ya se hizo, sino apela a la creatividad del Espíritu Santo, que tantas veces nos lleva por caminos impensados, pero necesarios para poder llegar a todos, ya que por todos Cristo derramó su sangre en el altar de la Cruz", agregó el obispo.
Pero Roldán no abandonará a la policía. Por su experiencia, le ha sido encomendado permanecer en el cuerpo como parte de los capellanes policiales, asistiendo a los policías y sus familias en situaciones no siempre fáciles.
"Sabemos que el policía muchas veces vive situaciones límite, situaciones humanas que muchas veces atraviesan a la persona, más allá del uniforme. Nosotros, desde la fe, desde lo espiritual, acompañamos, sostenemos y muchas veces aconsejamos. Esa va a ser mi tarea: acompañar a la familia de la policía", destacó.
El sacerdote considera que hay un punto en común entre la vocación de policía y la de sacerdote: “el servicio”. En el camino sacerdotal, reflexionó, “estamos al servicio: primeramente en consagración a Dios, y en nombre de Dios servimos a los demás en el camino a la salvación”.
Preguntado por sus expectativas, Leandro Roldán concluyó deseando ser "el pastor que Jesús quiere, estar cercano a la gente; desde el lugar que me toca, poder brindar ese abrazo, esa cercanía al que viene" y, "a la manera de Jesús Buen Pastor" tener esa "cercanía por los intereses y las necesidades de la gente. Uno ve mucho la necesidad de Dios, la necesidad de comprensión, de cercanía".