Ha muerto con 94 años el Hermano Andrés (Anne Van der Bijl), fundador de Open Doors (Puertas Abiertas), asociación que ayuda a los cristianos perseguidos por todo el mundo. El hermano Andrés fue un cristiano protestante que toda su vida trabajó con católicos y ortodoxos en la promoción de la libertad religiosa en países musulmanes y comunistas, llevando a Cristo a lugares donde Cristo está prohibido.
Falleció el 27 de septiembre en su casa. Durante 59 años contó con el apoyo firme de su esposa Corry, que murió en 2018. Han dejado cinco hijos y once nietos. Sus hijos, explica la familia, sirven al Señor en distintos apostolados pero no en Open Doors, porque el mismo Hermano Andrés quiso evitar que la asociación estuviera ligada a su familia.
Anne Van der Bijl visitó unos 125 países para apoyar a los cristianos de todas las denominaciones perseguidos y discriminados. Hoy Open Doors trabaja en 60 países, publica informes internacionales sobre la persecución a cristianos y apoya directamente a unos 2 millones de cristianos en países con persecución.
Herido en Indonesia, llamado por Dios en Polonia
El Hermano Andrés nació en 1928 en Sint Pancras, un pueblecito holandés. Creció bajo la ocupación nazi, escondiéndose en el campo para no ser reclutado en sus servicios. Padeció la hambruna de la guerra de 1944: "comíamos bulbos de tulipán", recordó.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1946, con 18 años, entró al servicio militar y fue enviado a Indonesia, que entonces eran las Indias Orientales Holandesas, en plena guerra de independencia. Él mismo admite que participó en matanzas absurdas contra aldeas de civiles, que le traumatizaron. Volvió en 1949, con un tobillo destrozado por disparos. No sabía qué hacer con su vida, pero se volcó en Dios y se apuntó a un curso de formación de misioneros.
En Polonia descubrió que había cristianos bajo ese un régimen antirreligioso, y que estaban desesperados por conseguir biblias. Era 1955. Fue a Polonia al Festival Mundial de la Juventud Comunista. Allí, discretamente, rezó por ellos. Y en ese momento sintió que Dios le inspiraba un versículo de Apocalipsis 3,2: "Reanima lo que queda y que está a punto de morir". Decidió ayudar a esos cristianos bajo la tiranía comunista, hacerles llegar Biblias y libros sobre la fe.
En una primera fase, se metía en países de Europa Oriental con un pequeño escarabajo volkswagen azul, relleno de pequeñas Biblias ocultas. Así empezó por Yugoslavia en 1957. Ese coche se convertiría en un logo de Puertas Abiertas.
El hermano Andrés con su volkswagen escarabajo lleno de biblias escondidas.
"El Contrabandista de Dios", un libro que tocó a millones
En 1967 publicó el libro "El Contrabandista de Dios", con la ayuda del periodista John Sherrill y su esposa Elizabeth, quienes poco antes habían participado en dos de los libros más influyentes del cristianismo del s.XX: "La Cruz y el Puñal", en 1962, del reverendo David Wilkerson, libro que influiría en la creación de la Renovación Carismática Católica, y "Hablan otras lenguas", en 1964, sobre la oración en lenguas.
En El Contrabandista de Dios contaba sus experiencias entrando en países comunistas cargado de Biblias prohibidas. ¡En alguna ocasión introdujeron una máquina de impresión completa!
Más adelante publicó La ética del contrabando, La llamada, Creyentes secretos (sobre cristianos conversos en entornos musulmanes)... Puertas Abiertas calcula que vendió unos 10 millones de libros de sus primeros 16 títulos en 35 idiomas. No publicó El Contrabandista de Dios en holandés, porque quería evitar hacerse famoso en su país.
Un clérigo en un país comunista le explica a Andrés el control al que están sometidos los cristianos, sin acceso a biblias y con los jóvenes adoctrinados contra las enseñanzas cristianas. Un cómic adaptó el libro de El Contrabandista de Dios.
En Christianity Today recuerdan un chiste holandés de finales de los 60: "Si los rusos llegan antes a la luna, encontrarán allí al Hermano Andrés con un montón de Biblias".
Los contrabandistas de Biblias eran cristianos apasionados por la causa. Solían ir en pareja. Se hacían pasar por novios de luna de miel que recorrían los países del Este. Otras veces cruzaban por fronteras remotas, sin carretera. Según el libro El Contrabandista de Dios, ninguno fue nunca arrestado, y lo atribuye a numerosas inspiraciones del Espíritu Santo: cambiar de ruta, ir a otros sitios, rezar para que Dios guiara las decisiones...
Desde 1967, al ser ya conocido, el evangelizador holandés dejó esos viajes clandestinos y se volcó en tareas de apostolado y ayuda a los cristianos desde Occidente. Impulso operaciones cada vez más atrevidas. Fue asombrosa la de junio de 1981, cuando un equipo de 20 hombres llevó un barco con un millón de Biblias a un puerto de China y los cristianos locales las recibieron y repartieron por el país.
Con los cristianos bajo el Islam
Luego, en 1989, con la caída del comunismo, el hermano Andrés, empezó a centrarse en ayudar a los cristianos en países de persecución y hostilidad islamista. Visitó mucho Pakistán, y las comunidades tradicionales cristianas de Oriente Medio, católicas, ortodoxas, siríacas...
En varias ocasiones se entrevistó con líderes de grupos violentos que controlaban territorios, como los talibanes, Hamás o Hezbolá. Siempre decía que lo hacía por compartir el Evangelio con ellos. A los cristianos perseguidos les instaba a ser pacientes y no responder nunca con la violencia y el odio.
De su visita a Yaser Arafat en Palestina logró su protección para abrir una librería cristiana en Gaza y hablar del cristianismo en la Universidad Islámica de ese territorio.
El embajador de EEUU para la libertad religiosa, Rashad Hussain, reconoció su legado al morir el Hermano Andrés: "Promovió incansablemente la libertad religiosa, una fuente de esperanza para los cristianos perseguidos de todo el mundo. Siento gratitud porque su legado pervivirá en el trabajo de Open Doors", declaró.
Justin Welby, el actual arzobispo anglicano de Canterbury, explica que él se convirtió hacia 1975, enseguida leyó el libro del Hermano Andrés, e inspirado por él, Welby y su esposa Caroline pasaron biblias y libros cristianos de contrabando a inicios de los 80 en Checoslovaquia y Rumanía, con una organización cristiana distinta a Open Doors pero inspirada en ella.
El Hermano Andrés, contrabandista de Dios, en su ancianidad.
Fundada en 1955, Open Doors hoy cuenta con más de 25 oficinas alrededor del mundo y trabaja en más de 60 países. Cada año reparte más de 300.000 biblias.