Chris Pundzak nació en 1987 en la base aérea de Offutt (Nebraska, Estados Unidos), y nada más llegar al mundo los médicos dijeron a sus padres que nunca podría llevar una vida normal. A los cinco años le diagnosticaron parálisis cerebral.

Pero hoy, con 28 años cumplidos, es un técnico informático que presta servicios  como voluntario en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe en LaCrosse (Wisconsin) y es además un gran aficionado al ciclismo. Desde que en 2013 se hizo con una bicicleta adaptada a sus necesidades especiales, lleva recorridos más de tres mil kilómetros.



Además, Chris ha fundado Bike to Mary [Pedalea hasta María], una asociación sin ánimo de lucro que quiere "conducir a la gente a una más profunda fe en Cristo promoviendo la devoción a la Santísima Virgen María como modelo de vida cristiana". Para ello organiza peregrinaciones, retiros y foros para la formación en la fe y en la moral católicas.


Desde hace tres años, el momento mediáticamente estelar de Chris y su organización es la Peregrinación Bike to Mary, que recorre los más de trescientos kilómetros que separan el Santuario Nacional María Auxilio de los Cristianos (Hubertus, Wisconsin) del Santuario de Guadalupe en LaCrosse. 



Tuvo lugar del 22 al 28 de junio, con un itinerario que recorre de día paisajes de gran belleza, con parada en las parroquias del camino para almorzar, escuchar misa y rezar. Duermen luego bajo techado, para empezar la jornada siguiente con las fuerzas repuestas. Aunque a veces, como sucedió este año el mismo día que salieron, les sorprenda en pleno recorrido una tremenda tormenta que añadió aventura al sacrificio.

Porque se trata de vivir unos días en compañía y camaradería, aprovecharlos espiritualmente, animar a la integración de personas con discapacidades y obtener fondos para el Santuario de Guadalupe.


Allí entró a trabajar Chris por consejo de su tío Mark: "Comencé en el departamento de mantenimiento y luego me convertí en el experto informático del santuario. Aprendí informática de mi padre, a quien estoy muy agradecido", cuenta a National Catholic Register

Añade que su madre, Cecile, jugó un papel muy importante en su fe. Ella cuenta que cuando su hijo crecía lo encomendó a San José: "Le pedí que Christopher fuera un católico fiel y que llevase a otros a Cristo".

Y su petición se ha cumplido. El recorrido de los ciclistas va siendo recogido por los medios locales, a quienes Punzak transmite que "el alma es más fuerte que la mente", además de su "mensaje provida": "¿Por qué nos levantamos cada mañana? ¿Cuál es nuestra misión? Esta misión no tiene que ver conmigo, tiene que ver con ayudar a los demás", declaró Chris a WiscNews.

Como uno de los que hacen el recorrido con él. Joe Marincic conoció la historia a través de la radio y decidió unírseles porque encontró inspiradora la historia de Chris y sus razones de por qué "se sentía libre sobre esa bicicleta" a pesar de las dificultades que entraña su situación.


Llegada al santuario mariano de Guadalupe en Wisconsin: misión cumplida. Chris es el primero por la izquierda.

Siempre que puede, el obispo de LaCrosse, William Callahan, bendice a los participantes, y en especial a Pundzak, antes de salir. Y al llegar al santuario, este año como los anteriores, misa y foto de recuerdo con los corredores, en su mayor parte jóvenes, adolescentes y niños.

"Este hombre podía limitarse a sentarse en una esquina y sentir lástima de sí mismo", comenta Janet Atkinson, colaboradora en una parroquia por las que pasa la comitiva de Bike to Mary: "Sin embargo ahí le tienes saliendo a cambiar las cosas y a inspirar a los demás. Ojalá mucha gente joven se entere y se comprometa".