Se presenta este sábado 12 de diciembre de 2020, a las 12:00 horas en la catedral de la Almudena la apertura del proceso diocesano de tres causas de martirio, promovidas por la archidiócesis de Madrid, la diócesis de Getafe, la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), la Acción Católica de Madrid y la Acción Católica de Getafe, con un total de 140 siervos de Dios, que fueron asesinados en el marco de las persecuciones anticatólicas en España en los años 30.
Entre ellos los hay de todas las clases sociales y estilos de vida, pero aquí vamos a destacar algunos que eran o habían sido cargos políticos electos, diputados, concejales e incluso un ministro. La Iglesia examina con atención el poder llegar a declararlos mártires que han derramado su sangre por ser fieles a Cristo, y odiados y asesinados por ser cristianos.
1. Marcelino Oreja Elósegui, asesinado por socialistas 2 años antes de la Guerra Civil
En las elecciones de junio de 1931 Oreja Elósegui fue elegido diputado por el País Vasco dentro de una candidatura católica (del Partido Católico Tradicionalista) en la que también figuraba José Antonio Aguirre, futuro lehendakari. Partió de una postura nacionalista-foralista, aunque luego se distanció del nacionalismo, prefiriendo ver España como "una federación de regiones". Era abogado e ingeniero de caminos.
También había aprendido gestión moderna de periódicos en EEUU para gestionar el diario católico El Debate que impulsaba la Asociación Católica de Propagandistas. Fue un colaborador muy cercano al siervo de Dios Ángel Herrera Oria (abogado, político, periodista y más adelante sacerdote y cardenal). Oreja Elósegui era capaz de una “actividad asombrosa que se disparaba en conferencias, discursos, cursillos, viajes, sobre toda la geografía de España”.
No lo mataron durante la Guerra Civil, sino dos años antes, el 5 de octubre de 1934, durante la violenta Revolución de Octubre de 1934, alentada por el PSOE y la UGT, que en el País Vasco causó 42 muertos y centenares de heridos (y muchos más en Asturias). A las 7.30 de la mañana, un grupo de milicianos socialistas de la facción de Largo Caballero detuvo a Oreja Elósegui en Mondragón, en casa de su suegro, donde pasaba la noche junto a su mujer, Pureza Aguirre, que se encontraba embarazada de cuatro meses. El político esperó al piquete rezando el rosario. Se lo llevaron a la Casa del Pueblo, donde horas después fue baleado. Lo devolvieron moribundo a su casa. Murió tras recibir la extremaunción de manos del sacerdote José Markiegui (quien sería fusilado dos años después por tropas del bando nacional, junto con los también sacerdotes José Joaquín de Arin y Leonardo de Guridi).
2. Antonio Bermúdez Cañete: expulsado de Alemania por los nazis, asesinado al sacarlo de una checa
En 2008 se publicó el libro "Antonio Bermúdez Cañete: periodista, economista y político"; probablemente dentro de unos años habrá que añadir "y mártir y beato". Se educó en una familia bienestante de Baena (Córdoba), le inquietó la pobreza y la cuestión social en Andalucía y España, y buscó salidas como economista, por ejemplo, adelantando la importancia que algún día tendría el turismo. Pedía "propaganda múltiple, que será eficaz, que nos traerá ricos de todo el mundo, que es lo que nos hace falta... Hagamos de nuestra España un lugar de moda. ¿Que la moda es estúpida? Mejor; una razón más para explotarla", escribía en 1926. "Cada pueblo debe tener sus trajes y sus costumbres típicas, que no pueden ser motivo de vergüenza". Todo eso se ha cumplido y España se convirtió en una colosal potencial turística mundial.
Antonio Bermúdez Cañete, periodista, economista, diputado
Como periodista era inconformista. Ejerció como periodista en la Alemania nazi (de donde fue expulsado por sus críticas al Partido Nazi) y acudió como enviado especial a cubrir la guerra italoabisinia. En El Debate, el periódico católico de la Asociación de Propagandistas, fue el responsable de la sección de Economía. En 1936 fue elegido diputado al Congreso.
Al poco de iniciarse la persecución religiosa de 1936 fue detenido y llevado a la checa del Círculo de Bellas Artes, de donde le sacaron para matarlo. Cuando lo iban a subir al coche se revolvió contra los milicianos y se defendió. Los asesinos le dispararon en plena calle y cayó acribillado. Esto sucedía el 21 de agosto de 1936.
