Silvia Salemi fue una artista precoz. Esta italiana empezó a destacar en el mundo de la música cuando apenas tenía 17 años al ganar el Festival de Castrocaro. Ese mismo año ya participó en el Festival de San Remo y gracias a su éxito pudo publicar su primer álbum siendo aún menor de edad. Y precisamente a este festival internacional volvió con 19 años para triunfar con A casa di Luca, canción con la que dio el salto al estrellato. Dos décadas después Silvia es ahora también compositora, escritora, presentadora de televisión, pero sobre todo esposa y madre.
Esta cantante no tuvo una infancia fácil, pero fue la fortaleza de su familia la que hizo que pudiera salir adelante. Ella no lo ha olvidado y en su vida se ha escudado en la fe para tener la certeza de que una familia fuerte puede con todo.
A su madre la recomendaron abortar
“Estoy aquí porque la vida es más fuerte que el dolor”, decía Salemi en una entrevista en Vanity Fair, que además fue la elegida para el titular. Ahora en Famiglia Cristiana afirma también que “mi vida es una canción a la providencia”.
¿Por qué dice esto? Ella confiesa en todas las entrevista que si está viva es por el amor de sus padres, puesto que los médicos les recomendaron que la abortaran. En su casa la situación era muy complicada porque cuando su madre quedó embarazada de ella con 23 años les comunicaron que su hermana Laura moriría de leucemia. "cuando tienes un hijo que se está muriendo no tienes ganas de ser feliz por otra persona que viene”, cuenta.
Pero para Silvia fe y vida van totalmente unidas. “Soy lo que soy literalmente por la fe: si estoy aquí es porque mi madre eligió no abortar. Los médicos le habían aconsejado que evaluara esta opción: mi hermana sufría de leucemia, y poco después, moriría. Si mi madre continuó con su embarazo es sólo porque confió en Dios”.
La importancia de la Providencia
Sobre su madre, esta artista italiana recuerda que “me ha transmitido el valor fuerte de la Providencia, en el que creo profundamente: esta Providencia me ha lanzado continuamente lianas a las que podía aferrarme y la madeja de los problemas siempre terminaron desenredándose”.
Este acontecimiento y la educación que recibió le han llevado a apreciar de manera preciosa el papel de la familia. Silvia explica en otra entrevista que proviene de una “familia muy católica que siempre me ha dejado elegir libremente. Por esta razón, sin restricciones ni imposiciones he elegido de forma autónoma dirigir mi vida hacia un camino de fe bien definido. De ahí la elección de casarme en la Iglesia, de bautizar a mis hijas. Hoy estoy absolutamente satisfecha con esta decisión”.
La familia y la fe, el centro de su vida
E irremediablemente unido a esto va la prioridad que ha dado a su familia a su carrera profesional. De hecho, durante 10 años decidió dejar los escenarios para centrarse en sus hijos. "Prefiero la riqueza de la maternidad al personaje que podría desvanecerse", asegura ella.
Para Silvia Salemi tener una familia está en lo más alto de sus deseos y prioridades. Era su vocación. “Desde pequeña soñé con tener hijos, en parte porque la familia siempre ha sido un punto de referencia crucial para mi vida. Mis padres han estado juntos durante 48 años: crecí sabiendo que el mundo podría colapsar, los gobiernos caerían y las modas cambiarían, pero la mía siempre estaría allí, junta y a mi lado”, explica.
Por ello, esta cantante confiesa que “quería encontrar al hombre adecuado. Cuando conocí a mi esposo, me di cuenta de que él era la persona que mi corazón estaba esperando: un hombre profundo, que creía con más fervor que yo en los valores de la vida, tanto que a los 40 años todavía no se había casado porque era consciente de la importancia de la Santa Cena y estaba esperando a la persona adecuada. Inmediatamente nos enamoramos y, francamente, nos habríamos casado incluso después de sólo un mes. Pero decidimos hacer las cosas bien: nos reunimos con calma e incluso fue a Sicilia para pedirle la mano a mi padre”.
Este amor tiene como testigo a la Iglesia. “Para mí es realmente hasta que la muerte nos separe. Y no digo esto porque tema un castigo divino sino porque confiamos y nos dejamos llevar de la mano. Somos felices y hemos optado por confiar nuestra unión a la Iglesia porque nos consideramos niños”, agrega.
El nuevo disco, inspirado por el Papa
Esta mujer canta y alaba a Dios, y por ello reza cantando, por lo que asegura que “mientras que en las oraciones puedes incluso olvidar algunas frases, la ‘palabra cantada’ viene directamente del alma, es inmediata. Y estoy segura de que Dios siente el corazón mejor que la cabeza”.
Precisamente, después de más de diez años Salemi volverá a publicar un disco. Una vez que sus hijas son más mayores ha decidido volver a los escenarios y lo ha hecho con un disco en el que ha encontrado una gran inspiración en el Papa Francisco.
El 3 de marzo saldrá a la venta Digital Era. “Las palabras del Santo Padre siempre están llenas de verdades sobre las cuales reflexionar: tiene una capacidad extraordinaria para plantear preguntas que, debido a su relevancia, no solo atraen a los católicos, sino también a aquellos que no creen. Tuve esta canción en mente por algún tiempo: la melodía estaba lista, pero no pude entender bien el mensaje. Las palabras de Francisco fueron como una luz que ilumina la noche: en particular, me sorprendió mucho cuando habló de la era digital, recordando a los jóvenes que estar conectado no es suficiente para amar y sentirse amado. Tiene razón: debemos volver a vivir con reuniones, con compañía, con relaciones cálidas, sinceras y humanas. Así que quería poner mi música al servicio de este mensaje, para hacerlo resonar”.