El párroco, Daniel Sevillano, ha acudido a los actos de duelo cívico que se han convocado en esta localidad madrileña. Tras guardar tres minutos de silencio en señal de duelo junto con cientos de vecinos, el párroco explicó a los medios este jueves por la tarde que conoció a Ignacio Echeverría "hace años" y era una "persona asidua a la misa de los domingos".
"Pertenecía a un grupo de Acción Católica de adultos donde se enseña a ser fermento en la masa" y donde "se ofrece testimonio cristiano" en el ámbito en que se esté, ha explicado el sacerdote.
Acción Católica (www.accioncatolicageneral.es), como movimiento de laicos comprometidos, se estableció en España en los años 20, dio muchos mártires durante las persecuciones de los años 30 y fue origen de muchas vocaciones de misioneros. Actualmente tiene presencia en casi todas las diócesis españolas, con sus ramas de niños, jóvenes y adultos.
San Miguel de Las Rozas, la parroquia de Ignacio Echeverría
El sacerdote Daniel Sevillano explicó que hace algunos meses que vio a Ignacio Echeverría por última vez, en Las Rozas, cuando le explicó que se iría a Londres a buscar trabajo en la banca. "Estaba contento e ilusionado", recuerda.
El sacerdote explica que era una "persona tímida profundamente cristiana" que "con la mirada te decía muchas cosas". Sobre liturgias funerarias u oraciones por el difunto ha explicado: "Estamos pendientes de lo que la familia nos pida".
En el diario El País, recogen más testimonios sobre la fe de Echeverría y su familia.
"Bueno es el adjetivo que más se repite. Un familiar que prefiere no decir su nombre insiste: "una persona de principios, es que era todo bondad. La persona más recta que yo he conocido".“Sensible, generoso y casi siempre sonriente”. Aclara un amigo que no está enumerando calificativos en memoria de Ignacio.
“Lo describo, es que era así. Un tío que quieres a tu lado”. Era católico practicante. Sus padres también son muy religiosos. Hablaba con tanta frecuencia como orgullo de su tío abuelo Antonio Hornedo, jesuita misionero en Perú. En concreto, en una región llamada Chachapoyas, que hacía reír a Ignacio cada vez que la pronunciaba. “Admiraba mucho a su tío”, recuerda su amigo Duarte".
Efectivamente, Antonio Hornedo, misionero jesuita, fue obispo de Chachapoyas, Perú, en la vertiente oriental de los Andes, de 1977 a 1991. Murió en 2006, con 90 años. Una placa lo recuerda en la localidad cántabra de Comillas. Su ejemplo misionero era importante para la familia.
Parte de su carrera bancaria la vivió en el Banco Popular. Sus compañeros le recuerdan leyendo el Financial Times cada mañana. “Era el único”, recuerda un amigo con una risa nostálgica, citado en El País.
Su trabajo consistía en adaptar directivas europeas bancarias contra la corrupción, el blanqueo y la financiación terrorista. Ignacio vigilaba y valoraba operaciones sospechosas de suponer financiación terrorista. Se pasaba las horas laborales entre papeles e investigaciones de movimientos de grandes cantidades de dinero provenientes de Yemen, Líbano, Irán o Arabia Saudí. Estaba familiarizado con las tramas y grupos terroristas y viajó varias veces a Argelia a negociar con otros bancos.
Del Popular pasó al Banco Árabe Español (actual Aresbank), donde desavenencias con los directivos le hicieron renunciar.
“Era un tío con las ideas muy claras, que no se callaba aunque tuviera delante un directivo con 40 años de carrera”, dice otro compañero y amigo, Paco Soler. Soler recuerda un día en el que discutió con un jefe para defender el trabajo que estaba haciendo. “Iba con sus ideas hasta el final. Por eso no me extraña lo que hizo”.
Sufrió la cola del paro hasta que, hace poco más de un año, se fue a Londres, donde ya estaban sus dos hermanas viviendo. Logró un puesto en el banco HSBC. Todos los días acudía a la City londinense a trabajar. Muchas tardes las dedicaba a patinar.
Más de un millar de personas ha asistido a la concentración convocada por el Ayuntamiento de Las Rozas en la tarde del jueves. Bajo una gran pancarta con el lema 'Ignacio gracias por tu ejemplo y solidaridad', se ha desarrollado el acto en el que han intervenido el alcalde, José de la Uz, y Guillermo, un amigo muy cercano a Echeverría. Además se han guardado 3 minutos de silencio que han finalizado con un aplauso de casi 5 minutos.
Amigos del fallecido han levantado monopatines para rendirle un homenaje mientras una decena de músicos interpretaba piezas de música clásica.
En su intervención, el alcalde, emocionado, definió a Ignacio como un "hombre bueno y valiente, ejemplo y orgullo para todos". "Que el comportamiento de nuestro vecino y héroe permanezca en nuestra memoria. Que Las Rozas no le olvide, y viva en el recuerdo de esta ciudad", ha afirmado.
Por su parte, el amigo de Echeverría, también emocionado, ha escrito una carta de despedida en la que ha dicho que él no sería la misma persona si no hubiera conocido a Ignacio. "Era una persona especial, una buena persona. Tenía un alma pura, era como un lago azul, no conocía la maldad ni la mentira, ni el cinismo, ni le hipocresía, ni la falsedad", ha resaltado.
Además, ha dicho que sus acciones le "brotaban del corazón". "Un corazón que no cabía en el pecho y que le dejó de latir esa fatídica noche. Ignacio murió derrochando amor.
Ignacio Echeverría usaba poco su cuenta de Facebook, y casi siempre para poner fotos o vídeos de skating y monopatín. La excepción fue un mensaje de denuncia en 2012 cuando la Unión Europea presionó a Eslovaquia para que retirara sus monedas de dos euros con la cruz eslava de su bandera y la imagen de San Cirilo y San Metodio (patronos de Europa y creadores del alfabeto cirílico).
En Londres, Enrique y Ana Echeverría, hermanos de Ignacio, dicen "algo muy triste y duro se está convirtiendo en algo más bonito y muy grandioso"