Hace tiempo que Sudán del Sur y algunas zonas al este de República Democrática del Congo ocupan los listados de los países más inseguros del mundo. En Sudán aún se hace frente a las catastróficas consecuencias de la guerra civil (diciembre de 2013-febrero de 2020). Mientras, en la República Democrática del Congo, cerca de 120 grupos armados -como el M23 o los "Mai Mai"- se disputan el control de los principales yacimientos de coltán sin importar el número de vidas que esto conlleve.
Por eso, el viaje del Papa Francisco puede ser definido como uno de los más peligrosos de su pontificado. Tanto que, pese a su deseo de ir al este del Congo, su primer destino, la organización del viaje lo impidió y desaconsejó por completo.
Especial cuenta de ello ha dado el misionero español y sacerdote de los padres blancos Luis Arcos. Como ha contado a OMPress, ha pasado 52 años de misiones en el país.
En estas cinco décadas, Arcos ha sido consciente de algunos cambios, como el reciente protagonismo mediático del islamismo. "Se está hablando desde hace algunos años, pero antes no se hablaba", afirma.
Especial protagonismo en los conflictos de esta región tiene el coltán, "un mineral importantísimo para el desarrollo de los países", afirma Arcos: sin él, elementos de uso diario en Occidente como móviles, tablets o los gps sería una quimera. "Es una riqueza enorme de mineral, pero ¿quién se aprovecha? Sale de estraperlo", asegura.
El hambre o la inseguridad ciudadana son dos problemas derivados. Tanto que no se puede salir de las casas a partir de las 18:00 horas y viajar unos pocos kilómetros supone en muchos casos un riesgo para la propia vida. "Se están muriendo de hambre. Si no tienes dólares, no te curan", añade el misionero.
Muchos acuden como desplazados a Goma, que según Arcos ha visto crecer su población de los 300.000 habitantes al millón y medio de personas en tres décadas. "Vienen del interior porque se encuentran más seguros, pero los matan también allí", explica. Por si fuera poco, en esta ciudad hay un gran volcán, el Nyiragongo, que deja periódicamente decenas de muertos, miles de desplazados y en no pocas ocasiones ha amenazado con destruirla. Una de sus últimas erupciones, hace dos años, arrasó 3.000 hogares.
"¿Quién se preocupa en España de hablar de ello? No interesa. Lo que interesa es sacar el coltán", denuncia.
Una situación "insoportable"
Arcos se refiere a los ataques y asesinados católicos en el Congo, como el caso de "los seis Padres Blancos" en los 60, para explicar la inseguridad y la violencia que ha marcado la historia del país. Y ahora, dice, "la situación está peor".
"¿Por qué no va el Papa al este?", se pregunta el misionero después de que se cancelase la visita a la ciudad de Goma antes de posponer su viaje. "Porque es una situación insoportable", responde.
Con todo, confía que el viaje del Papa que comienza este martes contribuirá a "hacer unión, sobre todo éntrelos católicos". Tampoco esconde su admiración por el "coraje" del Papa al hacer el viaje "en esta situación".
En cinco décadas, el padre Luis Arcos ha estado en cuatro diócesis diferentes del Congo, y si bien está convencido de que la inseguridad ha evolucionado a peor, también observa una Iglesia -la más numerosa del continente- fuerte en sus obispos y misioneros de origen africano.
"Todos los obispos son congoleños, no hay ninguno blanco. Hasta de los misioneros de África hay cada vez menos europeos. Van viniendo más misioneros africanos para continuar la vida de la misión", asegura. A ellos se unen los 58 misioneros españoles que siguen en el país.
La Iglesia del Congo y Sudán del Sur, en cifras
Las cifras de la Iglesia en ambos destinos -te hemos hablado de ello en ReL- son, en muchos sentidos, contrapuestas:
En la República Democrática del Congo viven 105 millones de habitantes según las estadísticas difundidas por la Santa Sede (otras fuentes lo reducen a 95, pero probablemente la cifra más alta es la correcta), de los que más o menos la mitad serían católicos (unos 52 millones), y un 40% serían cristianos protestantes de distintas denominaciones. El resto practican religiones tradicionales o nuevos cultos africanos, con entre un 2 y 4% de musulmanes.
En Sudán del Sur hay menos de 14 millones de habitantes, de los que también serían católicos aproximadamente la mitad (7,2 millones), según datos de la Santa Sede.
El Congo no sólo es más grande, sino que su iglesia está más desarrollada: cuenta con 1.600 parroquias, frente a las 120 de Sursudán. Hay que tener en cuenta que en África una "parroquia" puede incluir 30 pueblos dispersos por el territorio de toda una comarca.
En Congo hay otro 8.700 centros pastorales (capillas, santuarios, etc...), mientras que en Sudán del Sur hay menos de 800.
En R.D.Congo hay 62 obispos, 4.200 sacerdotes diocesanos, casi 2.000 sacerdotes religiosos y 10.500 religiosas. Es una iglesia tremendamente viva.
En Sudán del Sur, en cambio, hay 10 obispos, unos 300 sacerdotes entre religiosos y diocesanos y unas 200 religiosas.
En ninguno de los dos países hay apenas diáconos permanentes, que se cuentan con los dedos.
La "ratio" de católicos por sacerdote es mucho peor en Sudán (casi 1.700 fieles por sacerdote) que en R.D. del Congo (600 fieles por sacerdote).
Congo tiene casi 8 seminaristas mayores por cada cien mil católicos, con más de 4.100 en sus seminarios. Sudán del Sur tiene 2,6 seminaristas cada cien mil católicos, menos de 200.
Como en toda África, buena parte de la evangelización depende de un ejército de catequistas ubicados en el más remoto lugar: son 76.800 en Congo y 3.700 en Sudán del Sur.