La crisis económica debida al confinamiento por la pandemia ya está produciendo situaciones de emergencia social para las que Caritas se sitúa, como siempre, en primera línea de batalla como la institución que mayor confianza despierta en la sociedad española.
Javier García-Cabañas, secretario general de Cáritas Diocesana de Toledo, ofrece algunos detalles de cómo está siendo la respuesta de esta institución católica a la situación actual, y lo que prevé para los tiempos inmediatos.
-¿Cómo ha ido cambiando la atención y acogida de Cáritas desde antes de la pandemia hasta ahora?
-En Cáritas Diocesana de Toledo nos estamos adaptando continuamente a la crisis de la pandemia del virus. Incluso antes de que se declarara el estado de alarma nuestro mensaje siempre ha sido que no cerrábamos y que, cumpliendo con toda la normativa y requisitos de protección sanitaria que nos exigen las Administraciones, estaríamos siempre cerca de las personas más vulnerables. La Caridad no cierra es nuestro lema, y así se está visibilizando en nuestras redes sociales y medios de comunicación.
»Una de las medidas que se tomaron en primer lugar fue la suspensión de todas las actividades del voluntariado de las Cáritas Parroquiales y de los programas de Cáritas Diocesana de Toledo, asumiendo sus tareas los trabajadores y en muchos casos los propios sacerdotes.
»Se están haciendo entregas de alimentos y productos no perecederos de urgencia; y se mantienen abiertos los albergues de Toledo, Talavera de la Reina, Herrera del Duque y Sonseca y también Hogar 2000. En los programas de Cáritas Diocesana de Toledo los trabajadores siguen atendiendo por vía telemática a todas las personas acompañadas, y se hace un seguimiento continuo de su situación.
»Tenemos como criterios generales que debemos protegernos y tratar de evitar el contagio entre los participantes y la gran familia que forma Cáritas; también continuamos desarrollando la misión de Cáritas para servir y cuidar a las personas en situación de mayor vulnerabilidad. La acción voluntaria se ha reformulado, evitando también los desplazamientos. Son momentos de abrazar la Cruz, de ofrecer esperanza y de no abandonar a los más necesitados, que buscan de nuestra ayuda ahora más que nunca.
-¿Cómo se está realizando la coordinación con la Administración local, las instituciones civiles, militares, religiosas...?
-Todos estamos trabajando por encima de nuestras posibilidades en esta emergencia y nos estamos intentando coordinar para que la ayuda llegue a todos. Cada día surgen nuevas situaciones, nuevos retos que hay que hacer frente, y a veces es complicado tener una respuesta rápida a las necesidades urgentes porque son muchos los problemas.
-¿En qué está consistiendo la ayuda de Cáritas a nivel más concreto de la parroquia? ¿Se ha notado el descenso de voluntarios y ha afectado a ese servicio?
-Los voluntarios de Cáritas son muy comprometidos y viven para los más vulnerables. En muchos casos ha sido difícil y también doloroso decirles que no podían seguir con la actividad tal y como la estábamos desarrollando. Lo entendieron, y la pregunta ha sido: ¿Qué puedo hacer?
»Los voluntarios pueden desempeñar un papel muy importante para mantener el contacto por teléfono o grupos de WhatsApp, como un canal de escucha, apoyo e información. En particular, estamos pensando en las personas más vulnerables, a quienes conocemos su situación (enfermos, solitarios, ancianos, mujeres solteras con hijas o hijos, parejas con problemas de vida familiar ...). En caso de que necesiten algo, deben saber que estamos aquí para apoyarlos. Es extremadamente importante en este momento de dudas estemos cerca.
-Desde el punto de vista de Cáritas, ¿cuáles son las situaciones o problemas más urgentes en esta pandemia?
-Muchas familias han perdido el trabajo; otras hacían horas extras y ese complemento les ayudaba a llegar a fin de mes; otras no pueden ir a por la bolsa de alimentos porque no tienen con quien dejar a sus hijos; otras están solas o enfermas…
»El momento presente es especialmente delicado por lo que debemos apelar tanto a la generosidad como a la corresponsabilidad, sin abandonar a su suerte a las personas más vulnerables, pero entendiendo que nadie puede asumir riesgos pensando en que las posibles consecuencias solo le afectan a él sino al conjunto de la sociedad.
»Desde Cáritas se prevé que serán muchas las personas que van a ver agravada aún más su situación ya precarizada con este nuevo escenario de empobrecimiento al quedar todo paralizado. Esta realidad va a exigir de todas las personas a afrontar los retos, y, en especial, a comprender las posibilidades y los aprendizajes que toda crisis trae consigo.
»Por eso tenemos varias campañas para la recogida de fondos que nos permitan seguir dando alimentos y también dando ayudas económicas para hacer frente a tantos pagos que hay. Campañas como Emergencia Coronavirus, con tres cuentas habilitadas para hacer transferencias on line y también donativos on line por la web de Caritas Toledo; también Caixabank ha abierto un crowdfunding para ayudarnos en esta emergencia que estará abierto hasta mediados de abril.
»Gracias a Dios la generosidad de particulares, instituciones, asociaciones, hermandades, empresas, sacerdotes… es muy grande y estamos recibiendo donaciones, pero no podemos parar porque las necesidades cada día irán en aumento.
-Cuéntanos algún testimonio, iniciativa... y cómo veis la Providencia de Dios en gestos concretos.
-La verdad es que a pesar de toda la oscuridad que estamos viviendo, muerte, enfermedad, soledad, angustia, incomprensión, siempre hay una luz que brilla en esa oscuridad e ilumina y lo irradia todo. El primer testimonio que viene a mi corazón es el de la cantidad de amigos sanitarios, muchos de ellos voluntarios de Cáritas que están ahora realizando su misión de servir a Jesús que está moribundo o solo en la cama de un hospital; a Jesús que está en los familiares que sienten impotencia y tristeza por no poder estar con sus familiares enfermos y fallecidos.
»En segundo lugar, los sacerdotes. Está siendo algo impresionante. Recuerdo las palabras de Moisés “Voy a contemplar este espectáculo admirable”. Son los sacerdotes los que, escuchando el clamor de su pueblo, están realizando muchas acciones para ayudar a los que más sufren, para consolarles, para ayudarles en sus necesidades. El Proyecto Estoy Contigo de iniciativa diocesana e impulsado por el arzobispo Francisco Cerro es una muestra de ello. Un teléfono disponible las 24 horas del día para llevar el consuelo y la esperanza de Jesús a todo aquel que lo pida. Además son los sacerdotes los que están saliendo a las calles en nombre de los voluntarios de Cáritas a entregar comida en los domicilios de las familias más pobres.
»Y, por supuesto, me emocionan los gestos de tantos voluntarios de Cáritas parroquiales que diariamente llaman por teléfono a las personas que acompañaban. ¡Es que somos familia!
»Por último destaco el compromiso y el “trabajazo” de los profesionales de Cáritas en los centros de enfermos, personas sin Hogar, acogidas, en los distintos proyectos de acción social de mujer, infancia, familia, etc... están trabajando más que nunca para hacer a la Iglesia cercana a las necesidades de todos los que sufren. Son para mí un orgullo y un estímulo y doy gracias a Dios por ellos.