En una entrevista concedida al periódico de la arquidiócesis de Washington, Catholic Standard, Ledecky, que obtuvo la medalla áurea a los quince años de edad (fue la participante más joven de los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Londres) ha revelado que encomendarse a la Virgen María rezando el Ave María la tranquiliza antes de iniciar cada competición.
La joven nadadora, que obtuvo el primer lugar en los 800 metros libres femeninos en las olimpiadas londinenses (una obra maestra con la que cautivó al mundo), ostenta el récord mundial de los 400, 800 y 1.500 metros libres y el norteamericano de los 500, 1.000 y 1.500 metros libres. En los Juegos de Rio de Janeiro compite en los 200, 400 y 800 metros libres femeninos.
Katie Ledecky ante la prensa en la villa olímpica de Río de Janeiro.
“Rezo una o dos oraciones antes de cualquier carrera. El Ave María es una hermosa oración y descubro que me serena”, revela durante la entrevista.
Esta práctica religiosa no es nueva en la deportista. En 2013, después del campeonato mundial que se llevara a cabo en España, había dicho a la prensa que en la sala de preparación previa a la carrera, en la que se ve a muchos competidores ansiosos y nerviosos, ella había rezado “decenas del Rosario” para desconectar de las presiones, pero sobre todo “para pasar un tiempo conectada con Dios”.
“Estoy en un gran evento de natación con miles de personas observando, es importante para mí tomarme un tiempo para hacerme un espacio para Dios y pensar en Él. Él siempre estará en el centro de mi vida”, confesó entonces.
Katie con algunas de sus medallas en NBC News.
En la entrevista, la nadadora estadounidense pone en valor la formación católica que recibió en las dos escuelas en las que estudió: “Recibí una excelente educación en la fe en ambas escuelas. Tener la oportunidad de asistir a escuelas exigentes en lo académico ha facilitado mi interés por el mundo y por el servicio a los demás y ha enriquecido mi vida de tal modo que no está centrada exclusivamente en la natación o el atletismo”, apunta la gran figura de la natación femenina.
Sin embargo, ir a aquellas escuelas fue importante para mi desempeño en la natación; las escuelas católicas en las que estudié me ofrecieron un reto, ampliaron mi perspectiva y me permitieron usar mi mente de formas que me llevan más allá de sólo pensar en los entrenamientos, reuniones de natación y deportes”.
Asimismo, se refirió al apoyo y cuidado que ha recibido de los demás estudiantes, profesores, personal administrativo y entrenadores, algunos de los cuales incluso han viajado a Nebraska para alentarla durante sus entrenamientos de cara a las Olimpiadas.
“Siento que tengo gente muy especial en mi vida y, debido a ello, me siento muy afortunada”, comenta la nadadora.
Katie con unas niñas de su colegio, el Stone Ridge School of the Sacred Heart (Maryland).
Finalmente Ledecky profundiza en los beneficios que le trae su experiencia religiosa: “Mi fe católica es para mí muy importante. Ella siempre ha estado conmigo y siempre estará. Es parte de quien soy y me siento a gusto practicando mi fe. Me ayuda a poner las cosas en perspectiva”.