La familia Martin fue espiritualmente privilegiada por Dios, y cada uno de sus miembros respondió a ese don con una entrega absoluta a Él. Es el caso, sobre todo, de Santa Teresita del Niño Jesús (1873-1897), declarada doctora de la Iglesia en 1997. Pero también de sus padres, Louis Martin y Zélie Guérin, canonizados en 2015. Y de sus cuatro hermanas, todas ellas religiosas, tres de ellas carmelitas (Céline, Marie, Pauline) y una visitandina (Léonie), la llamada "hermana difícil" de Santa Teresita de Lisieux cuyo proceso de beatificación se abrió en 2015 [y se concluyó a nivel diocesano en 2020].

Elise Ehrhard, madre de cinco hijos en homeschooling y colaboradora de diarios como The Chicago Tribune o The Washington Times y de medios conservadores como First Things, le consagró un artículo en Crisis Magazine:

La Martin innombrable

Como muchos, vi por primera vez a Santa Teresa de Lisieux en una estampita con una oración. Era una niña y me sentí fascinada por una santa que no era mucho mayor que yo. Leí sus palabras sobre su deseo de que llovieran rosas del cielo y conservé la estampita sujeta en el espejo de mi escritorio; le echaba un vistazo de vez en cuando.


Santa Teresita prometió que después de muerta haría caer desde el cielo 'una lluvia de rosas': son los beneficios recibidos por quienes la invocan.

Cuando fui algo mayor leí con entusiasmo Historia de un alma para saber más sobre esa santa de dulce rostro de mi estampa.
 
Tengo que confesar que el libro no me gustó tanto como esperaba. Tal vez, con la edad, era más insensible; la cuestión es que, a pesar de su perenne sabiduría, su modo de escribir me resultó, más que dulce, empalagoso.

Muy poco citada 

En un determinado momento hay, en el libro, una nota discordante: Teresa rechaza el deseo de su hermana Léonie de estar a su lado cuando está enferma. Sólo quiere a su hermana mayor, Marie. Teresa admite: "Léonie es tan amable conmigo, hace cuanto está en su mano para que me distraiga. A veces hiero sus sentimientos. Dice que para mí nadie puede reemplazar a Marie".
 
Es uno de los escasos momentos en lo que Léonie aparece en el libro. Ella es, de muchas maneras, la hermana perdida, raramente mencionada y sólo en el contexto de la preocupación que sentía la familia Martin por ella. Su ausencia me fascinó, como también me fascinaron la dulzura y la lucha que pude entrever en su personalidad cada vez que aparecía. Sentí la necesidad de saber más sobre ella.

La dureza de la incomprensión 

Cuanto más sabía de ella, más la amaba. Su infancia fue difícil desde el principio. A diferencia de sus hermanas, era físicamente poco atractiva y sufría de retraso en el desarrollo. "La pobre niña me preocupa; tiene una naturaleza muy indisciplinada y mentalmente está retrasada", escribió su madre. Un eczema irritante le cubrió la piel durante toda su vida. En un determinado momento, la señora Martin escribió en su diario que la niña "era el mayor sufrimiento de su vida".
 

Leonia, en su juventud.

Léonie era socialmente difícil. Cuando intentaba jugar con otros niños, su juego era a menudo perturbador y fuera de lugar. En clase era incontrolable y tuvo que ser educada en casa. Estaba unida a su hermana pequeña, con la que compartía la habitación, pero la niña falleció a los cinco años (Léonie tenía seis en ese momento). Viendo lo diferente que era de sus hermanas, Léonie una vez expresó su temor de que la hubieran cambiado al nacer.
 
Más tarde, Leonie sufrió un trauma terrible del que la familia no se enteró durante muchos meses. Durante la lucha de su madre con el cáncer de mama, la familia dejó a Leonie a los cuidados de una criada. Descubrieron que la criada había maltratado brutalmente a la niña. Años más tarde, ya  mayor, la criada buscó y obtuvo el perdón de Léonie. 

¿Autismo?

La familia luchó con sus retrasos, sus estallidos repentinos y su comportamiento inusual, comportamiento que hoy seguramente sería diagnosticado como autismo. Decidieron que Léonie pasara tiempo con la hermana de su madre en el convento de las visitandinas.
 
El tiempo que pasó allí fue un regalo para Léonie. La tía escribió a su hermana: "Como sabes, la pobre niña está llena de defectos… [Al principio] la regañaba cuando hacia algo mal… La estaba convirtiendo en una niña infeliz… Quería ser la Providencia de Dios para ella, por lo que dejé de regañarla y empecé a ser amable con ella, diciéndole que sabía que ella quería ser buena… y que tenía fe en ella. Esto ha tenido un efecto mágico, no sólo temporal, sino perdurable. Ahora es una niña encantadora y obediente".

