Su vida ha sido un largo viaje en búsqueda de la verdad. Y lo ha sido tanto en lo físico como en lo espiritual, un camino que finalmente ha desembocado en su ordenación sacerdotal como fraile dominico en Sidney, Australia.
Ese viaje llevó al hermano Robert Krishna OP de su nacimiento y educación como hindú en la India a una adolescencia y juventud marcada primero por el ateísmo y después por el agnosticismo. Tras una depresión comprendió que sólo la vida tenía sentido si existía un Dios por lo que fue bautizado anglicano. Sin embargo, su búsqueda por la verdad no se quedó ahí y acabó descubriendo el catolicismo y su riqueza. De ahí hasta ser llamado por Dios como servidor suyo.
Una adolescencia como ateo y después agnóstico
Tal y como relata The Catholic Weekly, el hermano Robert se crió en la ciudad india de Bangalore siendo educado como hindú aunque él mismo confiesa que se convirtió en un ateo a los 10 años aunque en su adolescencia pasó a ser agnóstico.
Cuando iba a cumplir 18 años se trasladó a Australia para estudiar un gado en Ciencias en la Universidad de Sidney, para después especializarse en Física.
Una depresión que le hizo plantearse si Dios existía
Sin embargo, en 2001 cuando llevaba tres años de carrera se convenció de que las matemáticas no eran su fuerte y se le empezó a venir el mundo encima. El miedo y el fracaso le hicieron caer en una depresión.
Tras reflexionar y estar inmerso en estos sufrimientos empezó a plantearse si la vida y el mundo en general tenían algún valor trascendente o si por el contrario no significaban nada. Al final llegó a la conclusión de que si el mundo y los seres humanos tenían algún valor era porque eran valorados por un ser no transitorio, en este caso Dios.
Pero pese a su educación hindú esta búsqueda de ese Dios le llevó directamente a Jesucristo, pues no era algo mitológico sino que había existido de verdad. De este modo, empezó a asistir a una iglesia anglicana y acabó siendo bautizado en septiembre de 2002.
En ese momento ya tenía la certeza de que Cristo no sólo era una figura histórica sino que era hombre y era Dios. Pero coincidente en el tiempo empezó a relacionarse en la universidad de Sidney con algunos católicos.
Llegó al catolicismo por atracción
Según confiesa Robert, uno de los hechos que le impresionó más era ver que había muchos jóvenes católicos muy contentos de vivir lo que la Iglesia enseña. El amor se produjo por atracción: “Me convertí a través de su ejemplo y sus conversaciones, más que a través de sus argumentos”.
Una de las claves que le hicieron dar el paso definitivo se la dijo el que entonces era capellán de la universidad, Robert Haddad. “Nunca vas a obtener todas las respuestas a todas tus objeciones, y en algún momento, tienes que dar un salto de fe”, le comentó a Robert.
Esta frase le molestó porque era cierta y no le gustaba oírlo. Pero finalmente se convenció de lo que le dijeron y decidió ingresar en la Iglesia Católica en 2003 y fue confirmado por el que ahora es arzobispo de Sidney, entonces auxiliar, Anthony Fisher OP. Y curiosamente el capellán acabó siendo su padrino de confirmación.
Un amigo suyo le veía de dominico antes incluso de su conversión
A través de la capellanía de la universidad empezó a tener contacto con la orden dominica, gracias a un amigo suyo que percibía que sería fraile de esta orden antes incluso de que se convirtiese al catolicismo.
Varios religiosos dominicos le fueron guiando y le dieron un modelo de oración y también de devoción al estudio y a la predicación. Sin percatarse se estaba llenando del carisma fundado por Santo Domingo de Guzmán.
Se fue enamorando más y más de Dios y de las enseñanzas de la Iglesia hasta que tras un periodo de discernimiento fue aceptado en 2010 en la orden dominica.
"Me siento llamado a acercar a Dios a las personas"
"Conscientes de lo que Dios ha hecho con mi propia vida, me siento llamado a acercar a Dios a las personas, particularmente cuando se revela en los sacramentos, las Escrituras, la historia y la vida de la Iglesia", asegura fray Robert Krishna.
Este sábado fue ordenado sacerdote por Anthony Fisher OP, arzobispo de Sidney y también dominico, la misma persona que 14 años antes le dio la bienvenida a la Iglesia Católica, culminando un viaje que ha desembocado en esta vocación sacerdotal aunque la aventura todavía no ha acabado.