3. Rufino Blanco Sánchez, anciano erudito y pedagogo moderno
Fue elegido concejal del Ayuntamiento de Madrid en 1924 y nombrado gobernador civil de Segovia en 1927, pero más que como político se le recuerda como uno de los mayores eruditos de la Pedagogía del siglo XX en España y un pionero en pedagogía moderna. Doctor en Filosofía y Letras en 1909; profesor de Pedagogía Fundamental en la Escuela Superior del Magisterio desde 1910; profesor de la Escuela de Criminología desde 1924; es elegido miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en 1935... Su discurso de ingreso en la Academia ponía de manifiesto su devoción católica.
Rufino Blanco Sánchez fue asesinado con 74 años; era un experto en pedagogía
Rufino Blanco, que tenía 74 años, fue detenido junto con su hijo el día 2 de octubre de 1936 en su domicilio, situado en la calle Viriato 65 de Madrid. Según la Causa General, los asesinos le recriminaron que solo escribiese para “las escuelas cristianas y no hacerlo para las laicas”. En la madrugada del día 3 ambos fueron asesinados por sus captores en la Ciudad Universitaria. Ambos cadáveres fueron enterrados en el Cementerio de la Almudena dos días después, el día 5 de octubre de 1936. Descansan hoy en una tumba en la Sacramental de San Justo. Da nombre a la causa de "Rufino Blanco Sánchez y 70 compañeros laicos"
4. Federico Salmón Amorín, ¡ministro de Trabajo de la República!
Probablemente el único mártir católico que llegó a ser Ministro de la Segunda República Española, régimen caracterizado desde su inicio por un fuerte sectarismo anticatólico. Salmón Amorín fue Ministro de Trabajo, Justicia y Sanidad en 1935, e intentó promover el empleo, la vivienda accesible para trabajadores y la escolarización de campesinos.
Federico Salmó, asesinado con 34 años, fue Ministro de Trabajo y Justicia
Era miembro de la Asociación Católica de Propagandistas, fue director del diario La Verdad de Murcia y su partido político era el partido católico Acción Nacional, que luego pasó a llamarse Acción Popular y fue el núcleo de la CEDA, la gran alianza de derechas, de la que fue consejero nacional y secretario general.
También había sido el primer rector de lo que hoy es la universidad CEU San Pablo, abogado de Estado y, de joven, líder de los estudiantes de Derecho de la Confederación Nacional de Estudiantes Católicos. Lo detuvieron milicianos del Frente Popular en noviembre de 1936 y lo asesinaron en Paracuellos del Jarama el 7 de noviembre, donde descansan sus restos entre cientos de mártires beatificados o en vías de beatificación. Tenía 36 años cuando lo mataron.
5. Ricardo Cortes Villasana, alcalde de Saldaña (Palencia) y diputado del Partido Agrario
Fue diputado por Palencia las 3 legislaturas de la Segunda República, por el Partido Agrario, por el Partido Social Popular y por la CEDA. En las elecciones de 1936 fue el más votado de la circunscripción de valencia (51.000 votos de 92.000 votantes). Según señala la web de la diócesis de Madrid sobre los mártires "socorrió con auténtica caridad las necesidades de todos los trabajadores humildes y de los necesitados que hacían cola para recibir su ayuda. De él se afirmó que fue primero santo y después mártir".
Fue detenido el 28 de agosto, por milicianos de las Juventudes Socialistas Unificadas. Le mantuvieron preso 70 días en la prisión de la calle del General Porlier, hasta la madrugada del nueve al diez de noviembre, en que fue fusilado. Tenía 46 años. Hoy sus restos descansan en el cementerio de su ciudad de Saldaña (Palencia), a la que estuvieron siempre muy ligados él y sus descendientes.
6. Ramón de Madariaga y Alonso: un concejal que grita ¡viva la Virgen del Pilar!
Nació en 1904 y murió con 31 años fusilado el 14 de agosto de 1936 en Madrid. Sus restos descansan en el cementerio de San Isidro, en la capital. Había estudiado con los jesuitas de Alberto Aguilera y se licencia en Derecho. De veinteañero, fue editor del periódico Juventud y Parroquia en los años 20. Era miembro de la Asociación Católica de Propagandistas.
Fue elegido concejal monárquico del Ayuntamiento de Madrid en 1931. Lo detuvieron en su domicilio el 13 de agosto de 1936 y lo fusilaron al día siguiente. Antes de morir exclamó: “¡Viva España! ¡Viva la Virgen del Pilar! ¡Viva Cristo Rey!”. Hermanos suyos fueron Juan José y María de Madariaga, fundadora de la Hermandad de Enfermeras Salus Infirmorum.
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