Michael Ward (www.michaelward.net), uno de los mayores expertos académicos en la obra de C.S.Lewis, el famoso autor de Crónicas de Narnia y Mero Cristianismo, fue durante 8 años sacerdote anglicano. Como capellán anglicano en Oxford tenía un encantador despacho en la universidad, lleno de historia. Estar en ese ambiente era el sueño de cualquier estudioso académico enamorado de los autores oxonienses.

Pero en el año 2012 Ward renunció a todo eso al hacerse católico. Han pasado cinco años y ahora, hace unas semanas, ha sido ordenado diácono de la Iglesia Católica para el ordinariato anglocatólico de Nuestra Señora de Walshingham (www.ordinariate.org.uk). Ha explicado con detalle a ReligionEnLibertad su itinerario espiritual.


  Ward, ya como diácono católico, en la parroquia de San Gregorio [Papa] y San Agustín [de Canterbury], donde se hizo católico; en el iconostasio hay imágenes de mártires ingleses


Michael nació y fue educado en una familia anglicana evangélica muy religiosa. “Mis padres nos educarona  mis dos hermanos y a mí para ir a la Iglesia, leer la Biblia, rezar… era parte esencial de mi vida familiar. Recuerdo que cuando tenía unos cinco años cerraba los ojos fuertes y rezaba algo así como ‘Señor Jesús, creo en ti, ven a mi vida’. Me habían enseñado que era algo que uno debe hacer y queda en mi memoria como un momento significativo”.

La familia iba a la iglesia cada domingo, a veces incluso dos veces. Había un buen servicio de atención a jóvenes en la parroquia, organizado por edades: exploradores, guías y oteadores, según la edad. “Estuve en los tres y los últimos fueron especialmente útiles para mí, bien dirigidos por un profesor de religión local”. También cantaba en el coro y allí aprendió a amar la tradición de himnos corales anglicanos. Sus padres reforzaban la eficacia cristiana de estas actividades.


A medida que Ward crecía, los libros de C.S. Lewis ganaban importancia en su visión de la fe. “Eran utilísimos, no solo al explicar la doctrina cristiana con claridad y convicción, en su obra de no ficción- sino al mostrar cómo la vida cristiana podía vivirse en la práctica, en su ficción”. Ahora que es católico sigue leyéndolo y releyéndolo “con grandes beneficios para el intelecto y la imaginación”. 

A quien quiera entender mejor la fe le recomienda Mero Cristianismo. A quien quiera explorar la fe como una aventura dramatizada, le anima a empezar por Las Crónicas de Narnia o El Gran Divorcio.  “Nadie combina realmente hoy la habilidad de Lewis como autor creativo y apologeta de no ficción”, afirma. Pero si se le pregunta por autores modernos que hayan heredado algunas de esas habilidades recomienda a Alister McGrath y Tom Wright, ambos de ambiente anglicano.

“Creo que Lewis y Tolkien serán apreciados por las Crónicas de Narnia y El Señor de los Anillos tanto en la cultura cristiana como secular durante mucho tiempo en el futuro: son accesibles a cualquiera independientemente de su fe. Son, simplemente, grandes obras literarias, clásicos en su género”, explica.


  Michael Ward, con C.S.Lewis de trasfondo 


En el año 2004 Ward fue ordenado como sacerdote anglicano. “Sentí que Dios me llamaba en esa dirección y otras personas me animaban y confirmaban en ello. Fui ministro anglicano 8 años. Aprendí muchas cosas. En lo positivo, por ejemplo, cómo predicar. En lo negativo, aprendí lo muy amorfo que es el anglicanismo”.

Su camino hacia el catolicismo duró más de 20 años. “Veo el cambio no como un rechazo de mi pasado anglicano o evangélico, sino como un continuar, un completar lo mejor de esa experiencia”, explica.


