En la India, la población cristiana enfrente cada vez mayores dificultades para vivir y practicar su fe debido a los crecientes índices de persecución, impulsada en muchos casos desde el mismo Estado. Lejos de ser las únicas dificultades, los cristianos deben hacer frente a otras muchas como son las condiciones climáticas, las extensas distancias a recorrer para poder recibir los sacramentos o incluso la misma fauna.
Especialmente conocido en este sentido es el archipiélago de Andamán, en el Océano Índico. Allí, la isla de Sentinel del Norte se encuentra clausurada y poblada por los sentineles, una tribu de cazadores recolectores llegada hace unos 60.000 años, sin contacto alguno con la civilización y que ha protagonizado varios incidentes y masacres de quienes han intentado cruzar sus fronteras, como el misionero evangélico John Chau. Y esta es solo una de muchas tribus locales.
También en Andamán se encuentran otros territorios inhóspitos, donde focos plagados de serpientes como la Naja sagittifera o cobra de Andamán, muy venenosa, dificultan la misión.
Un contexto especialmente hostil que ha estado evangelizando recientemente el diácono Santosh Kumar, en la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Kalapahad, Andamán). Para llegar a ella, los fieles acostumbran a caminar kilómetros a pie a través de peligrosos bosques plagados de serpientes y otra fauna para poder ir a misa cada domingo.
Los fieles no son los únicos que caminan extensos trayectos. También lo hacen Kumar y su párroco para evangelizar y llevar a término las visitas pastorales.
Pese a la dificultad, las capillas nunca están vacías
El diácono relató a Ayuda a la Iglesia Necesitada que "es una lucha llegar a las zonas remotas y tener que abrirse camino a través de los bosques. Pero pensamos en la gente que vive en esos lugares y viene a misa, y eso nos da fuerza para seguir adelante", subraya.
El diácono se sorprende de que, pese a las circunstancias, cuando acuden a las capillas desperdigadas "nunca están vacías": los fieles, dice, "tienen sed de la Eucaristía y la oración".
Los senderos son tan impracticables que en muchos casos, su firme voluntad de llegar a pie no es suficiente.
"La motocicleta es muy útil. Si no la tuviéramos, no podríamos cumplir nuestra misión visitando pueblos a 10, 20 o incluso 30 kilómetros de aquí", afirma el diácono en referencia al transporte proporcionado por Ayuda a la Iglesia Necesitada. A veces, incluso después de recorrer largas distancias por carretera, todavía necesitan caminar por la selva para llegar a su destino.
"Aquí no hay electricidad, ni Internet y hay escasez de agua, pero nos las arreglamos para salir adelante", agrega el diácono.
Kumar, que será ordenado el próximo 12 de mayo por el obispo Visuvasam Selvaraj, fue el primer seminarista de la diócesis de Port Blair, que abarca toda Nicobar y las islas Andamán de la India, incluidas las remotas regiones selváticas.
Su camino hacia el sacerdocio comenzó después de rezar perseverantemente por la recuperación de su padre, enfermo.
"Nunca pensé en ser sacerdote, pero luego mi padre tuvo cáncer. Recé a Dios y eso empezó a cambiar mi vida", admitió. Después de la recuperación de su padre, se sintió atraído por la evangelización.
"En mi diócesis los sacerdotes son pocos, pero al ver al sacerdote trabajando para la gente, vi su sed de Cristo y su necesidad de la Misa y otros sacramentos. Gracias a Ayuda a la Iglesia Necesitada y a todos sus benefactores por el apoyo que me han brindado en mi camino hacia el sacerdocio", concluyó.