Anthony era un periodista que vivió “los peores días de su vida” cuando fue despedido de la cadena de televisión deportiva ESPN, la más importante del mundo en el ámbito del deporte. Lo fue además por un motivo que le hizo ser tristemente muy conocido al escribir un titular que fue calificado como racista.
En febrero de 2012, Federico estaba cubriendo un partido de la NBA en el que se enfrentaban los New York Knicks y los New Orleans Hornets. La estrella de la noche era Jeremy Lin, un jugador de baloncesto de origen asiático de los Knicks.
Tal y como recuerda Aciprensa, esa noche los Knicks perdieron y Federico escribió como titular de su noticia la frase: “Chink in the Armor”, cuyo equivalente en español es “Grieta en la armadura”.
Federico, a la derecha de la imagen, descubrió su vocación tras su despido
El titular generó un gran rechazo en las redes sociales puesto que la palabra “chink” también se usa en Estados Unidos para referirse despectivamente a las personas de origen asiático, especialmente a los chinos.
Este periodista, ahora seminarista, relató al diario The Washington Post que aquellos días recibió numerosos correos electrónicos agresivos, amenazantes y con un insultos. Finalmente, la cadena decidió despedirle y Federico quedó marcado en el mundo periodístico por ser supuestamente racista.
“Todo el mundo pensaba que era una mala persona, un malvado. Fueron los peores 30 días de mi vida”, recordaba. Además, relataba que “pensaba que tenía todo y que supuestamente tenía que ser feliz. Pero yo me quedaba despierto por las noches, pensando: '¿Qué me falta?'”, expresó.
Fue esta situación de rechazo y desprecio la que le ayudó a salir de sí mismo. En un primer momento empezó a hacer voluntariado para ayudar a los demás, hasta que un día recibió un mensaje de una compañía ofreciéndole trabajo como consultor puesto que les había impresionado la calma con la que había llevado los ataques de los medios que le calificaban de racista.
Cuando parecía que empezaba a salir a flote de nuevo, Federico recuerda que en ese momento también comenzó a recordar la formación católica que había recibido de niño en el colegio. Cada vez resonaba más fuerte en su interior.
Y entonces sintió la llamada al sacerdocio y no podía quitárselo de la cabeza. “Recuerdo que mientras trabajaba pensaba: ‘Dios esto no puede ser en serio. Sé lo que me estás diciendo, pero yo estoy involucrado en los medios. Esto es lo que hemos decidido”.
Al final acabó sucumbiendo a la evidencia y decidió ingresar en el seminario. “Si miro hacia atrás, pienso que Dios permitió que todo esto sucediera para ponerme en el camino hacia el sacerdocio, el camino que estaba evitando”.
Federico tiene actualmente 33 años y ha pasado los últimos cinco estudiando Teología en la Universidad Católica del Norte de Washington. También ayuda a adolescentes, universitarios, familias que han perdido a seres queridos o a padres primerizos.
El director de vocaciones de la Arquidiócesis de Hartford, donde actualmente se está formando Federico, el padre Jeff Gubbiotti, afirmó que el experiodista “es un gran comunicador. Es uno de los dones que tiene”.
Manifestó que tras conocer a su seminarista, está convencido de que “Dios utiliza esas experiencias de vida como parte de todo un viaje”. El padre Gubbiotti comentó que el incidente mediático de Federico en ESPN no fue un impedimento para que los fieles empatizaran con él.
“Muchos de nosotros, estoy seguro, experimentamos momentos de incomprensión, momentos de sensación de decepción, y él puede hablar de esa experiencia”, destacó.
Por otro lado, Anthony Federico contó a The Washington Post que se reunió con Jeremy Lin para explicarle que el titular que escribió no tenía una connotación racista. Más bien se refería a las debilidades que tuvo como jugador en el partido de basket.
El seminarista comentó que Lin es evangélico y que durante su encuentro hablaron sobre la fe en Dios. Expresó que actualmente “estoy en un lugar donde soy verdaderamente feliz con mi vida y emocionado por servir al pueblo de Dios. Si me lo hubieran dicho en ese entonces, no lo hubiera creído. Pienso que Jesús es el mejor dando segundas oportunidades”.