Tamara Falcó, la hija de Isabel Preysler y del marqués de Griñón, se proclamó este miércoles como campeona de Masterchef Celebrity, el reality de cocina que arrasa en televisión y que ha reunido a personalidades de distintos ámbitos. Como ganadora del talent show culinario ha recibido 75.000 euros que ha decidido donar a Mensajeros de la Paz, la asociación benéfica del Padre Ángel.

Esta joven es una católica orgullosa y sin complejos, que desde que se convirtió muestra orgullosa su fe allá por donde va con una naturalidad tal que deja boquiabiertos a todo el que se cruza con ella.

Isabel Preysler acompañó a su hija durante la final

Durante su participación en Masterchef sus referencias religiosas han sido constantes, y lejos de ocultar su catolicismo lo ha mostrado abiertamente. Durante la final, en la que ganó al actor Félix Gómez, no fue una excepción.

El Rosario como arma de Tamara

En una de las pruebas de este miércoles, Samantha Vallejo-Nágera, felicitó a la joven concursante por su concentración durante la elaboración de un plato y le preguntó “cuál es el método de relajación”  que utilizaba. Tamara, ni corta ni perezosa, le respondió: “el Rosario”. Y confirmó que lo rezaba antes del programa.

De hecho, en una entrevista en Diez Minutos le preguntaron si había trasladado cosas de su vida religiosa a la cocina de Masterchef. Y Tamara lo tenía claro: “Claro. Sin parar. Cuando te hacen críticas los jueces, yo pensaba por dentro: ‘Sé mansa y humilde’. Cuando me quedaba la última: ‘Los últimos serán los primeros’. He adaptado muchas cosas de la religión católica”.

"Bienaventurados cuando se burlen de vosotros..."

Además, aseguraba también a El País que durante todo este tiempo se ha fiado mucho de la Virgen en las pruebas del concurso y confesó que reza “un montón” mientras cocina, aunque también pone todo su esfuerzo para hacerlo lo mejor posible.

Recientemente, en Alfa y Omega explicó que ha sufrido “incomprensión” por ser católica en un ambiente como el suyo, “pero bienaventurados cuando se burlen y se rían de vosotros…”.  

 

“En Masterchef, por ejemplo, he estado con un montón de gente distinta a mí. Intento tratar a la gente con respeto y espero respeto, lo que considero que es una versión de amar al prójimo como a ti mismo. Cuando alguien te hace daño y ves a Jesús que aguanta, ves que es el camino, que además te devuelve la paz. Yo tengo un pazómetro. Veo cosas que me están quitando la paz y digo: ‘Uy, con esto no vamos bien’”, agregaba.

Sobre el hecho de hablar de Dios, Tamara Falcó afirma que “es verdad que es algo muy privado, que Dios te está tocando el corazón, y me costó tiempo hablar de ello con la prensa. Pero quiero tanto a Dios, es tan importante para mí, es mi pilar, que lo que diga el resto del mundo me da igual. Lo que más me importa es no hacerle daño a Él aunque con eso y con todo meto la pata”.