El pasado 10 de febrero, la esposa del ex jugador de la NBA Monty Williams, actualmente segundo entrenador de Oklahoma City Thunder, murió en el hospital como consecuencia de las heridas sufridas en un accidente de tráfico. Ingrid Williams, de 44 años, conducía en las afueras de Oklahoma City cuando su carril fue invadido por otro vehículo que perdió el control y chocó frontalmente contra ella, y cuyo conductor falleció en el acto.

Durante el oficio funerario por su esposa, celebrado el jueves 18 en la Crossings Community Church de Oklahoma City, Williams pronunció unas edificantes palabras de aceptación de la voluntad de Dios y de perdón al conductor responsable del accidente. El vídeo de su intervención se ha convertido en viral a través de Twitter, Facebook y Youtube.



"Esto es duro para mi familia, pero será para bien", dijo: "¡Mi mujer me daría una paliza si yo viniese aquí a quejarme de lo que ha pasado! Eso no hace que el dolor desaparezca, pero será para bien porque Dios hace que todas las cosas sean para bien. No puedes abandonar. No puedes rendirte... No perdamos de vista lo importante. Dios es lo importante. Lo que Cristo hizo en la Cruz es lo importante".

Ingrid y él llevaban casados veinte años, tenían cinco hijos (Lael, Faith, Janna, Elijah and Micah) y ambos eran coautores, junto con otro matrimonio formado por un pastor y su mujer, de Look Again 52, un libro-guía para leer la Biblia a lo largo de las 52 semanas del año. Ingrid organizaba retiros espirituales para familias y amigos en todo el país.



Monty Williams es un hombre muy querido en el baloncesto profesional estadounidense: "Una de las personas más generosas, amables y humildes que hemos conocido", según declararon tras conocer la trágica noticia los propietarios de los New Orleans Pelicans (Hornets), equipo del que fue primer entrenador cinco años, hasta incorporarse en 2015 a los Thunder.

Alero de 2,03 m nacido en Virginia en 1971, fue elegido por los New York Knicks en primera ronda del draft de 1994, en el vigesimocuarto puesto. Había, pues, grandes esperanzas en él, y aunque no llegó a ser una de las estrellas de la competición, en la década que estuvo en activo jugó 456 partidos anotando 6,3 puntos por encuentro, y formó parte de la plantilla de equipos punteros: además de los Knicks, San Antonio Spurs, Denver Nuggets, Orlando Magic y Philadelphia 76ers.


Monty Williams, entonces en los Spurs, defendiendo al mítico 23 de Chicago Bulls, Michael Jordan.

En 2003 tuvo que retirarse por una grave lesión de rodilla, pero dos años después se reenganchó como entrenador en la NBA, donde ha sido asistente en Portland Trail Blazers antes de su paso por Nueva Orleáns y ahora Oklahoma City. Precisamente su estancia, como jugador o entrenador, en ocho equipos de la NBA han convertido la noticia de su desgracia familiar en un mazazo para la competición.