El padre Stephen Rosseti es probablemente el exorcista más conocido en EEUU tras realizar durante más de una década este ministerio en la Archidiócesis de Washington. Pero además es profesor en la Universidad Católico de América, prestigioso psicólogo y autor de numerosos libros y artículos.
Precisamente, su último libro Diary of an American Exorcist (Diario de un exorcista americano) está muy relacionado con sus publicaciones en la web del St. Michael Center for Spiritual Renewal (Centro San Miguel para la Renovación Espiritual), donde cuenta experiencias vividas durante los exorcismos.
En una entrevista en el National Catholic Register, este sacerdote explica que aunque en un primer momento pensó el libro para otros exorcistas esperaba que también ayudase “al público en general a darse cuenta de las verdades de nuestra fe”.
"Dios nos protege"
En su opinión, “una cosa es segura, las experiencias diarias de un exorcista reafirman todo lo que enseña la Iglesia. Todo es verdad”.
En el libro, tal y como relata en la entrevista, cuenta que ha llegado a sufrir ataques demoníacos ocasionales. “No puedes meter a Satanás el dedo en el ojo todos los días y no obtener una respuesta. La buena noticia: Dios nos protege, y también la Santísima Virgen María. Si no estuviéramos protegidos todo exorcista sería asesinado inmediatamente por Satanás. Él nos odia especialmente, y puedes ver el odio maligno puro en los ojos de una persona poseída cuando se ‘manifiesta’ en una sesión”.
San Francisco de Borja exorcizando a un moribundo impenitente, pintado por Goya.
Uno de los aspectos más impresionantes de este ministerio de exorcista es poder ser testigo del poder de Jesús, aunque sólo sea mentando su nombre. Así, el padre Rossetti asegura que “el nombre de Jesús, como se indica en las Escrituras, invoca la presencia y el poder de Jesús. Hablar en su nombre e invocar su nombre es hacer presente el poder de Jesucristo. Los demonios odian ese nombre y exigen que deje de decirlo. Así que lo decimos aún más. Es en su nombre que los demonios son expulsados”.
Exorcizar también a los no católicos
Otra de las preguntas más recurrentes es si los exorcistas pueden atender a personas de otras religiones. Este sacerdote estadounidense confirma que puede exorcizar a cualquiera y así lo hace, incluidos musulmanes, judíos, protestantes e incluso no creyentes
Destaca que mucha gente si tienes un problema con los espíritus malignos llama a un sacerdote. “Nuestros obispos católicos están en la línea directa de los apóstoles, a quienes se les dio la autoridad expresa para expulsar demonios, y los obispos nos delegan su autoridad. Por supuesto, le decimos a la gente que, aunque respetamos sus decisiones de fe, echaremos fuera a los demonios en el nombre de Jesús, y ellos deben estar de acuerdo con eso”, señala.
Preguntado sobre si alguna vez pasa miedo debido a los demonios, el padre Stephen Rossetti afirma que “Jesús es el Señor”, por lo que “a medida que pasan los años, nuestro equipo y yo tenemos una confianza cada vez mayor en la autoridad de la Iglesia y el poder de Jesús”.
"La ira alimenta a los demonios"
Acerca de la apariencia de que el mal va ganando terreno en el mundo, este sacerdote dice que “a medida que la fe se desvanezca y la gente comience a practicar lo oculto, habrá muchos más problemas demoníacos. La fe es nuestra protección más fuerte. Y cuando nos involucramos en prácticas ocultas y demoníacas, invitamos a los demonios a nuestras vidas. Solo mira la explosión en el número de personas que practican la brujería. Esto no augura nada bueno. No tenemos suficientes exorcistas para los cientos de miles de personas que practican la brujería”.
Otro aspecto que pretende destacar es el mal que provoca la ira y la falta de perdón en la vida de las personas. Según su experiencia, “la ira alimenta a los demonios. La falta de perdón crea una herida espiritual interna de la que también se alimentan los demonios”, por lo que la mejor protección contra el mal es: “fe, obediencia y amor”.
Además, pide estar en guardia y no dejar la puerta abierta al demonio. “Hay muchas oportunidades para lo demoníaco. Hay una caída significativa en la práctica de la fe. Esto provoca una pérdida crítica de la protección agraciada. Además, muchas personas están practicando brujería y wicca, jugando con tablas de Ouija y participando en prácticas ocultas que abren la puerta a lo demoníaco. Hay cerca de un millón de abortos cada año en los Estados Unidos, y hemos descubierto que esta es una enorme puerta demoníaca. Y hay otros comportamientos pecaminosos en aumento, como la pornografía en internet, las adicciones a las drogas y al sexo, y más. El pecado da al mal un acceso cada vez mayor a nuestras vidas”, señala.
Artículo publicado originariamente en ReL en junio de 2021.