Maria Vallejo-Nagera (Madrid, España, 1964), entra en la biblioteca de Harvard con paso seguro. Es una mujer alta (¡yo diría que muy alta para ser española!), y viste una de las sudaderas de la Universidad. Pero no lo hace porque desee promocionar tal centro de estudios o porque esté de paso. Lo hace porque a sus 53 años, es una estudiante más en esta Universidad.
- ¡Jajaja! ¡Pero si no tengo tiempo para nada!, (contesta esbozando una amplia sonrisa). Me ha costado un lío tremendo organizarme, dejar en mi casa de España todo planeado, a mi familia, mi todo... Pero no podía dejar pasar esta oportunidad. Como todo lo hermoso que sucede en mi vida, esta ha sido una oportunidad más brindada por Dios en un momento clave de mi vida. Es un regalo tan grande... Estoy muy conmovida porque cuando mandé mi aplicación para entrar, pensé que era solo un sueño más que quizá no se cumpliría. ¡Pero no ha sido así! Tuve la fortuna de ser aceptada por Harvard y bueno... ¡Pues aquí estoy!
- (María sonríe irrandiando esa luz que sólo emana de alguien que está pasando por un momento muy bonito en su vida). Mi marido y yo nos enteramos a través de un amigo de un Master muy bonito, muy profundo y también interesantísimo que Harvard ha puesto en marcha hace 9 años para personas de nuestra edad. Se llama "Advanced Leadership Initiative", (https://youtube.be/UlzmGOdc_
María Vallejo Nágera, en Harvard, institución en la que está estudiando un Máster en estos momentos
- (Risas) ¡Eso espero! El proyecto que yo he diseñado gracias a este programa se llamará "Barrotes de luz". Lo estoy elaborando para llevarlo a cabo en las cárceles de España. Por ahora sólo me lo ha aceptado la cárcel de Alcalá -Meco, y tengo una ilusión inmensa de comenzar. Se tratará de cómo enseñar a los presos a escribir sus propias novelas, sus propios Mensajero en la noche, para que puedan algún día publicar sus historias de arrepentimiento, sus propias novelas. En cárcel hay mucho arrepentimiento y el preso no sabe cómo enfocarlo, cómo pedir perdón. Mi deseo es encauzar ese arrepentimiento en el mundo de las letras, de la escritura... Es lo que conozco, lo que sé hacer. También me estoy preparando a fondo para poder dar clases de Cristianismo primitivo a los presos que deseen conocer un poco a Jesús, el Dios de los Cristianos.
- (María vuelve a sonreír con una sonrisa que sólo puede venir de alguien plenamente feliz y agradecida). Bueno... Digamos que me defiendo como gato panza arriba.
- ¡Jajajaja! Si, bueno... Un poco... Estoy estudiando unos cursos simplemente maravillosos de Nuevo Testamento, Antiguo Testamento y Cristianismo de los siglos II-XII.
- ¡Pero si no me da tiempo a nada!
"Cielo e infierno: Verdades de Dios", libro que puede adquirir pinchando AQUÍ, es uno de los best-sellers de María Vallejo-Nágera
- Me parece a mí que tu "pajarito" tiene la boca muy grande... ¡Jajaja! ¡También mi marido me dice que soy una empollona tremenda!
- Sí, estamos haciendo el Máster juntos, ya que a él también le admitieron. Tal como te decía, esta entrada en Harvard ha sido un verdadero regalo de Dios. Pero él, en sus optativas, ha escogido clases de Ingeniería (es ingeniero industrial), y algunas clases en el MIT de Boston.
