Mario Vaquerizo, cantante de Nancys Rubias y marido de Alaska, continúa en el hospital tras la aparatosa caída que sufrió el pasado 20 de octubre en el Festival Horteralia de Cáceres. El artista, de 50 años, se cayó del escenario al comenzar el concierto y fue trasladado rápidamente al hospital de la capital extremeña.

Tras pasar la noche en observación, regresó a Madrid, a su residencia, pero días después tuvo que ser ingresado de nuevo debido a la gravedad de las secuelas. Vaquerizo tiene varias vértebras fracturadas y no puede ver con claridad. Durante su estancia en el hospital ha trascendido una foto que revela su fervor religioso, como reconocido católico que es (puedes leer más aquí sobre Vaquerizo y su fe).

"Soy una persona que reza todos los días y que cada vez que va a misa es feliz cuando comulga, porque está tomando el cuerpo de Cristo (...). Me considero una persona cristiana, porque la educación que he tenido la sigo ejerciendo. A día de hoy me hace sentir bien ir a misa (...). Dios existe y a mí me salva día a día. Así que bendita fe, bendita religión y bendito Dios. La vida siempre ha sido una guerra y la figura de Dios siempre ha estado presente en todas partes, hasta en Altamira", comentó en 2020 en una entrevista.

"Protegido por mis vírgenes"

Francisco Andrés Gallardo, del Diario de Sevilla, acaba de publicar una información en la que da buena cuenta de quién es quién en la curiosa foto de Mario Vaquerizo en el hospital. Un auténtico altar en la mesilla de su habitación que le ayuda a sentirse más protegido en este momento tan difícil de su vida

"Aquí seguimos, muy bien cuidado por los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores… en fin, ¡qué personas tan totales y profesionales!", ha expresado Vaquerizo, tras volver a ingresar en el hospital el pasado miércoles. Al regresar a casa eran tales los dolores y la pérdida parcial de visión en un ojo que fue hospitalizado de nuevo.

Vaquerizo asegura estar "bien cuidado y además protegido por mis vírgenes y santitos, que siempre me ayudan y acompañan", ha señalado en su post de Instagram, agregando "una vez más, gracias a todos por vuestros mensajes", ante el aluvión de muestras de cariño.

Si se echa un vistazo al altar de Mario se pueden ver todo tipo de devociones populares, advocaciones marianas, santos y alguna especial devoción de Alaska, como la Virgen de Guadalupe. A la izquierda de la mesilla hay una imagen de la Virgen de Lourdes en forma de botellita con agua del manantial, un cuadro de la aparición de esta Virgen francesa, y un pequeño bidón con más agua milagrosa de Lourdes.

Al lado de ese frasco, otra botella de agua en forma de la Virgen de Fátima y la aparición de la pastorcita. Delante de estos frascos se ven pequeñas capitallitas con la imagen de Santa Gema, y otra con la imagen de San Judas Tadeo, patrón de los imposibles.

Al lado, un crucifijo. En el centro se ve una estampa de Santa Rita de Cascia, santa de los imposibles, con la botellita de rosa de agua de la Virgen de Guadalupe. A su lado, el enfermo San Lázaro, con sus muletas, para las peticiones urgentes.

 

Ante San Lázaro hay un díptico en el que aparece San Francisco de Asís y se adivina la Virgen de Guadalupe. Sobre la mesilla están las estampas de San Antonio de Padua, santo franciscano de origen portugués milagroso y querido, una Virgen con el Niño que no identficamos su advocación, y no podía faltar la Patrona madrileña, la Virgen de la Almudena. Y en la cabecera de la cama está otra estampa que parece ser la del arcángel San Miguel.