El periodista Vittorio Messori ha sido uno de los autores católicos modernos más leídos. «Cruzando el umbral de la esperanza», el libro resultado de la entrevista que hizo a Juan Pablo II, vendió más de veinte millones de ejemplares y fue traducido a 53 idiomas. También se sigue leyendo año tras año su clásico "Hipótesis sobre Jesús". Y también sus imprescindibles libros sobre la Virgen María: Hipótesis sobre María y Bernadette no nos engañó, su investigación documentada sobre las apariciones de Lourdes. 
 


En su libro Por qué creo detallaba más datos sobre su conversión cuando estaba finalizando la universidad. Pero ahora, entrevistado en el programa "Cambio de Agujas" de HM Televisión, podemos escuchar cómo lo cuenta con su voz.


"Mi formación fue completamente laica, incluso un poco anticlerical. Mis padres eran de la región de Emilia, como el alcalde Pepone y Don Camilo. Eran anticlericales, muy polémicos contra la Iglesia. Estudié en colegios públicos y me licencié en Ciencias Políticas con grandes maestros del anticlericalismo y laicismo italiano. Pero poco antes de licenciarme casi de improviso, descubrí que la verdad estaba en el Evangelio", explica el escritor. 



"Yo antes pensaba que el problema de Dios no se podía resolver, que las religiones se contradecían; la religión no me interesaba nada. Yo quería llegar a ser periodista. Mi cultura era totalmente laica. Pero haciendo mi tesis con un famoso profesor anticlerical, en ese momento, sin buscarlo, se abrió como un 'agujero blanco'. En pocos días mi perpectiva cambió. Sin búsqueda, sin debate. Ni siquiera conocía ningún sacerdote", detalla. 


En la entrevista en HM TV no lo detalla, pero sí en el libro Por qué creo: él tenía tiempo, estaba algo triste y desconcertado, no había nadie en su casa y empezó a leer el Evangelio. Y le impactaron una serie de frases: "Venid a mí todos los cansados y agobiados y yo os aliviaré"; "no tengáis miedo"; "tomad mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón..." Y después conoció jóvenes católicos con inquietudes sociales en la estela del beato Antoine Frederic Ozanan, en las conferencias de San Vicente de Paúl.

"Las leyendas negras me habían enseñado que el catolicismo era peligroso, con el Vaticano, por un conjunto de mitos. Y no quería ser católico porque no quería renunciar a todas las chicas que me gustaban. Yo quería ser libertino. Mi conversión de la cabeza, al Evangelio, fue inmediata, pero la del corazón, me costó mucho. Y la Iglesia de entonces no me ayudaba tampoco demasiado".


En 1965, mientras él se convertía y se ponía en marcha para entrar en la Iglesia, veía a muchos curas y monjas salir de la Iglesia, entusiastas de Marx y Freud, personajes que Messori ya veía que no podían satisfacer al hombre. 

Messori acudió a Asís a estudiar dos años en la única escuela de Teología para laicos. Tenía claro que él sería laico, periodista, pero católico. 

"Mi familia se lo tomó muy mal y también mis profesores. Mi madre nunca quiso leer ninguno de mis libros. 'Escribe novelas, policíacas, no escribas esas cosas de curas', decía mi madre. A ella le preguntaban en la calle: «señora Messori, ¿usted es familia del famoso Vittorio Messori?» y la pobre mujer respondía: «No, no, qué va. Solo coinciden los apellidos». Mi padre callaba, pero tampoco le gustaba. Eran muy anticlericales, comecuras decimos en Italia. Yo iba a misa a escondidas para que mi madre no se enfadara. Incluso llamó al médico de familia: 'doctor, venga, mi hijo va a misa, es un problema nervioso'. No les guardo rencor a mis padres, les entiendo. Y mis profesores, cuando supieron que me había hecho católico de repente, también pensaron que estaba loco. Renegaron de mí, ya no querían saber de mí", recuerda.




Messori más tarde fue aprendiendo a amar más y mejor a la Iglesia y a la Virgen María. "Jesús podría haberlo hecho todo solo, no necesitaba una Iglesia. Pero quiso que los hombres participasen, que continuaran su gracia. La Iglesia, organizada, con el Vaticano, con sacerdotes buenos y menos buenos, Papas que entusiasman y otros que entusiasman menos, son todos un don", afirma hoy. 

Y sobre la Virgen: "María no es un descubrimiento inmediato, sino sucesivo. Jesús te lleva a su casa cuando ya hay intimidad, y te presenta a su Madre". 

"Hipótesis sobre Jesús", traducido a 30 lenguas, ni siquiera menciona a María. Es al profundizar en Jesús cuando se ve que la Madre es parte del misterio del Hijo, afirma. Y sus otros libros tienen argumento mariano. "Los que piensan que dar mucho espacio a María es quitárselo a Jesús se equivocan", dice. "Los pueblos que resisten mejor a la secularización son los que más se han aferrado a María"
 



Han pasado ya 50 años de vida católica para Vittorio Messori. "Cuanto más conocía, más se fortalecía mi fe. Nunca he tenido crisis de fe. En mis libros he profundizado. Pero veo que muchos sacerdotes al estudiar teología su fe se pone en crisis. A mí me pasó al contrario: a más conocimiento, más fe". 

Messori no ha tenido hijos, pero ve que el apostolado con los jóvenes es especialmente difícil, aunque el mejor apostolado siempre será el del ejemplo, dice.  "Sin embargo, no basta el ejemplo. También hace falta doctrina. Pero muchas personas, al madurar, verán que ninguna ideología humana da satisfacción a la persona: sólo el Evangelio".

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