- (María me clava una mirada penetrante y echa un suspiro al aire pensativa antes de contestar). Bueno... Llevaba años, verdaderamente largos años deseando profundizar en mi fe católica, pero ya no desde mis posibilidades como investigadora. Había llegado el momento de salir de "la pecera católica". Necesitaba y deseaba hablar, discutir, con profesores muy preparados de otras denominaciones cristianas, ortodoxas o protestantes; gentes extraordinariamente preparadas en Cristianismo, pero que tuvieran otros puntos de mira, diferentes a los Católicos. Había llegado el momento de escucharles, de saber qué piensa un profesor protestante y por qué lo es... Quería aprender de ellos, preguntarles mis dudas... España es aún, aunque no guste que se afirme, un país en su mayoría, católico. Necesitaba poner a prueba mis bases católicas, y Harvard me pareció la Universidad más apropiada para ello. Harvard no es una Univesidad Católica. Aquí están los mejores profesores del mundo, pero no están "en mi pecera".
- En la del saber. Harvard estudia; Harvard investiga, Harvard responde... Y acepta todo aquello demostrable. La fe no se puede demostrar, pero sí el estudio profundo de la fe basada, por ejemplo, en los últimos descubrimientos arqueológicos. Harvard sabe todo sobre eso. Yo me moría por venir... Sabía que mi catolicismo chocaría con algunos descubrimientos que aquí se han investigado mucho, como los papiros descubiertos en 1945 de Nag Hammadi. Mi profesor de Nuevo Testamento es un experto en este tipo de cosas. Yo he aprendido todo lo que he podido sobre estos descubrimientos con ojos absolutamente asombrados...
- Sí, tremendo. Ha sido duro defender mis ideas católicas en clase, pero estoy muy satisfecha con todo lo aprendido, con todo lo discutido, con todo lo hablado en las clases. Verás: aquí los alumnos son brillantísimos, los profesores fantásticos... Es bueno escuchar de sus bocas sus enseñanzas, a veces contrarias al Catolicismo, y también defender las mías, de raíz profundamente católica. No ha sido nada fácil estudiar estos cursos de Teología en Harvard, pero sinceramente me ha abierto a un espectro de espiritualidad inmensa; me ha hecho replantearme muchísimas cosas de mi religión y mis creencias.
La escritora está estudiando distintas asignaturas de Teología durante su estancia en Estados Unidos. Foto- Bryan Panzano / Harvard
- (María enarca las cejas sorprendida, como si hubiera tocado un hilo fino e incómodo del interior de su alma). ¡No! De ninguna manera... Ha sido, como te digo, duro. Aquí en Harvard se estudian mucho los manuscritos del Mar Muerto, los manuscritos de Nag Hammadi, los Evangelios Apócrifos de María Magdalena, Santo Tomás, etc... Para mí ha sido un reto abismal, ya que nunca había sabido de su existencia, ni los había estudiado. Digamos que me ha venido muy, muy bien aprender tantas cosas que ignoraba. Pero no me ha hecho flaquear en mi fe, sino todo lo contrario. Todo ello no ha hecho más que reforzar mi fe, amar más a mi Iglesia Católica, amar más a Jesús. Es bueno estudiar religión con personas que quizá la han perdido. Ellos son racionalistas, son sabios. Yo soy todo pasión, soy una apasionada enamorada de Jesús... La combinación ha sido perfecta. Uno de mis profesores me decía: "tu aprendizaje ha sido explosivo: has mezclado el saber con la fe, y eso es muy difícil."
- Si, así es. Si se razona demasiado, si se intenta buscar respuesta a todas las cosas sobre Dios, el hombre puede darse de bruces contra una pared. No se puede romper la unión de fe y razón. Sin fe, no se entiende a Dios. No es bueno SOLO estudiar a Dios. A Dios se le estudia, pero sobre todo, se le ama. Si quitamos amar a Dios de la ecuación, estudiar Teología no sirve de nada.
María sonríe. Me dice que tiene clase y que ya no puede dedicarme más tiempo para la entrevista. Qué pena. Me hubiera quedado horas preguntándole cosas... Y se va; se pierde, despacito y con elegancia, entre las altas hileras de libros que componen la preciosa y antigua Biblioteca de Harvard Divinity School, en donde sé que pasa largas horas. La deseo suerte; la deseo mucho éxito y se despide con un gesto de la mano.
Pero no me estristezco: algo me dice que nos volveremos a ver.