La obra de la monja irlandesa Orla Treacy, de las hermanas de Loreto, que está desarrollando una importante labor misionera en una peligrosa zona de Sudán del Sur no ha pasado desapercibida para el gobierno de Estados Unidos.
Su lucha a favor de los más débiles en medio de una espiral de violencia y de una hambruna que hace estragos ha llevado al Departamento de Estado a conceder a esta religiosa el International Women of Courage Award (Premio Internacional a las Mujeres de Coraje), un galardón que reconoce a mujeres de todo el mundo que trabajan por la justicia y la paz en los lugares en los que estos valores son más necesarios.
Candidatura promocionada por la embajadora Gingrich
Son los propios embajadores de Estados Unidos por el mundo los que proponen sus candidatos y luego la Secretaría de Estado elige a las mujeres premiadas. Precisamente, la candidatura de la hermana Orla Treacy fue promovida para el galardón por Calista Gingrich, actual embajadora estadounidense ante la Santa Sede, y esposa de Newt Gingrich, una de las figuras republicanas más relevantes y que fue presidente de la Cámara de Representantes. Éste se convirtió al catolicismo en 2009 gracias a Calista, católica devota.
El premio a la religiosa fue entregado por la primera dama de EEUU, Melania Trump, y el secretario de Estado, Mike Pompeo
“Como embajadora de Estados Unidos ante la Santa Sede tuve el gran honor de nombrar a la hermana Orla para este premio otorgado a mujeres que muestran un valor y un heroísmo extraordinarios para defender la paz, la justicia y la dignidad humana, a menudo con un gran riesgo personal. La hermana Orla encarna estas cualidades y más. Su compromiso con la gente de Rumbek es una marca de su valor único, su fuerza interior y su gran dedicación a la justicia de las mujeres. Con cada contrato firmado, cada comida provista y cada diploma otorgado, la hermana Orla Treacy promueve el estatus de las mujeres y la causa de la paz en Sudán del Sur”, afirma Gingrich.
Una obra impresionante en Sudán del Sur
Orla Treacy nació en Irlanda en 1973. Educada en un colegio religioso pronto sintió la llamada a la vida religiosa ingresando finalmente en las Hermanas de Loreto. En 2006, junto con otras hermanas de su congregación comenzó una nueva misión en lo que hoy es Sudán del Sur, un país asediado por la guerra, los conflictos entre clanes, la inseguridad y el hambre.
Es lo que hoy son las Escuelas de Loreto en Rumbek, que a día de hoy es mucho más que un centro educativo. Es como dijo Mike Pompeo, secretario de Estado, “un faro de esperanza” en una zona marcada por la oscuridad.
En 2017 la hambruna se extendió por todo Sudán del Sur, incluida la ciudad de Rumbek. Más del 40% de la población sufría malnutrición, entre los que había un millón de niños. La hermana Treacy sabía que tenía que hacer algo y había que hacerlo con urgencia.
Medidas que salvaron a muchas personas
La directora de la misión creó una clínica médica en la propia escuela y empezó a servir comidas a sus estudiantes, empleados y a sus familias. Esta alimentación afectó directamente a las tasas de asistencia de la escuela, que mejoró en un 95%.
Además, las hermanas trabajaron con miembros de la comunidad que están dispuestos a arriesgar sus vidas para conseguir abastecimientos y transportar provisiones de alimentos a través de las áreas de conflicto en Sudán del Sur.
Todos estos esfuerzos, junto a un programa de nutrición para bebés desnutridos han mejorado drásticamente la salud de los niños no sólo de esta ciudad sino de toda la región gracias a las más de 700.000 comidas que estas religiosas han logrado dispensar en plena hambruna.
El otro gran pilar de la obra que encabeza esta religiosa irlandesa es la ayuda que sus escuelas y sus obras están proporcionando a las niñas y mujeres del país. Gracias a esta misión se están evitando matrimonios forzados y se fomenta la posibilidad de que se puedan formar, cosa que de otra manera parecería inviable.
“Dentro de la escuela las niñas viven en paz y armonía”, afirma esta monja, pese a que fuera sus tribus estén en conflicto permanente.
Contra los matrimonios forzados
En Sudán del Sur había y todavía persiste hoy una tasa de violencia contra las mujeres de las más altas del mundo. La violación y otras formas de violencia sexual están generalizadas y se cometen con impunidad. En muchos casos se ven forzadas a contraer matrimonios concertados y son sometidas a una servidumbre doméstica. Más de la mitad de las jóvenes están ya casadas cuando cumplen los 18 años. Este país tiene además una de las tasas de mortalidad materna más alta del mundo. Asimismo, el 76% de las niñas no recibe educación alguna.
Al llegar a Rumbek, esta religiosa se mostró decidida a cambiar el rumbo que propiciaba esta situación. Empezaron con un internado para niñas, y ahora hay también una escuela secundaria para niñas, una escuela primaria mixta y un centro de atención primaria.
Durante los últimos 13 años, la hermana Orla y sus compañeras han educado a numerosas niñas y jóvenes salvando a muchas de matrimonios forzados cuando apenas son todavía unas niñas.
Amenazada a punta de pistola en la escuela
Esta firmeza también le ha costado a la religiosa muchos problemas e incluso le ha podido costar la vida. Cuando una de sus estudiantes se vio obligada a contraer matrimonio forzada por su familia, la hermana Orla hizo todo lo posible para que no dejara al aula.
Poco después, un tío de esta niña se presentó en la escuela exigiendo a punta de pistola que dejara llevarse a la pequeña para entregarla en matrimonio. La religiosa galardonada se negó aún arriesgando la vida, y finalmente consiguió que esta menor no fuera entregada en matrimonio.
Desde aquel momento, las escuelas de la congregación establecieron el mandato de toda la comunidad de que los padres que deseen enviar a sus hijas a la escuela deben firmar un contrato con el compromiso de no obligarlas a contraer matrimonio mientras estén matriculadas en la escuela.
Este enfoque ha tenido un fuerte impacto en la región contra los matrimonios forzados Y ahora la iniciativa liderada por la religiosa irlandesa es apoyada por el Ministerio de Educación, asociaciones locales, jefes tribales, y los lideres de iglesias y otras comunidades.