Paola Binetti es una mujer todoterreno. A sus 75 años esta italiana es senadora desde hace más de una década, es una reconocida psiquiatra y profesora universitaria, siendo además un referente en el ámbito de la Bioética. Es católica, y además se considera feminista, pero no de la tercera ola sino de las que defiende la diferencia hombre-mujer y la importancia de la maternidad.
Por ello, en una entrevista con Portaluz asegura que la Virgen María es su referente en su vida personal. Y lo es –afirma- “por el hecho de su maternidad universal. Cuando crees que la política –como la definía Pablo VI- puede ser la forma más alta de caridad, entiendes que es también una forma de maternidad; disponible para servir sobre todo a personas que no tienen recursos, bien porque son enfermos, migrantes, pobres u otra condición. Así entonces el gran corazón de María, que es maternal, que es acogida, es un punto de referencia importante”.
María, como ayuda en la familia y en la política
De este modo, Binetti, muy cercana al Opus Dei, agrega que Pablo VI afirmaba que la política “no es otra cosa sino la organización estructurada de las obras de misericordia. Dar de comer a los que tienen hambre, dar de beber a los que tienen sed, vestir a los que están sin nada, salir al encuentro de los extranjeros, acoger a los peregrinos, cuidar de los enfermos. Quiero decir que las obras de misericordia son un reflejo muy fuerte de la vida política, porque son en realidad el horizonte hacia el que vamos”.
Por todo ello, la veterana senadora y académica italiana considera que “la dimensión mariana añade a todo esto la ternura, la delicadeza de corresponder -no sólo con la inteligencia organizativa, sino también con la inteligencia emotiva- a todas estas necesidades. Y hacerlo con la delicadeza con que podríamos imaginar a la Virgen; al respecto Papa Francisco ha destacado a la Virgen Desatanudos. Y parece que en la política siempre hay que estar intentando desatar nudos para que se puedan solucionar problemas. Así entonces la Virgen nos ayuda a ver cada problema como un desafío positivo a solucionar interesándose por las personas”.
“Es la mujer por excelencia”
A la pregunta de si la Virgen María es feminista, Paola Binetti aclara que “es la expresión más alta de un feminismo en el sentido católico”. Y explica que es “la mujer por excelencia, en todas sus cualidades. Por ejemplo, en el famoso episodio del niño perdido y hallado en el templo… ella es la mujer que busca a su hijo. No había motivo para estar preocupada siendo Jesús el Hijo de Dios, pero ella no se conforma con el hecho evidente, porque es madre hasta la médula. Y cuando le ve no se priva de reprocharle: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Ella es una mujer que recuerda a las madres de este tiempo la importancia de preocuparse de sus hijos, buscarlos cuando se alejan es lo que debe hacer una madre”.
Además de la maternidad como punto distintivo, la política italiana asegura que hay que reconocer, también en la Iglesia, las cualidades enormes que tienen las mujeres como son su “capacidad de enfrentar y solucionar los problemas”.
El papel de la mujer en la Iglesia y en la sociedad
Pero igualmente aquí quiera aclarar que “si esto quiere decir, como algunos entienden, que la mujer es discriminada porque no puede –por ejemplo- celebrar misa pues me parece una tontería. La mujer tiene que ser reconocida en su papel, el cual involucra también -por ejemplo- la altísima responsabilidad con que mujeres religiosas se han hecho cargo de la formación de las clases más sencillas, dirigentes y también de las mujeres en el plano cultural, intelectual, ético, de la sensibilidad social, espiritual y cultural. La presencia de monjas, mujeres, en los hospitales ha hecho tomar conciencia lo que significa curar al enfermo… Hay mujeres fuertes en Siria trabajando en campos de protección. Ellas se hacen cargo con una maternidad en condición extrema, en peligro de sus vidas. En África hay muchos dispensarios donde abunda el ébola u otras condiciones y ellas ponen en riesgo su vida. Las mujeres han hecho infinitas cosas. Ellas merecen reconocimiento”.
La propia Binetti se define como “feminista católica” y “defensora de los derechos de la mujer, pero nada tengo que ver con otros movimientos feministas, los cuales aún cuando han dado batallas importantes- como por ejemplo el derecho al voto de las mujeres- no siempre han dado esas batallas poniendo la maternidad, tanto biológica y social-espiritual, como el eje sobre el cual gira su organización”.
De hecho, agrega que las mujeres han conseguido muchas ‘libertades’ a precio de “una” libertad”, que “es la libertad de poder hacer todo esto teniendo familias y teniendo en familia los hijos que ellas mismas quieran”.
“Las mujeres quieren tener el derecho de estar presente en todos estos campos y también en los de la familia. Pero para esto hacer falta ir más allá de la igualdad de oportunidades y desarrollar más el pensamiento que llamamos: de la diferencia. Ser diferentes no quiere decir ser más o menos, mejor o peor. Quiere decir reconocer la necesidad de complementariedad, la necesidad de integrar lo que somos -cada uno con su especificidad- pero poniendo siempre de manifiesto la complejidad de la vocación femenina. No sirve que las mujeres hagan todas las cosas ‘como’ los hombres; necesitamos que las hagan ‘como’ mujeres. Quiere decir un servicio más calificado, más profundo, más humano, también dirigido a los hombres”, concluye.