Un sacerdote español que ha superado ya los 40 años ha hecho llegar su testimonio a ReligionEnLibertad. Desde su adolescencia sintió atracción sexual por varones e incluso siendo ya un joven sacerdote llegó a vivir una doble vida de promiscuidad sexual. Aquello le dañaba, buscó ayuda y hoy quiere explicar cómo el Centro de Orientación Sexual de la diócesis de Alcalá de Henares y su equipo cambiaron su vida y le aportaron libertad. Este es su testimonio que publicamos íntegro.
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Yo también pensaba que no había esperanza para mí
Con tristeza he seguido las informaciones que se han publicado acerca de las supuestas terapias reparativas del Centro de Orientación Familiar (COF) de Alcalá de Henares. Digo supuestas terapias reparativas porque lo que se nos propone desde el COF de Alcalá es un itinerario de maduración integral de la persona y eso, madurar como persona, no es algo malo, y ninguna ley lo puede impedir.
A mí el COF de Alcalá me ayudó a salir del infierno de la vida gay.
Soy español, tengo más de 40 años y soy sacerdote. Este es mi testimonio.
Una infancia con heridas
Desde niño, sentí la llamada del Señor. Pero al mismo tiempo, sabía que yo era especial y distinto a los demás. No conectaba bien con los chicos, me gustaban más los juegos de niñas.
No se me daban bien los deportes, mi padre no tenía tiempo para mí y pasaba las vacaciones de verano con mi madre y mi abuela. Al mismo tiempo me hería mucho cuando me dejaban de lado en los grupos de chicos. Yo necesitaba continuamente afecto.
Tenía hambre de padre, porque aunque mi propio padre es muy bueno no le salía felicitarme por los logros conseguidos.
En el colegio algunos compañeros me etiquetaron como mariquita y eso hizo que la duda se sembrara en mí. También mi padre hizo alguna insinuación al respecto, lo que reforzó las dudas sobre mi identidad como varón.
En la adolescencia caí en la adicción a la pornografía y a la masturbación. Tuve una breve etapa heterosexual y después totalmente homosexual. Nunca salí del armario.
Gracias a Dios, los traumas del colegio fueron desapareciendo y tuve una adolescencia normal, con un grupo de amigos masculinos. Pero seguía con aquel hambre de afecto, y siempre buscaba amistades masculinas especiales. Por otra parte, me aterraba que alguien pudiera descubrir mi secreto: sufría proyección por el mismo sexo (PMS) y eso me hacía sufrir mucho.
¿Qué es la proyección del mismo sexo?
Quizás estás leyendo esto y te preguntes que es la PMS. En el fondo se trata de erotizar aquello que anhelas. Anhelas un abrazo o cariño y te proyectas pensando que teniendo sexo lo vas a conseguir. Te ves poco deportista y te ves atraído por chicos deportistas. Te ves con poco vello en el cuerpo, como era mi caso, y te proyectas en chicos y hombres velludos, sintiéndote atraído por ellos.
Es como si quisieras absorber de ellos la masculinidad que a ti te falta. Crees, craso error, que la forma de absorberla es un encuentro sexual, porque has erotizado a ese tipo. En realidad es una forma de inmadurez, porque lo que necesitas son amistades masculinas sanas, no sexuales.
Otro ejemplo para que se entienda: es como los dementores del mundo de Harry Potter, que absorbían el alma de quien se acercaba. Así hace una persona con PMS, absorbe la masculinidad de la otra persona a través del sexo o de otros comportamientos porque piensa que él mismo no es lo suficientemente masculino.
La fe y el enfado con Dios
Yo era el típico niño bueno, complaciente, estudioso, que no daba problemas, pero mi gran secreto me llevaba a desesperar y a juzgar a Dios. La fe de mi adolescencia era una lucha, porque por una parte me ayudaba a llevar la cruz de la PMS, pero por otra tenía un juicio muy grande contra Dios porque yo rezaba, hacía sacrificios y propósitos, rezaba a Dios para que me quitara la PMS y Dios no respondía.
Así fueron pasando los años. Decidí a pesar de todo entrar en el Seminario, estudiar teología y prepararme para ser sacerdote.
En el Seminario recibí una formación fantástica, pero no me atreví a contarle nada de este problema ni al rector ni al director espiritual. La vergüenza y el temor a que me dijeran que no podía ser sacerdote pudieron conmigo.
Seguí con la dinámica de pornografía y masturbación, pero di un paso más: a los 22 años tuve mi primera experiencia sexual con un desconocido. Era la época en la que se iba facilitando el acceso a Internet y a los chats. Y comenzó lo que sería mi perdición.
Doble vida, siendo sacerdote joven
Siendo ya cura caí en el descontrol. Llevaba una doble vida. Buscaba contactos en el chat, aliviando mi sufrimiento existencial con encuentros de sexo anónimo, con pornografía y con masturbación. Mi vida era un infierno.
Busqué ayuda en varios sitios. Leí varios libros de autoayuda, algunos relacionados explícitamente con el tema de la adicción sexual, pero me topaba una y otra vez con el muro de mi impotencia.Estuve en acompañamiento con un psicólogo experto en temas vocacionales que me aconsejo incluso dejar el sacerdocio.
Mientras me acompañaba con este profesional descubrí los libros de Joseph Nicolosi y de Richard Cohen y los devoré. ¡Lo que contaban estos libros era lo que me pasaba a mí! Hablaban de gente que tenía sentimientos de atracción por el mismo sexo pero que quería cambiar de vida y dejar de tener esos sentimientos que tanto le hacían sufrir.
Los libros de Richard Cohen han dado esperanza a muchas personas
Al mismo tiempo, empeoraba cada vez más. Mi vida tenía cada vez menos sentido y pensé incluso en el suicidio. La vida gay me había llevado a la promiscuidad y a la adición sexual y me parecía caminar por un túnel sin salida. Es verdad que había encontrado una luz con esos libros, pero no podía caminar solo, tenía demasiada poca fuerza de voluntad después de tanto pecado.
Y justo entonces apareció en mi vida el COF de Alcalá, B. V. y el sacerdote Santiago. Era el último cartucho que estaba dispuesto a gastar. Y funcionó.
Con el equipo del COF de Alcalá
Se me invitó a hacer un trabajo sistemático sobre mis heridas, basado en las tres dimensiones de la persona:
- corporal (deporte y medicación),
- psicológico (trabajo de los materiales ofrecidos, que abarcan las distintas dimensiones de la vida humana: la afectiva, la sexual, la familiar, la espiritual, la masculinidad, la relación con la mujer)
- y espiritual (vida de fe y sacramentos).
Aconsejado por mis acompañantes, acudí a la consulta de un profesional de psiquiatría que me salvó literalmente la vida, pues yo estaba muy destruido en todos los sentidos, y gracias a él pude dejar la adicción al sexo. Todavía circula por internet una entrevista que le hacen a un joven que ha acudido a la consulta de este doctor y que dice que le han aplicado corrientes eléctricas al visionar hombres desnudos. ¡Eso es totalmente falso!
El trabajo sistemático del itinerario, la vida de fe, el acompañamiento de los orientadores, el apoyo que nos brindamos unos a otros, todo va haciendo que se vayan eliminando las toxinas de nuestra mente, de nuestra memoria, de nuestro corazón y de nuestra voluntad.
Solo pondré un ejemplo. Como he dicho, he recorrido mucho, para mal, en la vida gay, y me parecía imposible que Dios me pudiera sanar de todas mis heridas, en especial de tantos malos recuerdos. ¡Pero Dios lo ha hecho, me ha sanado! Delante del Santísimo he pasado horas y horas sin hacer nada, sin decir nada, simplemente estando al sol que más calienta. ¡Y el Señor lo ha hecho!
No es distinto a otros programas de maduración
El itinerario de maduración integral de la persona que se ofrece en el COF de Alcalá es exigente porque la PMS es como una droga. Hay que sustituir comportamientos nocivos (pornografía, masturbación, pensamientos negativos, etc.) por otros positivos (control de emociones, tolerancia a la frustración, pensamientos positivos, etc.).
Pero no es distinto a cualquier otro programa de maduración, y que yo sepa ninguno de ellos está prohibido por ninguna ley.
No deja de ser curioso que el movimiento LGTBI reclame la igualdad y la diversidad de orientaciones y arremeta contra aquellos que deseamos un acompañamiento porque nos sentimos mal con nuestra PMS y queremos un cambio en nuestras vidas.
Hace más de ocho años que conocí el itinerario. Antes me faltaban piezas del puzle de mi vida, ahora las tengo todas. Mi relación con mis padres ha cambiado totalmente, pues yo tenía un juicio muy fuerte contra mi padre por no haber sabido conectar conmigo, así como contra mi madre por haber sido tan absorbente. Me siento más seguro en mi vida.
He abandonado todo tipo de promiscuidad sexual, así como la pornografía y la masturbación. Ya no vivo una doble vida. Estoy contento y feliz. Y he podido ayudar a otros jóvenes cercanos a mí, llevándoles a conocer el itinerario y que ellos puedan sanar también sus heridas.
La cara sórdida de la vida gay
La vida gay no es tan feliz como todo el mundo la quiere presentar. Lo sé por experiencia.
Es un mundo sórdido y cruel donde pisas o te pisan. La pretendida fidelidad entre dos hombres es también imposible, pues me he encontrado con muchos hombres que, viviendo en pareja o casados con otros hombres, buscaban relaciones. Una relación entre dos hombres no puedo funcionar porque los varones somos egoístas por naturaleza y ambos buscaríamos lo mismo: la propia satisfacción personal, sin pensar en la otra parte. Se necesita la parte complementaria, la parte femenina, para que se dé la donación, la entrega, la acogida, etc.
La PMS es una herida emocional que se puede sanar porque, como ya he dicho, en el fondo, cuando buscas acostarte con un hombre no buscas sexo sino el abrazo de alguien que te quiera.
Que existan leyes que intenten castigar a quien libremente decide recibir ayuda para sanar sus heridas es algo monstruoso y totalitarista.
¿Se le prohibiría a un niño ir al psicólogo o al psiquiatra debido a que sus padres se han separado o sufre bullying en el colegio? ¿Se le prohibiría a un adulto ir al psicólogo o al psiquiatra por el duelo de un familiar o porque sufre acoso en el trabajo?
Una vida transformada por completo
Mi vida ha cambiado totalmente. No voy a negar que ha habido altos y bajos y que no es un proceso lineal, pero he descubierto que el cristiano está llamado siempre a progresar, a crecer en santidad.
También tengo que dar muchas gracias a Dios por los distintos carismas que hay en su Iglesia y que me han ayudado a lo largo de toda mi vida. Me han ayudado mucho el itinerario de formación del Camino Neocatecumenal y también la corriente de gracia de la Renovación Carismática Católica.
Hoy soy un hombre feliz, reconciliado y en paz, y antes de conocer el itinerario del COF de Alcalá, a B. V., al obispo Reig-Plá y al sacerdote Santiago no lo era. Ese es mi testimonio y mi experiencia.
Quiera Dios que estas líneas puedan ayudar a alguien como me ayudó a mí el testimonio de un chico que estaba ya haciendo el itinerario y que me contó su historia justo al entrar yo, animándome a tomármelo en serio. Gratis lo recibisteis, dadlo gratis. No puedo callar, después de tanto bien recibido.
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