Andrej Matis, un joven eslovaco y violinista profesional, es uno de los 29 nuevos sacerdotes del Opus Dei que ordena este sábado 5 de septiembre el cardenal Pietro Parolin en Roma. En total, proceden de 13 países mostrando así la universalidad de la Iglesia.
En una entrevista con Rome Reports, Matis habla del origen de su vocación y de la relación que la música ha tenido en su encuentro con Dios. “Cuando tenía quince años decidí tocar el violín profesionalmente y por eso fui a vivir a Bratislava, la capital de mi país. Y allí además de recibir las clases de violín conocí el Opus Dei, gracias a la residencia en la que vivía, y allí también aprendí que la música, aparte de ser mi vocación profesional, también puede ser un camino que me acerque a Dios y que acerque a Dios a mis amigos”.
Ya con 21 años, Andrej decidió hacerse del Opus Dei y así fue poco a poco sintiendo la llamada a entregar su vida a Dios y a la Iglesia. “Mi vida ha sido una aventura. Y como a veces pasa en los libros de aventura, no sabes qué va a pasar en la página siguiente”, cuenta él.
La música fue un camino para acercarse a Dios pero dejar la música profesional para ingresar al seminario no fue una decisión fácil. Matis afirma que “mis amigos me preguntaban: ¿Estás seguro que quieres dejar la música? Has dedicado mucho tiempo de tu vida, has hecho mucho trabajo, y ahora lo dejas todo para dedicarte a otra cosa”.
“Veo mucha continuidad entre lo que hacía antes siendo artista, y lo que haré ahora. Porque como he dicho, al final, el arte, la música, puede ser un camino que me acerca a Dios, que acerca Dios a mis amigos, y siendo sacerdote me gustaría hacer lo mismo”.
Andrej no tienen un único compositor preferido, pero tiene cariño por autores rusos de la primera mitad del siglo XX, como Shostakovitch, Prokofiev y Stravinsky. Ahora no dedicará tanto tiempo al violín, pero como sacerdote, con su vida tocará las cuerdas del alma de muchas personas.