La hermana Deirdre "Dede" Byrne ha sido reconocida oficialmente en Estados Unidos como una heroína nacional. A lo largo de su vida digna de una película ha llevado tres uniformes diferentes pero que coincidían en un mismo fin: el servicio al prójimo y al bien común. De este modo, como cirujana ha portado la bata médica, como coronel del Ejército ha llevado con orgullo el uniforme militar, y ahora lleva el más importante, su hábito como monja de las Pequeñas Operarias de los Sagrados Corazones, pequeña congregación centrada en la Adoración, la Educación y la Salud.
La coronel retirada del Cuerpo Médico del Ejército de los Estados Unidos y cirujana misionera ha viajado por todo el mundo, tratando al personal militar y a los necesitados en Afganistán, Irak, Haití, Kenia o Sudán. En la actualidad, es cirujana voluntaria en el Centro Católico Español en Washington, DC, y ayuda con la clínica de fisioterapia de su orden, mientras cuida a varios miembros ancianos, además de ayudar a revertir abortos químicos.
Ya como coronel llegó a Afganistán. “Estábamos a solo seis millas de la frontera con Pakistán, y escuchábamos los misiles sobre nuestras cabezas", contaba en una entrevista en la revista médica Georgetown. "El hospital era una de las pocas zonas seguras en la base, ya que estaba a prueba de bombas, por lo que nuestros pacientes estaban protegidos”, agregaba.
Ella reconoce que durante aquel tiempo “tenía un pie en la vida religiosa y otro con el Tío Sam”. Pero finalmente cuando regresó de Afganistán en 2009 se retiró del Ejército y profesó los votos perpetuos como religiosa. El uniforme militar era ya parte de su pasado.
La hermana Deirdre Byrne participó en la Convención Republicana de apoyo a Trump
Pero fue precisamente en su etapa en Afganistán donde conoció a la protagonista de esta historia. Pues a pesar de ser monja, vivir en Estados Unidos y estar entre el convento y las consultas médicas ha logrado sacar de Afganistán a una médica afgana que colaboró con ella y a toda su familia, a pesar de los talibanes.
La hermana Deirdre no daba crédito cuando el pasado mes de diciembre descolgó el teléfono y un joven le dijo algo increíble: “mi madre es médica. Trabajaste con ella hace más de una década en Afganistán, en un campamento estadounidense cerca de Pakistán. Y ahora su vida corre grave peligro”.
Tal y como recoge Catholic News Agency, los detalles que le contó el joven le hicieron a la religiosa dar credibilidad a la historia, pues ella realmente había estado sobre el terreno. Fue precisamente en Camp Salerno donde en 2008 había coincidido con esta médica afgana que colaboraba con EEUU.
El joven del teléfono prometió que su madre le enviaría un correo electrónico a la hermana Byrne, ofreciéndole verificaciones de su identidad. Ya a principios de enero le llegó un correo electrónico de la propia doctora afgana, brindando más detalles y pidiendo ayuda. “Me quedé atrás y me enfrenté a una situación mortal”, escribió esta doctora, explicando que el 4 de octubre, los talibanes la arrestaron en su casa y la encarcelaron durante tres días antes de dejarla ir. Esta mujer había estado escondida desde su liberación. En el correo adjuntaba fotografías de su pasaporte y de documentos de agradecimiento del Ejército de EEUU por su ayuda en el pasado, firmado precisamente por la ahora religiosa.
“Por favor, haz algo por mí y mi familia y sácanos de Afganistán. Necesito una evacuación urgente”, escribió la doctora. Finalmente a principios de febrero toda la familia ha logrado salir de Afganistán, no sin peligros y dificultades, gracias a una ONG y la decisiva intervención de esta monja.
“Es una historia milagrosa, honestamente”, afirma la hermana Byrne, y rápidamente le dio gracias al Espíritu Santo por usarla para poner en marcha el rescate. Ella se quita médico asegurando que aunque ella iniciase todas las gestiones los auténticos héroes son otros.
Byrne recuerda haber tenido una excelente relación con los médicos afganos con los que trabajó durante su servicio en Afganistán, muchos de los cuales hablaban bien inglés.
La doctora afgana y su familia lograron salir del Afganistán de los talibanes
Sin embargo, cuenta que cuando llegó esta petición al principio el mundo se le vino encima: no sabía absolutamente nada sobre cómo facilitar una evacuación. “No soy nadie, de verdad. No sabía cómo podíamos ayudar”, añade la hermana Byrne.
Entonces utilizó los contactos en las altas esferas que había cosechado durante tantos años y así pudo contar su historia a personas que trabajaban y ayudaban sobre el terreno. Tras muchos esfuerzos, primero llevando comida y carbón a esta familia afgana, y semana después consiguiendo unos pasaportes, finalmente pudieron salir del infierno de los talibanes.
Afganistán tiene más del 99% de musulmanes, siendo la mayoría sunitas. Hay pequeños grupos de cristianos, incluidos unos 200 católicos, así como algunos budistas, hindúes y otras pequeñas minorías.
Byrne dijo que durante su tiempo en el ejército, se encontró con muchos afganos que nunca habían conocido a un cristiano y que nunca habían oído hablar de cristianos famosos como Santa Teresa de Calcuta. Cuando los afganos curiosos comentaban sobre su comportamiento amable, explicaba que era una hermana católica.
“Hay una gran oportunidad de llevar la fe a las personas cuando te encuentras en una situación en la que has tenido la oportunidad de ir a Afganistán de una manera tan protegida al estar con nuestro ejército”, dijo.
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