Léonie Martin, antes de entrar en religión.


La tía de Leonie se dio cuenta de que el castigo nunca funcionaría con una niña como ella. Se percató que intentar entenderla y trabajar con ella tal como era llevaría a mejores resultados. El tiempo que pasó con su tía dejó una impresión duradera en esta torpe Martin. Ya adulta, Léonie decidió entrar en el convento de las visitandinas, mientras que sus hermanas entraban todas en las carmelitas

La vocación religosa

Cuando tenía trece años, Léonie escribió a su moribunda tía en el convento: "Querida tía, cuando llegues al cielo pídele a Dios, por favor, que me haga el favor de convertirme y que me dé la vocación para ser una verdadera religiosa, porque pienso en ello cada día".
 

Sor Francisca María, en el siglo Leonia Martin.

Las dificultades de Léonie no se terminaron con su entrada en las visitandinas. Fracasó en sus primeros tres intentos de ser religiosa. A menudo se le pedía que abandonara debido a su frágil salud. Sin embargo,no des perseveró y no desesperó. A pesar de los retos, no desperdició su edad adulta dejando crecer dentro de ella el resentimiento o el victimismo. Transformó su sufrimiento en santidad. 

La innombrable

Sin embargo, cuando la Historia de un alma hizo famosa a la familia Martin en todo el mundo, el nombre de Léonie desapareció. Cuando el obispo de la diócesis de Léonie celebró la vida de Santa Teresa en su homilía, mencionó a todas las hermanas de Teresa menos a una: Léonie. Durante décadas Léonie fue rutinariamente descartada como la hermana "difícil".


Las hermanas de Santa Teresita, reunidas en 1915 para testificar en el proceso de beatificación de su hermana: de izquierda a derecha y de arriba a abajo, Céline, Marine, Paulina y Léonie.

El único libro escrito sobre ella en inglés: Leonie: A Difficult Life [hay edición española: Leonia Martin: una vida difícil], si bien está escrito con admiración, tiende aún a seguir la narrativa de Léonie como una niña difícil que, finalmente, aprendió a ser buena. Con lo que sabemos ahora en el campo de la neurobiología, lo más seguro es que fuera una niña distinta que aprendió lentamente a adaptarse a un mundo difícil

El entusiasmo de quienes la van descubriendo

Ese mundo está descubriendo cada vez más la santidad de Léonie. Aunque su nombre era desconocido a principios del siglo XX, mientras que la fama de Teresa aumentaba, la devoción a Léonie aumentó a finales del siglo XX y a principios del siglo XXI. En 1960, el convento de visitandinas donde vivió hasta que fue mayor recibió la primera carta pidiendo su intercesión.

En español se han publicado recientemente dos biografías de la hermana de Santa Teresita: 'Leonia Martin. Una vida difícil' (San Pablo, 2022) de Marie Beaudouin-Croix, y 'Leonia Martin. La biografía' (Monte Carmelo, 2024) de Madeleine de Gourcuff.

Estas peticiones han crecido exponencialmente en las décadas siguientes. Padres que luchan para educar a sus hijos, o jóvenes que luchan para encontrar su camino en el mundo, suelen aparecer en el convento año tras año para visitar su tumba.
 
Su vida ha inspirado una nueva orden laica, la Liga Léonie para el Desarrollo de las Personas Autistas [Léonie League for the Advancement of Autistic Persons], "abierta tanto a vocaciones neurotípicas como autistas". La Liga espera establecer en un futuro una orden de religiosas (y, en la medida de lo posible, de religiosos).
 
Léonie se reiría de la atención. Una vez, cuando un sacerdote llamó a la puerta de su convento y preguntó si podía ver a la hermana Martin que vivía allí, bromeó: "Pero, padre, puedo asegurarle que no perderá nada si no la ve; la molestia no vale la pena".
 
Su causa de beatificación está yendo adelante, incluso podría plantearse la canonización.
 
¿Cómo ha sucedido esto? ¿Cómo es que el mundo católico ha reconocido, por fin, a esta hermana olvidada? ¿Es porque hay una necesidad cada vez mayor de reconocer las necesidades especiales, o simplemente porque el aumento de la fragmentación social ha llevado a muchos a sentirse unidos con ella mientras intentan encontrar su lugar en el mundo?
 
¿Quién sabe? Todo lo que saben los fans de Léonie es que están entusiasmados porque los fieles que descubren a la Martin desconocida son cada vez más.
 
Traducción de Helena Faccia Serrano.

Publicado en ReL el 15 de julio de 2017 y actualizado.