Se trata de Grant Aasen, estudiante y jugador de la Universidad de Georgia Tech, que en mayo se graduó en ingeniería industrial y que ha renunciado a su último año draft, cuando los equipos profesionales pueden elegirle para la liga profesional. Todo comenzó con un accidente que sufrió durante un entrenamiento en el que casi pierde la vida. Ahí descubrió a Cristo y a la Iglesia y nunca más se ha separado de este camino.
En distintas entrevistas en Catholic News Service y National Catholic Register, recuerda que nunca se había tomado en serio su catolicismo y pese que acudía desde niño a misa con sus padres “ni siquiera conocía las diferencias entre catolicismo y el protestantismo. No me importaba mucho la religión hasta después de un accidente en mi segundo año de Secundaria”. Antes, sus únicas preocupaciones eran el fútbol americano, sus amigos y los estudios.
Grant se enamoró de Cristo hasta tal punto de dejarlo todo por Él / Foto cortesía de Grant Aasen
Sin embargo, todo cambió durante un entrenamiento. Aasen era corredor, uno de los principales puestos ofensivos pero que más riesgos conlleva, y fue bloqueado de manera brutal por un jugador universitario, ahora profesional, de más de 2 metros de altura y 120 kilos, apodado la "pesadilla nigeriana". Se golpeó la cabeza fuertemente y se retiró del entrenamiento. Al siguiente decidió jugar el partido pero pronto se sintió mareado y al momento se desmayó.
Sufría un derrame cerebral severo. Rápidamente un helicóptero medicalizado llegó al campo y le trasladó a un hospital en Atlanta. Fue intervenido y tuvieron que abrirle el cráneo. Estuvo a punto de morir ese día. Pero su recuperación fue mucho más rápido de lo previsto, lo que él achaca a la oración.
Aquel accidente le hizo mirar a la religión que le habían inculcado sus padres. Se involucró en grupos de atletas cristianos y de oración. Pero lo hacía de una manera superficial. Pero este pequeño cambio y su interés por Dios llamó la atención de su hermano mayor. Y en la universidad de Georgia Tech se juntó con chicos católicos, lo que ayudó mucho a Grant cuando él llegó al centro más adelante.
“Mi hermano Davis y sus amigos me contaron y me mostraron lo que era ser católico, por qué la confesión y la misa son importantes, qué papel juega la Virgen en nuestras vidas espirituales, por qué hay que confiar en la Iglesia para tomar decisiones correctas...”, cuenta este candidato al sacerdocio.
Y de hecho informa que esta evangelización en el campus ha provocado que 10 graduados en esta universidad están estudiando en estos momentos en el seminario de Notre Dame.
Este encuentro con Dios le fue despertando la vocación religiosa mientras seguía jugando y destacando en la universidad como jugador de fútbol. Grant cita la confesión y la misa como puntos clave en su proceso de discernimiento. “Estar en estado de gracia es el requisito primordial para tomar cualquier tipo de decisión vocacional clara. Después de esto, o asociado, están la devoción mariana, la adoración eucarística y la dirección espiritual”, asegura.
“Había tiempos de certeza del 100% de que debía ser un sacerdote, pero luego tiempos de duda. Sin embargo, esos momentos dudosos fueron cuando estaba tan ocupado con la universidad que no estaba rezando tanto como lo hago normalmente. No me estaba comunicando con Jesucristo, el Sumo Sacerdote, de manera suficiente, por lo que mi entrada en su sacerdocio necesariamente parecería menos segura”, confiesa.
La decisión parecía clara pero dar el siguiente paso le costó mucho sufrimiento pues significa que debería abandonar su otra gran pasión, el fútbol americano y una posible carrera exitosa. Finalmente, decidió decírselo a sus compañeros y entrenadores y su decisión fue acogida y comprendida.
Incluso durante estos años de universidad, varios compañeros se han convertido al catolicismo, algunos incluso con toda su familia, gracias a conocer a Grant. “Quiero acercar a la gente a Cristo, y el sacerdocio me parece la mejor manera de hacer eso. El sacerdocio es una cosa asombrosa. Si esa es mi vocación, esa será mi llamada, igual que otro joven puede ser llamado al matrimonio”.