Todos los martes desde hace muchos años -con un breve paréntesis en estas últimas semanas, próximo a cerrarse-, los lectores de ReL se encuentran puntualmente con un análisis de actualidad breve, conciso y directo que aporta la luz de la fe y la moral católicas sobre los acontecimientos de la actualidad.
Misión sacerdotal
Es la columna de Opinión de Pedro Trevijano (Logroño, 1938), sacerdote, quien ha sido galardonado con el Premio Religión en Libertad 2021 en la categoría Letras Breves, que le será entregado en la gala que se celebrará el próximo 25 de noviembre, a las 19.00 horas, en el auditorio de la Universidad CEU San Pablo de Madrid (Julián Romea, 23).
Es un reconocimiento a su fidelidad a los lectores y a esa perseverancia apostólica con la que se pone cada día ante el ordenador, y que él entiende como parte de sus deberes sacerdotales: "¿Para qué estamos los sacerdotes, si no estamos para eso? Además de decir misa y confesar, es nuestra misión evangelizar y orientar a los fieles", nos explica.
Trevijano suma créditos más que sobrados para esa labor iluminadora. Es doctor en Teología Moral por la Academia Pontificia Alfonsiana, título al que añade dos licenciaturas civiles (Derecho en Valladolid y Filosofía en Comillas) y dos eclesiásticas (Derecho Canónico y Teología, ambas en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma). Pasó nueve años en Roma completando todos esos estudios, lo que le hace también un buen conocedor del funcionamiento del Vaticano.
Ideología de género: una batalla necesaria
Es autor de Relativismo e ideología de género, un libro que resume su constante magisterio de años sobre la ideología de género. Él fue uno de los pioneros en darle la batalla, alertando de sus peligros cuando no era tan fácil verlos.
Presentación en 2015 de Relativismo e ideología de género, el libro de Pedro Trevijano que sintetiza años de divulgación sobre los riesgos de esa ideología, hoy ya palpables a todos los niveles y convertidos en realidades distópicas.
"Cuando leí el libro de Jesús Trillo-Figueroa La ideología de género, que fue una avanzada, me di cuenta de que todo aquello que ya estaba orientando la universidades iba a transformarse pronto en mucho 'tomate' en la vida diaria", explica cuando le preguntamos por qué se ha focalizado tanto en este tema.
No ha dudado en calificar como "diabólica" esa ideología: "Un sacerdote me preguntó una vez quién opinaba en la Iglesia lo mismo que yo. Le dije que tres personas: un tal Francisco, un tal Benedicto XVI y un tal Juan Pablo II. Los tres tienen textos en los que condenan la ideología de género".
Sentido común
Pero Trevijano está seguro de la derrota de ese enemigo. Incluso por razones aparentemente secundarias, como el deporte: "Es muy sencillo. El récord mundial de salto de altura femenino está en 2,09, el masculino en 2,45. Un hombre que salte 2,10, que no tendría nada que hacer en la competición masculina, puede ser medalla de oro en la femenina presentándose como mujer".
Y está sucediendo. En diversas especialidades femeninas ya están surgiendo protestas por la participación ventajosa de hombres transexuales.
"Pero no es solo el deporte", añade Treviijano: "Hace pocos años, al senador australiano Barry O'Sullivan, que hablaba contra el aborto, una adversaria le dijo que debía callarse para hablar del aborto siendo hombre. 'En este país puedo escoger mi sexo. Por tanto, decido ser mujer y así ya no podrás atacarme', le contestó".
"Es el sentido común el que acabará cargándose la ideología de género", sentencia.