Tom Hiney es de origen inglés; fortaleció su fe en Sudáfrica, siendo un reconocido periodista, y, años después, fue capellán anglicano del Ejército. Hoy es católico y estudia en Roma para ser sacerdote. "Estoy a punto de empezar el curso en Beda, un seminario para vocaciones tardías", comenta en una entrevista de la web Catholic Register.

"En mi primer año de seminario, Roma estaba cerrada y no venían turistas. Tenía toda la ciudad para mí, deambulaba por las basílicas solo, rodeado de reliquias y del Santísimo Sacramento. Ya estaba enamorado del catolicismo, pero esa fue mi luna de miel", reconoce Hiney, quien se convirtió dos años antes de hacerse seminarista.

 El hermoso canto del Evangelio

"Estuve en el Ejército como capellán anglicano, y estaba muy bien pagado. Pensaba que me quedaría una buena pensión y necesité mucha fuerza para dejarlo todo", explica en la entrevista. 

Hiney renunció a todas esas ventajas, y fue recibido como seminarista católico en la catedral católica de Portsmouth, vacía por las restricciones de la pandemia.

 

Hiney renunció a un buen trabajo como capellán para entrar en la Iglesia.

"¡Había esperado muchos años para recibir los sacramentos y, ahora, debía descubrir que la misa y la confesión se habían vuelto ilegales por primera vez desde los vikingos!", señala el seminarista. 

"Me encontré encerrado con mi madre durante meses en el centro de Devon. Pero, mientras otros estaban en crisis, yo estaba en paz con mi decisión y canalicé los nervios terminando un libro que había tardado 20 años en escribir", comenta.

Un libro que cuenta historias de personas que se vuelven a Dios en momentos difíciles, con "corazones vacilantes", como el suyo.

"Regresé a la fe en Sudáfrica, donde viví nueve años. Me resultó difícil de ignorar el hermoso canto del Evangelio. También conocí a algunos cristianos auténticos, la mayoría de ellos asistían o dirigían pequeñas iglesias pentecostales y evangélicas en los pueblos. Su gracia, sabiduría y buen humor me convencieron de que lo que predicaban y cantaban podría ser cierto", apunta Hiney.

 El poder de aquellas palabras

Después de trabajar en Sudáfrica como periodista independiente, Hiney regresó a Inglaterra, donde comenzó a asistir a servicios anglicanos más tradicionales.

Allí iba a descubrir lo poderosas que eran las palabras durante la consagración. "Aquello me llevó a leer sobre la doctrina católica de la Presencia Real. Luego, en el seminario anglicano, comencé a pensar en la unidad de la Iglesia y fue esto lo que me llevó a pedir ser recibido en la Iglesia", asegura.

Ordenado ministro anglicano en 2011, Hiney sirvió como capellán en el Ejército británico durante cinco años. En 2020 ingresó en la Iglesia Católica. Sin embargo, su paso por el anglicanismo no supuso un shock para él. "El sacerdocio católico es una responsabilidad única, pero, con la ayuda de Dios, lo espero con ansias", comenta el seminarista, que espera ser ordenado en el verano de 2023.

A los 52 años Hiney está terminando sus estudios en el Pontificio Colegio Beda de Roma y cuenta los días para su ordenación. "Estar con nueve viejos gruñones puede ser algo poco placentero, pero también nos divertimos, y es una gran alegría poder leer a los Padres de la Iglesia y los documentos magisteriales. ¡Qué tesoros! … Estoy muy contento de haber mantenido mi determinación de dar este salto de fe", asegura.

Tom Hiney sirvió como capellán del Ejercito británico durante cinco años de su vida. 

Antes de convertirse en capellán anglicano, Hiney había sido un reconocido periodista. Sus artículos aparecían regularmente en The Sunday Times, The Observer o The SpectatorSu libro Raymond Chandler: A Biography  pasó a convertirse, en 1998, en un "Libro Notable del Año" para New York Times . Su siguiente trabajo se publicó en el 2000 y posteriormente fue convertido en una serie de la radio de la BBC.

"Cambié gracias a una visión cada vez más religiosa de la vida, que me hace ver una benevolencia que está jugando, incluso cuando no puedo verla. Confío en el autor de la vida, y estoy feliz de decir esto tanto en un pub como en una iglesia", concluye el futuro sacerdote.