Amber Apple es una catadora de vinos profesional, una bloguera que escribe sobre estilos de vida, una enamorada del estilo "hipster" (como su marido Stephen) y, desde 2017, una católica. Criada en el protestantismo baptista, durante muchos años investigó la fe y leyó teología e historia de la Iglesia. Leer a C.S. Lewis la llevó a leer también a G.K.Chesterton, y Chesterton la llevó al catolicismo.
Vive en Winston-Salem (Carolina del Norte), publica muchas fotos "con estilo" en Instagram y presume de su perrito pomeranio Molly. Y desde el primer momento se presenta como conversa al catolicismo: ¡durante años le costó decirlo!
Tres instituciones protestantes a las que da gracias
Amber aprendió la fe cristiana en su familia y en tres centros distintos: en su pequeña iglesia de la infancia, en su iglesia de más tamaño y recursos de la adolescencia, y en Liberty University, una destacada universidad evangélica donde estudió teología. Recuerda que de niña se lo pasaba bien con las artesanías de la escuela dominical, que las vidrieras le contaban historias, que celebraban una "cena del Señor" con zumo de uva. Y que se predicaba el Evangelio en serio. "Recuerdo el momento, cuando tenía 4 años, en que me di cuenta de que necesitaba ser perdonada", escribe.
De adolescente, acudió a una iglesia baptista más grande, con buena música de alabanza, gente encargada de acogida, buenos micrófonos, predicación seria. Allí conoció a Stephen, hoy su esposo.
Amber con su marido Stephen en la misa del Gallo
en su parroquia de San León Magno
Y en Liberty University fue cuando por primera vez empezó a pensar en la Iglesia Católica. Ella estudiaba teología. Enseguida se dio cuenta de que el protestantismo tenía apenas 500 años. ¿Qué habían hecho los cristianos el resto de la historia?
Además, constató que el protestantismo estaba dividido en muchas ramas con doctrinas distintas. Vio que Lutero, por alguna razón, había decidido que toda una serie de libros bíblicos debían relegarse a una especie de apéndice en las Biblias, escondidos (¡incluyendo Apocalipsis y las cartas de Juan, Santiago y Hebreos!). Y que luego no se le hizo caso. Y, en cualquier caso, ¿qué autoridad tenían Lutero, Zuinglio o Calvino para romper la unidad de los cristianos?
Una protestante apasionada llena de preguntas
Amber no tenía un interés especial por la Iglesia Católica. Era una protestante que buscaba respuestas protestantes. Quería comprobar que el protestantismo era razonable. Lo que sucedió es que una y otra vez, buscando respuestas razonables, se encontraba con las respuestas católicas.
Terminada la universidad, se planteó seriamente el clásico problema del mal: ¿cómo puede existir un Dios bueno, con todo el mal que vemos en el mundo? "Honradamente, pensé incluso en renunciar al cristianismo. Pero entonces me encontré con C.S.Lewis. En un libro, claro. Leí 'El problema del dolor'".
No es un libro largo, pero está lleno de ideas que hacen pensar. Lewis, el famoso autor de Crónicas de Narnia, pensador cristiano original, escribe allí: "Quizá este no es "el mejor de todos los posibles" universos, sino el único posible. Mundos posibles puede solamente significar "mundos que Dios pudo haber hecho y no hizo". La idea de aquello que Dios "pudo haber" hecho implica un concepto de la libertad de Dios demasiado antropomorfa. [...] Nuestro propósito es mucho menor; es solamente descubrir cómo, aun percibiendo un mundo que sufre y estando seguros —basándonos en fundamentos bastante diferentes— que Dios es bondadoso, hemos de concebir que esa bondad y ese sufrimiento no son contradictorios. [...] Sólo para aquellas personas que no nos importan mayormente, es que exigimos felicidad a cualquier precio; con nuestros amigos, nuestros enamorados, nuestros niños, somos exigentes, y preferiríamos verlos sufrir mucho, que verlos felices de un modo despreciable y enajenado. Si Dios es amor, Él es, por definición, más que simple benevolencia. Y, según nos consta, a pesar de habernos reprendido y condenado con frecuencia, jamás nos ha mirado con desprecio".
