Cuenta que ya de niño su madre le daba platos de comida para llevar a los alcohólicos en las esquinas cercanas. “Tenía que esperar el plato y el tenedor y traerlos de vuelta”, dice riéndose.
En el barrio de Grays Ferry, en Filadelfia, donde él nació, las drogas dañan a los trabajadores y los desempleados. Allí se fundó un ministerio católico para ayudar a adictos en 1997, Our House Ministries (ourhouseministries.org) de la cual el padre McKay es su capellán.
Dos años antes, el propio hermano del sacerdote, Anthony, había muerto de sobredosis.
“Murió en una casa de crack, con una aguja en el brazo”, cuenta padre Douglas al Catholic Philly, el periódico de la arquidiócesis, en un artículo resumido por Portaluz. “Tenía solo 30 años”.
Otro de los hermanos del sacerdote, Harry, también fue atrapado por la adicción después de servir en Vietnam, pero gracias al programa de Our House Ministries lleva ya sin drogarse 25 años. “He perdido a mi familia, amigos, primos, por la adicción”, afirma el padre Douglas. “No es una epidemia sino una pandemia”.
El sacerdote y el equipo de Our House Ministries combaten la droga con hogares para recuperación y programas de sanación basados en la fe. Enfatiza el sanar el alma con oración y los sacramentos, particularmente la Eucaristía y la confesión, señala padre Douglas. “Se curan”, dice. “El médico divino es el médico de la mente y del alma”.
Dos centros de acogida están dedicados a los arcángeles San Miguel y San Rafael
La misa se celebra los días laborables en una de las tres capillas que atienden, dedicadas a los arcángeles San Miguel, San Rafael y al venerable Matt Talbot, un asceta irlandés -alcohólico liberado por su fe, lea aquí toda su historia- cuya intercesión es ampliamente invocada entre quienes buscan superar el abuso de sustancias. El Ángelus, la adoración, la bendición y otras devociones también se observan diariamente en los tres lugares.
Las casas de recuperación del ministerio proveen refugio y estructura para los residentes, quienes deben asistir a la Misa dominical y reuniones semanales de la Sociedad Calix (www.calixsociety.org), una organización católica internacional de laicos que proponen a los participantes un programa de 12 pasos para lograr la liberación de su adicción.
La Calix Society se define como "una asociación de alcohólicos católicos que mantienen su sobriedad mediante la participación y afiliación en la Fraternidad de Alcohólicos Anónimos". Y destaca la importancia clave del capellán en sostener a esta asociación. El Padre Douglas McKay es actualmente el capellán nacional en Estados Unidos de Calix.
“Todo empezó con un sacerdote alcohólico”, recuerda… Frustrados por la incapacidad del sacerdote para mantenerse sobrio, cinco laicos pidieron que se celebrara una misa diaria a las 5 de la mañana para rezar por su recuperación. Después de varias semanas de misas y sacrificios, el sacerdote pudo mantener su sobriedad y la Sociedad Calix surgió poco después.
Llaman a esta imagen "Nuestra Señora de la Recuperación"
“Llevar a la gente a la Eucaristía es realmente llevarlos a la gracia sanadora del corazón de Cristo” enseña el Padre Douglas y, señalando hacia el tabernáculo en la capilla de San Rafael, añade: “Ahí está el remedio, ahí es donde fluyen todas las gracias. Eso es lo que predicamos como católicos… Puedes ver la imagen de Dios en los adictos, y puedes amarlos. La adicción es abrumadora, es poderosa. Pero Cristo es más poderoso”.
Un vídeo (en inglés) que explica como funcionan los hogares de Our House Ministries