  Michael Ward en 2008 firmando su libro Planet Narnia, sobre la tradición medieval astronómica y los dioses clásicos y su simbología en la obra de Lewis


Ward, que es profesor y un gran docente, quiere explicar su itinerario con cierto detalle doctrinal. Señala 7 causas teológicas:

1. ¿Quién y cómo tiene autoridad para interpretar la Biblia?
2. ¿Cómo defender la ética sexual bíblica, cristiana, con sentido?
3. Pedro: el papel del Papa en la Biblia y la Tradición
4. María: ella es el arquetipo de discípulo
5. La Eucaristía: experiencias poderosas ante el Santísimo
6. La historia (poco edificante) del anglicanismo: contraste con los mártires
7. La misa diaria: media hora que te pone a rezar
Las explicamos con más detalle.
Citar un versículo como autoridad no basta: ¡también el demonio lo hace para engañar! Se necesita leer la Biblia en una comunidad con autoridad para interpretar, la Escritura necesita una Tradición, ambas se coordinan en su autoridad. A entender esto le ayudó el libro: “¿Con qué autoridad? Un evangélico descubre la tradición católica”, de Mark Shea.
 
Preparando un texto sobre ética sexual, aún estudiando para ser clérigo anglicano, Ward encontró la Humanae Vitae de Pablo VI y otras encíclicas papales sobre el tema. “Tenían mucho sentido, como ninguna otra enseñanza de ética sexual que conociera entonces, ni ahora”. Vio que cuando los anglicanos aceptaron la anticoncepción en su Sínodo de 1930 empezó “la confusión contemporánea protestante en la ética sexual”. “De ese pequeño cambio llegaron todos los demás con férrea inevitabilidad, va todo junto”. Hoy cree que es clave la firmeza de la enseñanza católica, que se puede vivir con ayuda de los sacramentos, especialmente la reconciliación.


   Michael Ward en Asís (Italia), leyendo la vida de San Francisco que escribió San Buenaventura
Releyendo una y otra vez la Biblia, vio que Cristo encargó a Pedro “un oficio muy especial”, cuando le entregó “las llaves” y le dijo “sobre esta roca construiré mi iglesia”. Este oficio petrino, como el oficio de los otros apóstoles, se mantiene siempre, no caduca, porque Cristo dijo estar con ellos “hasta el fin de los tiempos”. En la Carta de Clemente a los Corintios (probablemente del año cien o poco antes) ya se habla de cómo los apóstoles designaban sucesores. Aunque haya habido papas poco virtuosos, la doctrina de fe y moral se ha transmitido con fidelidad hasta hoy. Aunque la persona que ocupa el oficio sea mala o ineficaz, el oficio mantiene su autoridad y función.
 
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Ward fue dándose cuenta de que la devoción a María había sido como un “punto ciego” para él. Escribiendo un libro sobre herejías (“Heresies and how to avoid them”) se dio cuenta de que él, como anglicano, tenía tendencias cercanas al hereje Nestorio, quien había pedido llamar a María solo “madre de Cristo” pero no “madre de Dios”, al dividir la naturaleza humana y la divina de Jesús. “Al hacerme católico he descubierto que las devociones marianas han enraizado y enriquecido mi vida espiritual. Ella es el arquetipo de discípulo, en ella ha elegido morar de Dios”.También cree que la devoción mariana en la Iglesia protege contra el terremoto ético moderno y su deriva caótica en la ética sexual.
 
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“Mi cuerpo es verdadera comida, mi sangre es bebida de verdad”, decía Cristo. Ward experimentó que durante el año que acudía a la misa católica siendo aún anglicano, sin poder comulgar, tuvo “dos o tres poderosas experiencias de la santidad del Bendito Sacramento. Solo con estar en su presencia tenía estas extraordinarias sensaciones”.
 
Erasto, protestante del siglo XVI seguidor de Zuinglio y opuesto a Calvino, predicaba que el Estado es superior a la Iglesia, que tiene potestad sobre ella también en lo religioso. Y eso es lo que hizo Enrique VIII cuando “nacionalizó” la Iglesia en Inglaterra.
 
“Empecé a ver que los últimos 500 años de historia inglesa los han escrito sobre todo los vencedores, en una ‘farsa trágica’ –como llama Lewis a la Reforma- y que necesitaba reeducarme y considerar el punto de vista de los perdedores, en el equivalente inglés a las catacumbas, es decir, los recusantes”, explica, refiriéndose a los católicos ingleses que vivían más o menos clandestinamente y pagando multas bajo gobierno protestante y también a sus mártires. A Ward le ayudó una antología de textos de la tradición católica inglesa (que reseñó aquí en inglés).
 
