No se cumplen las tres semanas desde que Pablo María de la Cruz, en la vida secular Pablo Alonso Hidalgo, falleciese la mañana del pasado 15 de julio a causa de un agresivo sarcoma de Ewing con 21 años. Su marcha dejó una especial huella en sus amigos, conocidos y en quienes conocieron su testimonio, especialmente tras su profesión como carmelita "in artículo mortis" solo dos semanas antes.
Pablo María no sabía si llegaría a ver la JMJ, pero sospechaba que no podría acudir, por lo que escribió una misiva a Francisco confiando en que el pontifice supiese que aunque fuese "por la comunión de los santos", participaría en el evento que comenzó este martes en Lisboa.
Fue una periodista española de cadena Cope, Eva Fernández, la responsable de entregar al Papa una carta del difunto carmelita durante su vuelo a Lisboa.
"No sé si, cuando reciba esta carta, podré acompañarle en la oración, o si Dios, en su infinita misericordia, me habrá llamado ya. En ese caso, espero que Él me permita echarte una mano -y tanto mejor- desde el Cielo, haciendo 'lìo' y celebrando, como bien dices", escribió al Papa el joven.
En el documento, Pablo María reiteró un mensaje de ofrecimiento que mostró en incontables ocasiones de palabra y obra durante su dolencia que le acompañó por seis años. Un periodo de pruebas en el que el joven sintió la llamada de Dios a la vida consagrada y ofreció su dolor por la unidad de la Iglesia y la conversión de los jóvenes, "para que conozcan el amor de Dios, manifestado en Jesús en la Eucaristía".
"Por el sufrimiento en la enfermedad me encontré con Dios, y por la muerte en la enfermedad me iré con Él. Y, por ello, le doy gracias", escribió con motivo de su profesión carmelita.
Fray Pablo se mostró ante el Papa confiado en que "todo tiene una razón en el plan de Dios", incluso la adversidad.
"Entre altibajos, días mejores y peores, y con mucha purificación a través de la enfermedad, hoy miro mi vida y puedo confesar que he sido y soy feliz. He descubierto que el centro de mi vida no es la enfermedad, sino Cristo", agregó.
En la JMJ, "por la comunión de los santos"
En otro momento, el joven también plasmó ante el Papa su deseo de ir a la JMJ de Lisboa "con tantos jóvenes de todo el mundo", pues "nadie puede apagar el fuego interior que puede tener un joven enamorado de Jesús".
Un deseo que se veía motivado por su afán apostólico. Rezaba porque "el fuego del amor de Dios" ardiese estos días en Lisboa y también por que "los jóvenes conociesen a Jesús", al que se refiere como su "Amado": "Él me ha dado tanto, me ha consolado tanto, ¡me ha hecho tan feliz!".
Aunque cuando escribió la carta ya se encontraba "físicamente sin fuerzas" para acudir a la JMJ, mostró su certeza de que "la comunión de los santos" le permitiría, de una forma u otra, "participar de una manera más profunda y no menos".
Junto con la carta, la periodista le regaló al Papa un dibujo diseñado expresamente por el joven para su funeral, una cruz floreada con la inscripción: "Árbol de la Vida Eterna, signo de esperanza porque en él descansa el autor de la Vida".
Escucha aquí el testimonio de Pablo María de la Cruz: