Juliana Awada, de 41 años es la esposa de Mauricio Macri, nuevo presidente de Argentina, quince años mayor que ella.
Ella es diseñadora de moda y empresaria textil por tradición familiar. Impulsó Cheeky, una de las marcas de ropa para bebés y niños con 40 años de historia en Argentina, propiedad de sus padres. También lanzó la firma de moda para mujer Awada.
El padre de Juliana, Abraham Awada, era un inmigrante libanés musulmán oriundo de Baalbek. Falleció en 2012. Su madre, Elsa Esther Baker es hija de inmigrantes sirios también musulmanes.
Juliana Awada y Mauricio se casaron civilmente en 2010. En mayo de 2012 bautizaron en la fe católica a su hija Antonia. Y en 2014 Juliana misma se bautizó.
Juliana Awada posando para La Nación
Explicó algo de su itinerario espiritual en Clarín.
"Lo que ocurrió fue que mi padre, nacido en el Líbano, era musulmán. Vino a la Argentina cuando tenía tres años y se crió en esa fe. No era practicante, pero lo tenía en su alma. Y no nos impuso nada. De grandes, cada uno optó. Mi hermana mayor se casó por la Iglesia Católica y es re creyente. Mi otro hermano mayor, no. Y mis otros dos hermanos se casaron con personas de la colectividad judía, o sea que mi familia es muy abierta. Valentina, mi otra hija, está bautizada. Y yo siempre tuve ganas de bautizarme. Es que mi papá era muy agradecido y una vez al año iba a la Basílica de Luján a agradecer. Y cuando pasábamos por una iglesia me decía: “Vos entrá, que hay un Dios para todos”. Hace seis años, el cura español que bautizó a Antonia me dijo: ‘¿cuándo vas a bautizarte?’. Y hace un año me decidí. La ceremonia fue repentina, ni Mauricio alcanzó a ir. Fue mi madrina, que es mi hermana Zoraida, la que más me acercó a la fe cristiana".
Juliana Awada y Mauricio Macri en el bautizo de la pequeña Antonia en 2012; el cura fue quien planteó a Juliana bautizarse, y ella lo hizo finalmente en 2014
En un extenso reportaje en La Nación da más datos:
- Mi padre era musulmán no practicante; llegó muy chiquito desde el Líbano. Pero nos crió de una manera muy especial, con mucho diálogo y libertad. De hecho tengo a mi hermana mayor casada por Iglesia, muy devota del catolicismo; otros dos hermanos casados con mujeres de religión judía, un hermano mayor que cree en Dios, pero no es practicante.
- Me bauticé hace dos años.
- Simple: lo sentí profundamente. Mis dos hijas son católicas bautizadas. Valentina, la mayor [12 años, fruto de su relación con el conde belga Bruno Barbier] ya tomó la comunión. Yo hacía años que tenía la necesidad pero no me decidía. La realidad es que siempre llevo conmigo una imagen de la Virgen de Luján que me regaló mi padre. Le encantaba ir a la basílica y agradecer. Nos llevaba en familia. Recuerdo que decía hay un Dios para todos. Agradezcan y dialoguen a su manera con él. Y yo siempre lo tomé al pie de la letra.
- Salud y fortaleza. Pero ante todo doy las gracias. Nunca pienso que puede pasar algo malo, la verdad es que soy optimista por naturaleza.
- No. Con la estampita de mi padre es suficiente. No me detengo en el tema de las malas energías y todo eso. Confío en la mía, que es muy positiva. Y trato de rodearme de gente que es igual.
Desde el punto de vista de la ley civil argentina, este es el tercer matrimonio formal para Macri que además tuvo una cuarta convivencia. Estuvo casado con la madre de sus tres hijos Ivonne Bordeu y con Isabel Menditeguy. Para Awada es su tercer intento. Estuvo casada fugazmente a los 23 años y convivió durante una década con Bruno Barbier, el padre de su hija Valentina.
En este vídeo de YouTube, Juliana Awada es entrevistada (de temas familiares y gustos personales) en un entorno de cocina