Amber se convirtió en una lectora compulsiva de Lewis en 2010, y no dejó de buscar todos sus libros y estudiar su vida. C.S. Lewis era anglicano, pero tenía varios rasgos casi católicos. "Describía la Eucaristía como el Santo Sacramento, y creía en la Presencia Real. Según sus cartas, se confesaba con frecuencia, y no sólo creía en el Purgatorio, sino que pensaba que pasaría por él. Se oponía a la ordenación de las mujeres en la Iglesia Anglicana ya que veía al sacerdote en el altar como 'in persona Christi'", enumera Amber. Pero ella vivía en un entorno cien por cien protestante, y aún el catolicismo no le parecía una respuesta.
Y entonces llegó G.K.Chesterton.
Chesterton y la autoridad
"C.S.Lewis leía a Chesterton así que empecé a leer a Chesterton y estoy encantada de haberlo hecho. Se le conoce como el rey de la paradoja, y honestamente, me encantaría salir por ahí con él, me imagino que sería divertidísimo. Él me hace pensar y después reír porque lo que dice tardo un poco en entenderlo". Chesterton se hizo católico en 1922, con 48 años.
Chesterton en 1935 en Brighton, lugar de veraneo inglés
Amber señala una imagen del escritor inglés. Chesterton habla de una extraña procesión de personajes sacros con reliquias sacras muy antiguas y algo absurdas. Y dice: "si alguien ajeno lo ve y dice 'todo esto es absurdo', yo lo entendería. Lo que no puede entender es que ese mismo personaje declare que cierto pergamino o reliquia es sacratísimo pero todo lo demás es absurdo'".
Se refiere a que la Iglesia es una gran tradición llena de historia... y un recién llegado (sea el protestantismo o el hombre moderno) no tiene autoridad para, arbitrariamente, hacer su propia selección. Para empezar, el recién llegado ni siquiera entiende lo que ve, lo que hay.
Y Amber entendió que esa profundidad histórica y visión de conjunto la tenía sólo la Iglesia Católica, no los anglicanos desde Inglaterra, o los baptistas del sur entre los que se crió.
Un mapa de la Tierra Media de Tolkien, libros de C.S. Lewis, de latín...
Además, Chesterton escribió que el primer paso para la conversión al catolicismo es la decisión de, simplemente, ser justo al juzgar a la Iglesia Católica. Amber escribe: "Muchas de las cosas que había oído acerca de la Iglesia Católica no eran verdad. Me costó seis años darme cuenta de mis conceptos erróneos".
La conexión con los cristianos antiguos
Amber acudió a una misa. Le pareció rara. "No tenía ni idea de lo que pasaba, te levantas mucho, te arrodillas, hay incienso, agua bendita, sacerdotes revestidos. Y la Eucaristía, que para un protestante es 100% rara".
"¿Por qué seguí acudiendo? Esas tradiciones son indudablemente cristianas. Son antiguas, y la Iglesia ha protegido la tradición católica bellamente a través de los siglos. Yo quería experimentar a Cristo como mis hermanos cristianos lo hacían en la Iglesia primitiva, y ahora, como católica practicante, lo hago".
"La belleza radiante de la misa y la Presencia Real de Jesús en los elementos eucarísticos nos conectan con toda la historia cristiana, el pasado, el presente, el futuro. La estructura de la Iglesia Católica también me atrae. Me encanta que si alguien me pregunta mi religión puedo decir que soy católica y saben exactamente en qué creo. La Iglesia Católica no se ha movido durante la historia en temas sociales y morales, no se ha alejado de la exégesis bíblica".
Amber y su marido se conocieron en su iglesia baptista...
tienen un cierto gusto vintage por lo antiguo... o lo clásico
Católica desde 2017
En 2016 Amber hizo sus clases de iniciación católica para adultos y en la Vigilia Pascual de 2017 fue aceptada en la Iglesia plenamente como católica. "Fue un día muy feliz. Llamé a una de mis mejores amigas y nos fuimos de cóctel a celebrarlo. Al día siguiente, era Pascua: Stephen y yo organizamos una comida en la azotea de nuestra casa".
El proceso de reflexión y estudio había durado más de diez años, y lo había llevado con mucha discreción. Le costó explicarlo a algunos amigos y parientes.
Hoy en su web MrsAmberApple.com anima a quien quiera hablar con ella a escribir. "Adoro los debates amigables. Me queda tan solo una última cita para compartir, que creo adecuada. 'La dificultad de explicar por qué soy católica radica en que hay diez mil razones, que se reducen a una sola: el catolicismo es verdad' (G.K.Chesterton)"