El testimonio de Aitor, junto con el de otras seis personas, forma parte del libro sobre el perdón preparado por las Dominicas de Lerma: Si no puedes perdonar, esto es para ti, una obra de la que en poco menos de un mes ya se han vendido 8000 ejemplares.
Aitor compartió también su experiencia vital el pasado sábado 7 de mayo en Asalto al Cielo, la vigilia de testimonio, adoración y alabanza que tiene lugar mensualmente en la parroquia de Colmenar del Arroyo (Madrid), perteneciente a la diócesis de Getafe, una iniciativa del párroco, Álvaro Cárdenas, en el marco del Año de la Gran Misión diocesana y del Año Jubilar de la Misericordia.
Aitor es el pequeño de seis hermanos en una familia trabajadora, de padre camionero y madre ama de casa. Aunque siempre se sintió querido por los suyos, siente que le faltó una mayor presencia de su padre y el ejercicio de su autoridad.
Desde muy pronto quiso destacar, distinguirse. A los 11 años comenzó a descubrir el mundo de la calle y de la noche: discotecas, alcohol, drogas... Se veía importante entre sus amigos, de mayor edad que él.
Con el paso de los años y apasionado por el fútbol, llega a convertirse en capo de un grupo ultra del Valencia, CF. Sus días pasan entre el trabajo semanal, los partidos del Valencia cada semana en España, los viajes internacionales para acompañarles, las fiestas continuas, el alcohol y las peleas.
El embarazo inesperado de su novia provoca un giro de 180° en su vida, porque en ese momento, según un proceso que explicó con detalle a los presentes en la vigilia, descubre que en todo lo que ha vivido hasta entonces ha sido víctima de una terrible "estafa". Incluida una estafa en sentido estricto.
Cuando su mundo se derrumbaba, Jesucristo salió a su encuentro a través del Camino Neocatecumenal. Por primera vez en su vida se sintió amado de verdad, pero aún tenía que cambiar su corazón. Envuelto en problemas económicos agobiantes y en una sucesión constante de idas y venidas a los tribunales, y ya con tres hijos, llegó a pensar en quitarse la vida. Sólo cuando perdonó y experimentó su perdón encontró la verdadera felicidad. Así lo explica él mismo: