La vida de un cristiano es una vida abierta a las novedades que Dios nos prepara. Un ejemplo de esto es José Mojica quien, después de alcanzar la fama como actor de Hollywood, se hizo fraile franciscano. Esta es su historia.
José Mojica nació el 14 de abril de 1896 en Jalisco, México. Al morir su padre, se mudó con su madre a Ciudad de México donde comenzó a estudiar agronomía, pero al poco tiempo abandonó dichos estudios. Es entonces que ingresa al Conservatorio Nacional de Música a estudiar canto para luego viajar a Nueva York donde tuvo que trabajar lavando platos algún tiempo hasta que fue aceptado en la compañía de ópera de esa ciudad.
Allí conoció a Enrico Caruso, considerado por muchos como el mejor tenor de todos los tiempos, quien entusiasmado por tu talento le ayudó a ingresar a la compañía de Ópera de Chicago. Desde entonces su carrera como tenor y actor solo conoce ascensos. Fue contratado para cantar en la película de Hollywood “One mad kiss” en 1930, y los años siguientes actuó en más de diez películas entre las que destaca “La cruz y la espada” en donde interpreta a un fraile franciscano.
El éxito artístico naturalmente vino acompañado del éxito económico. Esto le permitió comprar La Antigua Villa Santa Mónica, en San Miguel de Allende, Guanajuato, para regalársela a su madre.
Ya convertido en una figura del cine, vuelve a México en 1938 para continuar su carrera de actor. Sin embargo, Dios le tenía preparado un camino nuevo el cual cambiaría radicalmente su vida. La muerte de su madre en 1940 le afecta en gran medida y José Mojica busca refugio en Dios. En esta etapa de su vida sus apariciones en los escenarios eran cada vez menores y descubre que Dios lo llamaba a la vida religiosa.
Es así que José Mojica lo deja todo y en el año de 1942 ingresa al seminario Franciscano del Cuzco, en Perú, con el nombre de Fray José de Guadalupe Mojica y se ordena sacerdote en 1947 en la Iglesia San Francisco, en Lima, Perú.
Este es un video de la primera Misa que celebró en dicho templo:
La fama que había conseguido como actor y tenor le sirvió para recaudar fondos para la construcción del Seminario franciscano de Arequipa, también en Perú, y luego escribir un libro autobiográfico llamado Yo pecador el cual sirvió como argumento para una película con el mismo nombre.
En 1969 vuelve a México donde recibe un homenaje por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes. Ese mismo año es entrevistado por Pedro Vargas, famoso actor y tenor mejicano, a quien le cuenta la reacción del compositor Agustín Lara al enterarse de su vocación. Cuenta Mojica que, mientras se encontraba rodando “Melodías de América”, le confesó a su amigo Agustín Lara que esa sería su última película porque quería ingresar a un convento franciscano. Agustín Lara, conmovido por la noticia, compuso la canción “Solamente una vez” en donde habla de la vocación de Mojica. Muchos piensan que la letra habla del amor de una pareja, pero en realidad se trata de la entrega de Mojica a su vocación.
En este video el propio Mojica cuenta dicha anécdota:
José Mojica pasó el resto de su vida en el Convento de San Francisco en Lima, en donde murió a los 78 años en 1974. Sus restos reposan en las catacumbas de dicho convento.