El coronavirus ha paralizado en buena parte el mundo, también en la Iglesia Católica. Son muchos jóvenes que han visto retrasadas sus ordenaciones sacerdotales debido a la pandemia, pero poco a poco el catolicismo va sumando nuevos presbíteros. Uno de ellos es Melvin Mangalath Paul, joven de ascendencia india y de rito siro-malabar, ordenado en Chicago este pasado 16 de mayo.
Con las reaperturas de los templos y la vuelta de las misas públicas en muchos lugares, unido a la vuelta de las ordenaciones la esperanza y la normalidad van poco a poco llegando a la Iglesia Católica. Aún así, las precauciones siguen muy presentes para evitar nuevos contagios de un virus que se ha demostrado muy letal, dejando cientos de miles de muertos en todo el mundo.
Melvin fue uno de los jóvenes seminaristas que durante tres años pudo estudiar en el Colegio Sedes Sapientiae de Roma gracias a una beca de CARF (Centro Académico Romano Fundación), y en plena campaña Que ninguna vocación se pierda ha sido ordenado sacerdote para servir al pueblo de Dios.
Católicos indios emigrantes en EEUU
La familia de Melvin, católica siro-malabar procedente de la India emigró a Estados Unidos hace décadas y este es el motivo por el cual este joven se ha criado, formado y ordenado en Chicago aunque manteniendo su rito oriental.
Desde su infancia, el neosacerdote fue educado en una fe profunda, y desde niño se integró en la vida parroquial a través de un grupo de jóvenes que le ayudó a ir creciendo espiritualmente. Este fue el camino por el que se fue despertando en Melvin esta llamada vocacional al sacerdocio.
En todo este proceso de discernimiento hubo dos momentos decisivos que confirmaron esta llamada y le ayudaron a dar el paso.
Madrid, lugar importante en su vocación sacerdotal
El primero fue en Madrid, donde viajó para la Jornada Mundial de la Juventud de 2011 que reunió en la capital de España en torno a Benedicto XVI a más de 1,5 millones de jóvenes católicos. En ella se le quedó grabada en su corazón aquella histórica bendición con el Santísimo Sacramento en Cuatro Vientos en la histórica custodia de Arfe mientras llovía a cántaros y caían relámpagos. Todo ello en un silencio total por parte de aquella multitud.
El segundo momento que confirmó su vocación fue un voluntariado que realizó en Haití en 2012 tras el devastador terremoto que asoló este pobre país caribeño. Mientras ayudaba en la reconstrucción de esta tierra conoció a un sacerdote misionero italiano que llevaba décadas en Haití.
Su ejemplo y su amor hacia los haitianos hicieron ver a Melvin que lo que él quería de verdad era ser sacerdote. Fue el empujón definitivo para ingresar en el seminario. Y ocho años después aquel jovencito que estaba en búsqueda ha sido ordenado en una situación excepcional, en plena pandemia y en una ceremonia en la que tan sólo le pudieron acompañar sus padres, su hermana y el prometido de ésta.
En Haití, Melvin vio confirmada su vocación religiosa
A Melvin, como es lógico, le hubiera gustado estar acompañado por más amigos y familiares así como por la comunidad siro-malabar de Chicago. Sin embargo, estaba exultante en el que era el día más importante de su vida. Además, recordaba que San Juan Pablo II, a quien tanta devoción tiene, también tuvo que ser ordenado sacerdote sin la presencia de fieles debido a la persecución religiosa que había en Polonia en aquel momento.
Católicos siro-malabares en Estados Unidos
La Eparquía de Santo Tomás fue erigida en Chicago en 2001 para atender a los católicos de rito siro-malabar en todo el territorio de los Estados Unidos. Actualmente cuenta con 87.600 fieles, 42 parroquias y 75 sacerdotes.
Como diácono, Melvin ha estado ejerciendo su ministerio en distintas parroquias, después de haber pasado algunos meses en India para familiarizarse con este antiguo rito y sus tradiciones, así como para mejorar su dominio de la lengua malayalam.