Ahora con 67 años, tras vender la friolera de 120 millones de discos por todo el mundo y de acaparar un total de diez discos números uno; registro solo superado por The Beatles y Jay-Z, ha decidido explicar a sus incondicionales de dónde viene su música.
"Born to run" es el título de la biografía que ha publicado en España Literatura Ramdom House.
"Escribir sobre uno mismo es algo muy curioso. (...) Pero en un proyecto como este el escritor hace una promesa: mostrarle su mente al lector. Y eso es lo que he intentado hacer en estas páginas".
“Toda mi vida ha sido una larga conversación con la audiencia, y por el momento no tengo la inclinación de ponerle fin –afirma Bruce Springsteen–. Una charla un poco abstracta si se quiere, que me ha ayudado a entender cómo mi música toca emocionalmente a los demás y me afecta a mí mismo, cómo inspira tristeza y alegría, la búsqueda de un mundo lleno de posibilidades. El libro es una continuación de ese proceso”.
Con la atalaya que suponen esos 67 años de vida, Bruce escribe con cierta nostalgía sobre infancia. Su familia, en especial su madre, el clan de los irlandeses en New Jersey, el colegio de las monjas dominicas de santa Rosa de Lima... “He vuelto a mis orígenes, al lugar donde crecí, tengo familia y conozco a los vecinos. He conocido el mundo, he viajado, he vivido en California y he regresado a New Jersey, donde están mis raíces”, señala The Boss (El jefe), el apodo con el que es conocido por sus fans, en la presentación de su libro en Londres y que recoge La Vanguardia.
Bruce también escribe sobre sus creencias, sin complejos, después de haberlo meditado durante más de 50 años, y lo plasma en su libro a modo de reconciliación con la Iglesia: "No soy un practicante asiduo de mi religión, pero sé que en algún lugar muy adentro... sigo formando parte del equipo".
Posiblemente a Bruce le pasó como a tantos niños de la época. Después de vivir una formación religiosa con una carga excesiva de moralismo, unido a una escasa experiencia espiritual, decidió, llegado a la adolescencia, romper con la Iglesia y decir: "Nunca más"...
"Con los años, como alumno de Santa Rosa, llegué a sentir la fatiga emocional y corporal del catolicismo -escribe Springsteen-. El día de mi graduación del octavo curso, salí de todo aquello, harto, diciéndome a mí mismo `Nunca más´. Era libre, por fin libre... Y me lo creí... durante bastante tiempo. Sin embargo, conforme me hacía mayor, fui detectando ciertas cosas en mi forma de pensar, reaccionar y comportarme. Y llegué a entender, con perplejidad y tristeza, que un católico lo es para siempre. Y dejé de engañarme. No soy un practicante asiduo de mi religión, pero sé que en algún lugar muy adentro... sigo formando parte del equipo".
En "Born to run" Springsteen desnuda su alma para mostrar sus secretos más íntimos y desvelar que "tengo una relación `personal´ con Jesucristo (...) creo profundamente en su amor y en su capacidad de salvarnos".
No es de extrañar que muchas de sus letras que hablan de la redención, condena, paraíso, pecado o salvación, sean una expresión de sus propias vivencias y, como dice Bruce: “Mi lenguaje procede de la Biblia”.
"Ese era el mundo en el que encontré los orígenes de mi canción. En el catolicismo existían la poesía, el peligro y la oscuridad que reflejaban mi imaginación y mi yo interior. Descubrí una tierra de gran y escabrosa belleza, historias fantásticas, castigos inimaginables y recompensa infinita. Era un lugar glorioso y patético en el que encajas o te hacen encajar. Ha estado junto a mí como un sueño en vigilia durante toda mi vida. Y ya de joven adulto, traté de darle sentido. Intenté enfrentarme al desafío por la misma razón de que hay almas que se pierden y un reino de amor que conquistar. Expuse lo que había absorbido a través de las duras y desgraciadas vidas de mi familia, mis amigos y vecinos. Lo transformé en algo a lo que pudiese aferrarme, comprender, algo en lo que incluso pudiese tener fe. Por divertido que pueda parecer, tengo una relación `personal´ con Jesucristo (...) creo profundamente en su amor y en su capacidad de salvarnos".
En una de las páginas más bellas de la biografía, ese muchacho adolescente que soñaba que Mick Jagger se ponía enfermo, y le llamaban para ocupar su lugar en los Rolling, y lo hacía tan bien que le fichaban para reemplazarlo... escribe el momento en que se sintió reconciliado con su propio pasado, su familia, el colegio de Santa Rosa... asumiendo esa etapa con la oración del Padrenuestro y recibiendo así una bendición.
"Una vez más bajo la sombra del campanario, allí de pie sintiendo sobre mis espaldas el alma vieja de mi árbol, de mi pueblo, regresaron a mí unas palabras y una bendición. Las había caturreado sin pensar, una y otra vez, vestido con mi chaqueta verde, mi camisa color marfil y mi corbata verde de todos los discípulos reacios de Santa Rosa. Esa noche acudieron a mí y fluyeron de un modo distinto. Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre...".