La vida de Kelly Nieto podría ser una película sobre la fama y el éxito, pero también una de terror, basada en hechos reales. Y no es para menos. Desde exorcismos hasta entes malignos en el sótano, Kelly ha tenido que superarse a sí misma y pasar por muchas dificultades, pero ahora está protegida por el Señor, como ha contado a ComingHomeNetwork.
Pese a que su madre era atea, Kelly fue criada en el seno de la Iglesia. Su padre creció en una familia luterana y, más tarde, se convirtió al catolicismo. Kelly recuerda que sus padres eran buenos y se esforzaban. Iban a misa cada domingo, pero la familia no era devota.
Jesús era un tabú
“Cuando yo o alguno de mis hermanos preguntábamos algo, nuestros padres no daban respuesta. Si preguntaba qué significaba eso de “Cordero de Dios”, me regañaban y me decían que no fuese irrespetuosa. No había ninguna conexión con Dios, no era algo personal. Jesús era un tema tabú”, ha explicado Kelly.
Kelly era de salud frágil, y creció con muchos dolores. Ella y su madre utilizaron una tabla de Ouija cuando era niña para paliar el dolor. La misma Kelly cuenta que le encantaba utilizarla.
Ella quería ir a la universidad de Michigan, pero su familia estaba pasando por un mal momento. Su padre fue despedido, y su madre tuvo que ponerse a trabajar. Para pagarse los estudios, Kelly decidió probar suerte en un concurso de belleza. Lo que ella no sabía es que así iba a comenzar su ascenso a la fama.
Sesiones de espiritismo para alcanzar el éxito
Kelly no pretendía ir a más, pero tras ganar el concurso local de belleza, compitió en el de Michigan, y para cuando quiso darse cuenta, ya era una auténtica diva. Sin embargo, por el camino, fue metiéndose cada vez más en el mundo del ocultismo. Con el dinero de los concursos, comenzó a pagar a “psíquicos” para hacer rituales y paliar sus dolores. “Estaba vacía por dentro y quería creer en algo”, ha dicho Kelly.
“Cuando era niña, pensaba que el sufrimiento no tenía ningún sentido”, ha contado Kelly. “Si el sufrimiento no tiene sentido, no hay esperanza, y cuando tu dolor es crónico, ese sentimiento es desolador”.
En su segundo concurso de Miss Farmington, Kelly conoció a varias peluqueras que conocían a su vez a un “psíquico”, famoso en el mundo entero, que estaba canalizando a una entidad. Este “espíritu” se presentaba como un Cherokee llamado Pluma Roja. Kelly fue a una sesión del “psíquico” en la que Pluma Roja se fijó a ella para siempre.
Durante esa misma sesión, Pluma Roja le contó cosas sobre su futuro inmediato que sucedieron de verdad. Esto convenció a Kelly de que estaba metida en algo muy importante y verdadero, que además le permitía obtener el éxito material. Ella misma dice que utilizó todo esto para tapar su falta de esperanza.
Kelly (izquierda), ganó varios concursos de belleza estando en Detroit
Un ente demoníaco en el sótano
La salud mental de Kelly fue decayendo y se sumió en una profunda depresión cuando su novio la dejó.
En ese momento ella condujo el coche de su ex hasta un barranco. Estaba pisando a la vez el acelerador y el freno del coche. Tenía la firme intención de suicidarse. Pero entonces, de la nada, una gran pluma cayó en el capó. Al salir no vio ningún águila ni nada por el estilo. Lo tomó como una señal. En ese momento Kelly no creía en Dios, y se lo achacó a su “amigo”, Pluma Roja. Entonces decidió entrenar para convertirse en una “psíquica”.
Realizó sesiones de espiritismo en su sótano durante muchos años, donde comenzó a habitar Pluma Roja. Su marido Dominic, de origen católico, no solo lo toleró, sino que se unió a ella. Ahora tienen cinco hijos, pero era cuando tenían dos que Kelly comenzó a tener visiones y a escuchar voces del que ella consideraba su “espíritu guardián”, Pluma Roja.
Una puerta al infierno
Kelly empezó a escribir un diario con las cosas que veía y escuchaba mientras se labraba una carrera entreteniendo en casinos, cruceros y otros lugares como monologuista. Un día, tras volver de un espectáculo en Phoenix, Kelly encontró en su casa a su ama de llaves, Bonnie y a una amiga suya. Estaban limpiando y haciendo las tareas de la casa, como siempre.
“De repente, la amiga de Bonnie, a la que no conocía de nada, subió del sótano corriendo y me preguntó si yo era de la tribu Cherokee”, ha contado Kelly. “¿Acaso tengo cara de india?, le dije. Ella me contestó que el Señor le había dicho que yo había abierto una puerta al infierno en mi sótano. Había notado la presencia de Pluma Roja allí”.
