Recientemente, Iker Jiménez ha destacado por su crítica a lo “políticamente correcto” y por su defensa del cristianismo, de colocar los belenes e incluso de la vida humana desde la concepción, lo que le granjeó grandes críticas.
Aunque públicamente ha salido en defensa de la Iglesia, al presentador y periodista de Cuatro no se le puede definir como católico pese a su creencia en la trascendencia y su honesta búsqueda de Dios. En un interesante debate entre Iker Jiménez y José Ignacio Munilla, el obispo de San Sebastián afirmaba con respeto que la “crítica” que haría al programa se centraría en esta “confusión entre paranormal y sobrenatural, se confunde el misterio con el ocultismo, se confunde la auténtica mística con los iluminados”.
En una entrevista en Mundo Cristiano, el presentador de Cuarto Milenio habla de todos estos asuntos y asegura que “mi experiencia con la Iglesia siempre ha sido positiva. Creo que somos el programa que hemos abordado más asuntos que tocan lo milagroso, lo sobrenatural-religioso, el misticismo. Y creo que con el máximo respeto”.
Sin embargo, para él tratar estos asuntos es “algo lógico” y añade que “seguro que yo, sin tener esas creencias digamos ‘aprendidas’ u ortodoxas, creo más en esa fuerza que muchas personas que siguen unos dogmas pero no ‘sienten’ esa Verdad. Yo esa verdad la siento. Por eso todo me parece un misterio”.
Iker Jiménez considera prácticamente su trabajo como una misión. “Pienso, y más desde que soy padre, que tenemos que hacer todo lo posible por mejorar el mundo que nos ha tocado vivir. Yo lo hago sembrando sed de conocimiento, dudas, y sobre todo expandiendo la idea de que la vida es un milagro maravilloso. Es una pregunta inacabable. Que no podemos banalizarla. Todo es un enorme misterio. Y de eso me ha tocado ser Heraldo. Y esa misión es por el momento la más hermosa que conozco”.
El fallecido padre Amorth, maestro de exorcistas, con Iker Jiménez y su esposa cuando éste fue entrevistado en el programa
Preguntado sobre si reza y si su trabajo le ha acercado a la trascendencia, responde con claridad. “Rezo todas las noches –afirma- y lo hago sin fallar desde que nació mi hija”. Según explica, este hecho “fue mi toma de conciencia, aunque hubo un episodio en Altamira, a solas en 2007, que me convirtió en un hombre consciente de la Trascendencia”.
“No puedo no ser agradecido”, agrega. Y es que Iker considera que “es importante ese rezo para mí” y “seguramente rezar es una de las primeras cosas importantes que hizo el ser humano. Que imploró a algo superior a ellas. Algo que, posiblemente, no se puede entender”.
En su opinión, “las cosas más importantes están muy por encima de la razón. De estoy convencido. La razón es muy importante. Pero hay otros universos. Otras fuerzas”.
También asegura que seguirá defendiendo la vida humana, especialmente la más indefensa y que está en el útero de la madre. Le dan igual las críticas. “Como a mí todas las zarandajas políticas, ideológicas o políticamente correctas me dan igual, digo lo que pienso. Y si molesta es porque seguramente irrita a tantos que viven en un engaño materialista”, asegura.
Iker Jiménez, y su esposa Carmen, parte esencial del programa
Para Iker, “la vida es un milagro del que no somos conscientes. Nos supera. Pero es que la palabra milagro no se puede cosificar. Va mucho más allá de lo que se piensa. Para mí es un chispazo del asombro absoluto. La complejidad del ADN, y de eso hablamos mucho en el programa, es lo más asombroso de la realidad posiblemente”.
Además, añade que “cada vida es irrepetible. No es una cuestión moral, sino incluso puramente científica. Parece que lo correcto es decir lo contrario y tender hacia una desvalorización de la vida”.
Por último, incide en la importancia de la familia. Iker Jiménez considera que para él, “en su sentido más profundo, es algo sagrado. Con todo lo que implica esa palabra desde el inicio del tiempo”.
“Yo he relegado cualquier oportunidad profesional si me quitaba tiempo de estar con mi familia. Y no puedo sentirme más feliz por ello. Somos hijos de cada una de nuestras decisiones. Y los cantos de sirena siempre existen. El amor de los tuyos es esa luz de la que hablaba. Es una manifestación de esa Fuerza Suprema. A mi hija me gustaría transmitirle muchas cosas. Tiene cinco años. Sobre todo que sea niña, que guarde el alma de niña para siempre. Porque eso es una actitud ante el milagro de vivir. Que sea consciente de su privilegio: Vivir”.