La hermana Celine Arikkat, de la congregación de las clarisas franciscanas (www.fccongregation.org), ha cuidado del sector de los bicitaxis durante los últimos 12 años en Noida, una ciudad satélite de Nueva Delhi.

Todo comenzó en 2005, cuando esta monja vio como un conductor de estos vehículos era apaleado delante de una multitud que no hacía nada por él. Su delito: cobrar el viaje.

Desde entonces, Arikkat ha dedicado su tiempo a ayudar a estas personas desfavorecidas y marginadas de la sociedad, que en muchas ocasiones se ven en la necesidad de delinquir. Ahora, 12 años después, los conductores de bicitaxi pueden vivir una vida digna gracias a su labor.



Trabajo duro y mal pagado
La hermana Arikkat se encontró con una situación insostenible. Un conductor de bicitaxi ganaba al día entre 150 o 350 rupias ($2.32 o $5.42) dependiendo de la temporada. Teniendo en cuenta que el alquiler del vehículo cuesta casi dos tercios de las ganancias diarias, los conductores deben trabajar desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche sin descanso para poder sacar algo de beneficio.

"Al final de la jornada nos duelen los músculos, y las rodillas nos arden", cuenta Juleh Lal Rajasthani, uno de los conductores, según infroma Global Sisters Report. Esto unido a la precaria situación económica de sus familias provoca que muchos se den a la bebida.

Por ello, Arikkat decidió comprar a estos conductores nuevos bicitaxis por los que pagarían una deuda justa con la que podrían ahorrar para el futuro. Las únicas condiciones: pagar mensualmente y llevar un mensaje en el bicitaxi: "God loves you" (Dios  te ama).



Un trato muy necesario, ya que conductores veteranos como Abdul Jabbar, musulmán, han conducido su bicitaxi desde hace 20 años pagando en ese tiempo un alquiler de varias veces el valor del vehículo.

Patrocinadores de bicitaxis
Arikkat comenzó por pedirle a un editor de libros que patrocinara un bicitaxi. La hermana convocó también una reunión con los conductores de la zona para dar a conocer esta iniciativa. "Al principio solo vinieron 18, porque tenían miedo de que fuera un truco para hacer proselitismo", cuenta la hermana. Los conductores son hindúes en su mayoría, aunque también hay algunos musulmanes.

En la siguiente reunión hubo 11 patrocinadores y una gran cantidad de conductores, que no solo han cambiado a mejor sus ingresos, sino también sus vidas.

Y es que la hermana ayuda económicamente y también socialmente. Los conductores llegan destrozados por vicios y deudas; en especial por la lacra del alcohol. Gracias a la hermana consiguen dejar estos vicios y ayudar a sus familias.


La hermana Akkirat en una de las reuniones que celebra periódicamente con los conductores de bicitaxis

La llaman "la leona"
La hermana se ha hecho famosa en todo Noida por su férrea defensa al sector de los bicitaxis. "En cuanto ven el mensaje 'God loves you' en la parte trasera, nadie nos molesta, ni siquiera la policía", dicen los conductores. 

Además, la hermana hace visitas sorpresa a los conductores entre reunión y reunión para comprobar como se desarrollan en el entorno familiar. Por eso los conductores la llaman "Sherni", que significa leona, ya que les defiende y a la vez les ayuda activamente.

La hermana Arikkat ha proporcionado 432 bicitaxis en total durante los 12 años que lleva trabajando con los conductores. Sin embargo, su actividad no termina ahí. La hermana es voluntaria del  Ministerio de prisiones de la India, un movimiento de la Iglesia que ayuda a los presos.

"Yo era conocida por mi valentía y rebeldía. Cuando decidí unirme al convento, mi padre dijo que sus paredes no podrían contenerme, así que me dejó 5 acres de sus tierras en herencia 'para cuando volviera a casa y me casase', y aquí sigo", bromea.