Las amas de llave no eran católicas, pero creían en el poder del agua bendita, que guardaban en su coche. “Cogieron su agua bendita, entraron en mi casa, y empezaron a rociarla entera y a orar en lenguas. Yo estaba alucinando”, ha dicho Kelly. “Les exigí que se largaran de mi casa, pero antes de irse, dejaron una Biblia en mi escritorio y me dijeron que leyera los evangelios”.
Kelly había hecho muchas sesiones de espiritismo en el sótano de su casa
Descubriendo las escrituras
“Me senté allí, durante tres días. No me atrevía ni a tocarla”, ha recordado Kelly. “Cuando esas mujeres me regalaron la Biblia, yo les solté los típicos argumentos ateos. Les dije que eran traducciones de traducciones, y que las escrituras eran un refrito fabricado con cuentos durante siglos. No la abría por orgullo, pero al final lo hice”.
Kelly cuenta que, al leer los evangelios, se dio cuenta de que en realidad no sabía nada de la Biblia. “Yo odiaba la Iglesia, no por lo que era realmente, sino por lo que yo creía que era. Había montado una imagen distinta. Llamé a las dos mujeres otra vez para que me explicaran más cosas, pero su fe era un poco alocada, así que decidí buscar a alguien más racional”, ha contado Kelly. “En la guardería de mi hija encontré a una mujer baptista ex-católica que había rezado para poder ayudar a alguien como yo”.
La amistad entre las dos mujeres floreció pronto. Kelly se dio cuenta de lo diferentes que eran sus vidas. Su nueva amiga no tenía muebles en el salón, solo algún juguete para sus hijos, y era feliz. Ella en cambio lo tenía todo, pero estaba totalmente vacía por dentro.
Kelly empezó a asistir a unos estudios bíblicos evangélicos y a una iglesia baptista donde adquirió creencias anti-católicas que la convencieron para convertir a su marido. La fe de Dominic estaba lejos de ser devota, pero aún tenía una débil vida espiritual y no estaba para nada interesado en convertirse al protestantismo. Kelly le ofreció libros sobre el protestantismo, y él le dio libros sobre el catolicismo. De alguna forma, la estrategia de Kelly se volvió contra ella misma, y se convirtió al catolicismo.
"¡Es muy malvado!"
Esto renovó la dormida fe de Dominic, y ambos empezaron a ir a catequesis para adultos. Sin embargo, aún quedaba un pequeño problema: el incómodo vecino del sótano.
“Aunque ya éramos católicos, aún no entendíamos las consecuencias que tuvieron todas las actividades “New Age” que hicimos en casa”, ha explicado Kelly. “No sabíamos que el ente aún seguía en el sótano”.
“En una ocasión, cuando estaba embarazada de mi cuarto hijo, unos amigos nuestros de la parroquia vinieron a casa con su hijo”, ha contado Kelly. “Su familia era muy devota. Estaban en mi jardín, sentados tranquilamente en la hamaca. No tenían televisión, tampoco malos hábitos. Hubo un momento en el que su hijo, aún muy pequeño, miró por la ventana de nuestra casa y me vio subir las escaleras principales. Entonces empezó a gritar: “¡Es muy malvado! ¡Es muy malvado!”.
Al preguntarle quién, el niño respondió: “El hombre que sigue a la señora Kelly”. Lo describió como un hombre de tez morena con el pelo largo que seguía a Kelly por las escaleras.
Misa urgente
Kelly decidió poner fin a esta situación y consultó qué hacer con su párroco. Él estaba seguro de que lo necesario era realizar un exorcismo, y le recomendó uno. Llamó a la Archidiócesis de Detroit y pronto estuvo en la casa de Kelly.
Vino con un equipo pequeño: tan solo una mujer que oró en lenguas durante las dos horas que duró el exorcismo.
“Cuando entró en mi casa sintió avaricia y miedo”, recordó Kelly. “Nos sentamos en la cocina y me pidió que le explicase todo. Así lo hice. Entonces recorrió toda la casa, y no sé cómo, encontró un libro sobre “chakras” bajo la cama de mi hija. Dominic y yo pensábamos que nos habíamos deshecho de todas esas cosas hacía años. Nos advirtió del peligro que suponía tenerlo, y más aún que estuviera debajo de la cama de mi hija”.
“Entonces llegó al sótano. Nada más entrar dijo: “Tenemos que celebrar misa aquí ¡ya!”. Tomó un poco de agua bendita y roció todo el sótano. Celebró misa e hizo un rito de reconciliación”, ha dicho Kelly. Después del exorcismo, su familia no se quedó a ver si el espíritu se había ido o no. Se mudaron inmediatamente a la casa de enfrente.
Kelly continúa encontrando maneras de servir a la Iglesia. Como echaba de menos los coros evangélicos a los que solía asistir, decidió montar uno por su cuenta. Así nació su ministerio, La Cruz y la Luz (crossandlight.com), que es a la vez una reunión para orar y un coro de éxito casi mundial.