Ya como anglicano adoptó la asistencia diaria a misa católica y le ayudó en su vida de oración. “Es difícil rezar uno solo… al menos lo es para mí, pero si dedicas media hora diaria a ir a una asamblea pública que consiste en rezar, bueno, pues rezas. La misa en sí ya es oración, no es solo un tiempo para orar”.

Cuando el día de San Miguel de 2012 Michael Ward fue recibido en la iglesia católica en el templo de San Gregorio y San Agustín de Oxford, sintió que era un guiño a los orígenes del cristianismo anglo: el Papa Gregorio el Grande que envió a San Agustín de Canterbury a Britania a evangelizar a los anglos. Su madre había muerto el año antes. "Mi padre lo apoya, creo que está contento de ver que continúo creciendo en la fe cristiana, aunque haya aspectos que no comparta".


  Ward con un amigo, unas cervezas y un icono de San Dunstan en The Eagle and Child, la taberna de Oxford que frecuentaban Tolkien, Lewis y sus amigos de los Inklings


Cuando era anglicano, Michael Ward creía que la “unidad de los cristianos” que Jesús pedía (“que sean uno”, pedía Cristo a Dios Padre) era “una cosa puramente espiritual, invisible e intangible”.

Hoy ve que no es así. Es verdad, dice, que hay cierta unidad entre cristianos de distintas iglesias por el bautismo (“algo que es importante enfatizar”) y también con gente buena que quizá no es cristiana, para temas éticamente correctos, por ejemplo.


  Michael Ward con jóvenes estudiantes provida de la Universidad de Oxford 

Pero Michael señala que esa unidad que Cristo decía debe ser visible, y es visible en el Papa, que es Pedro, la Roca sobre la que Cristo edificó, el Portador de las Llaves. Además, hay unidad visible cuando se toma la misma comunión (“aunque somos muchos, somos un cuerpo, porque tomamos el mismo pan” 1 Cor 10,17). En la visión de Jesús, dice Ward, “la unidad tiene una cara y una comida, tiene impacto en el tiempo y el espacio y no es solo algo ‘en el aire’ o en el corazón’”, insiste.


  Michael Ward tras su ordenación como diácono en 
la iglesia de Saint James (Santiago el Mayor) en Londres 



Preguntado por el clero femenino y CS Lewis, Ward señala que el famoso escritor ya en 1948 escribió sobre ello en su artículo ¿Sacerdotisas en la Iglesia?. Se oponía por varias razones, aunque Ward recomienda sobre el tema un análisis católico ampliado, escrito por Jason Evert (aquí en inglés).

“Lewis tenía razón cuando decía que introducir el sacerdocio femenino en el anglicanismo sería automutilarse del pasado cristiano y ampliar las divisiones con otras iglesias, y que la Iglesia de Inglaterra quedaría reducida a jirones por la operación”, señala Ward.

En Inglaterra, los anglicanos tienen sacerdotisas desde 1994, en 2010 ya ordenaron más mujeres que hombres y en 2014 su primera obispesa: nada de eso ha atraído fieles a una denominación de capa caída, con apenas 800.000 fieles en sus iglesias los domingos (3 millones en Navidad).


Michael Ward es ahora diácono del ordinariato anglocatólico inglés, que mantiene elementos de la liturgia y tradición anglicana pero en unión a la Iglesia Católica. Sirve a los anglocatólicos de Holy Rood, en Oxford, y también en la parroquia de North Hinksey.

Fue ordenado el 17 de junio de 2017 en una de los templos más hispánicos de Londres: Saint James (www.sjrcc.org.uk), en Spanish Place (ligada culturalmente, aún hoy, a la embajada española).  De los diez hombres ordenados como diáconos ese día, 8 habían sido en el pasado sacerdotes anglicanos en Inglaterra o Escocia. 


 De estos diez hombres que se estiran en el suelo para
ser ordenados diáconos católicos, 8 han sido antes 
sacerdotes anglicanos


Como académico es investigador en Blackfriars Hall en la Universidad de Oxford y también da clases de apologética en la Universidad Baptista de Houston, en Texas. Sus libros principales sobre Lewis son The Cambridge Companion to CS Lewis y Planet Narnia: The Seven Heavens in the Imagination of CS Lewis (que compara la astronomía medieval y su relación poética con los dioses clásicos con los libros de Lewis, gran conocedor de esos temas).

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